Thomas Voeckler se ha consolidado como una de las grandes figuras del pelotón internacional y el equipo ha cogido bastante relevancia internacional sobretodo gracias a sus actuaciones en los dos últimos Tours, pero el proyecto lleva tiempo en funcionamiento.
Es difícil colocar exactamente su inicio. Quizá lo más adecuado sea referirse a cuando Jean-René Bernaudeau, ciclista más que notable a finales de los setenta y principios de los ochenta, ilustre gregario de Bernard Hinault, se reenganchó al ciclismo profesional años después de colgar la bicicleta. Fue en el último año del Castorama, el último equipo que dirigió el mítico Cyril Guimard, de quién había sido pupilo y sin quién es imposible entender su figura ni su proyecto (ni tampoco el de Marc Madiot, pero esa es otra historia).
El Castorama desapareció en ese año 95 en que Bernaudeau se estrenaba como director deportivo profesional, pero nuestro protagonista no terminó ahí una aventura que tenía mucho recorrido por delante. Años antes, en 1991, él mismo había montado un equipo amateur en su región de origen: el Vendée-U, nombre que se ha mantenido desde entonces (la unión de patrocinios de la región y la cooperativa de supermercados Super U, que había patrocinado el equipo de Guimard para el que corría Jean-René en los 80).
Tras la desaparición del Castorama, Bernaudeau todavía dio más impulso a su proyecto local, que terminó de coger carrerilla y se consolidó como el proyecto de cantera más sólido del ciclismo francés. Hoy el equipo presume de haber pasado a más de cincuenta ciclistas al pelotón profesional, un listado al que vale la pena echar un repaso y que encabezan los figurones Voeckler y Chavanel. La gran mayoría lo hicieron vía la estructura profesional que crearía unos años después el mismo Bernaudeau.
Fue en el año 2000, el segundo año tras la zona-cero que fue el caso-Festina para el ciclismo galo. El equipo se llamaría Bonjour, un periódico gratuito (qué tiempos en los que estos parecían el futuro y salvación de la prensa escrita) ya desaparecido del grupo Comareg, durante sus primeras tres temporadas en que funcionó bien en el calendario francés. Veteranos ilustres como Didier Rous o François Simon (y su amarillo tras la mítica fuga de Pontarlier) lo mantenían a flote deportivamente mientras daba tiempo a que empezasen a germinar las semillas sembradas en el Vendée-U.
En 2003 hubo el primer cambio de nombre, con la entrada de la importante empresa bollera Brioches La Boulangère, toda una institución en la alimentación de los franceses. Ahí ya cogió el relevo Sylvain Chavanel, llamado a ser el salvador del ciclismo francés, quién tenía que devolverles la gloria perdida tras Festina y añorada desde Hinault y Fignon. Su debut con apeñas 21 años y una gran fuga ya en ese 2003 subiendo el Tourmalet en cabeza fomentaron unas esperanzas infundadas, pues Sylvain, un auténtico superclase, no descubriría hasta más tarde, ya fuera del equipo y de la mente de los franceses, que sus cualidades eran otras.
A la sombra de Chavanel crecían otros corredores de la misma generación sin tanta precocidad pero con bastante proyección. Decían que el más talentoso era Fabrice Salanson, campeón del mundo junior y escalador de mucho futuro, falleció de un ataque al corazón antes de empezar una etapa de la Vuelta a Alemania de esa temporada. Solo tenía 23 años. Otros como Jérôme Pineau o Anthony Geslin, apuntaban con fuerza a las clásicas y luego han tenido sólidas carreras fuera del equipo. Junto a ellos, más tapado, un chaval de linaje alsaciano y criado en las islas de ultramar, el segundo vivero de su mentor, que pasaba allí largas temporadas.
A Thomas Voeckler muy pocos le conocían cuando se vistió de amarillo en Chartres en la primera semana del Tour de 2004 tras una fuga consentida. Acababa de sorprender ganando el emblemático campeonato nacional francés, pero pocos conocían su aventura como neoprofesional en el Giro de 2001, el único de su equipo que lo terminó, sin prácticamente asistencia en las últimas y más duras etapas. Quizá alguno recordábamos su fuerza y su espiritu en la Clásica de Almería de ese mismo año, cuando tras un ataque a dúo (una carrera muy Bernaudeau esa) llegó a meta escapado junto a su compañero Pineau, a quién tuvo que dejar ganar pues por entonces tenía más peso en el equipo. Ese Tour fue un antes y un después para Titi y para el equipo, que al año siguiente daría otro salto.
La entrada de Bouygues Telecom, una importante compañía telefónica, permitió a la estructura formar parte del primer ProTour y acceder a las mejores carreras. El año antes Bernaudeau ya había intentado dar el salto con el fichaje de Joseba Beloki, pero el vitoriano nunca fue el mismo tras su dramática caída de Gap y no se adaptó al equipo, que dejó por la puerta de atrás antes de finalizar su primer año. Con Bouygues llegaron ilustres como Brochard (todavía competitivo pese a la veteranía) o Fédrigo y el equipo se consolidó en el calendario francés, aunque le costaba mucho andar en las grandes carreras. Era la época en que en Francia más se hablaba de las dos velocidades en el pelotón y la limpieza de los suyos.
Les costó ganar, pero Fédrigo y Voeckler terminaron haciéndose con un palmarés en el Tour y en sus carreras satélite con una evolución creciente que les llevó en 2010 a ganar ya carreras importantes como el Critérium Internacional o el Gran Premio del Québec respectivamente.
Ese año también fue el de la encrucijada, el que pudo ser el final del equipo. Pese a completar la mejor temporada de su historia, Bouygues ya había anunciado que no iba a seguir como patrocinador y pasado el Tour Bernaudeau seguía sin encontrar una marca que le sustituyera. De hecho, varios ciclistas firmaron por otros equipos, como el mismo Fédrigo que se marchó a la FDJ. No así Voeckler, que aguantó hasta el final. Corría ya octubre y pese a que sonaba mucho su fichaje por Cofidis, signo de la defunción del equipo, apareció Europcar, que bajo la condición de contar con Titi, apostó por el equipo.
El resto es historia bien conocida, dos años brillantes, especialmente en el Tour, con una trayectoria ascendente que este año continua. Pero Europcar tampoco parece convencida de permanecer y Bernaudeau, más ambicioso que nunca, vuelve a buscar patrocinador con dinero suficiente para regresar al World Tour. Su obra todavía no está terminada.
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Catorce años de trayectoria profesional cuyo mejor resumen es la tabla siguiente. Durante este periodo, 35 ciclistas han pasado de competir en el pelotón amateur en el Vendée-U a hacerlo en el profesionalismo con el primer equipo en alguna de sus distintas denominaciones. Sin duda, una de las canteras más prolíficas del pelotón mundial.
De la plantilla del debut sobrevive en el profesionalismo Sylvain Chavanel, mientras que el decano es, como no, un Voeckler que fue stagiaire ese año y al siguiente ya firmó contrato profesional.
Ciclista |
Año debut |
Temporadas pro (en la estructura) |
Victorias |
Walter Bénéteau |
2000 |
7 (7) |
1 |
Sylvain Chavanel |
2000 |
14 (5) |
35 |
Sébastien Joly |
2000 |
12 (3) |
6 |
Franck Renier |
2000 |
9 (9) |
1 |
Fabrice Salanson |
2000 |
4 (4) |
2 |
Anthony Charteau |
2001 |
13 (9) |
10 |
Thomas Voeckler |
2001 |
13 (13) |
40 |
Anthony Geslin |
2002 |
12 (7) |
6 |
Jérôme Pineau |
2002 |
12 (7) |
9 |
Sébastien Chavanel |
2003 |
11 (7) |
14 |
Maryan Hary |
2003 |
7 (4) |
1 |
Christophe Kern |
2003 |
11 (7) |
4 |
Rony Martias |
2004 |
10 (6) |
4 |
Alexandre Naulleau |
2004 |
2 (2) |
0 |
Mathieu Sprick |
2004 |
10 (7) |
2 |
Giovanni Bernaudeau |
2005 |
9 (9) |
0 |
Olivier Bonnaire |
2005 |
7 (5) |
0 |
Mathieu Claude |
2005 |
8 (8) |
0 |
Pierre Drancourt |
2005 |
5 (3) |
0 |
Yohann Gène |
2005 |
9 (9) |
10 |
Anthony Ravard |
2005 |
9 (2) |
15 |
Vincent Jérôme |
2006 |
8 (8) |
2 |
Alexandre Pichot |
2006 |
8 (8) |
0 |
Julien Belgy |
2007 |
3 (3) |
1 |
Dimitri Champion |
2007 |
6 (2) |
4 |
Damien Gaudin |
2008 |
6 (6) |
2 |
Perrig Quémeneur |
2008 |
6 (6) |
0 |
Evgeny Sokolov |
2008 |
2 (2) |
1 |
Sébastien Turgot |
2008 |
6 (6) |
3 |
Jérôme Cousin |
2011 |
3 (3) |
4 |
Tony Hurel |
2011 |
3 (3) |
1 |
Kévin Reza |
2011 |
3 (3) |
0 |
Angelo Tulik |
2012 |
2 (2) |
1 |
Bryan Coquard |
2013 |
1 (1) |
5 |
Morgan Lamoisson |
2013 |
1 (1) |
0 |
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Tengo una duda. Aquí decís que el Castorama fue el último equipo que dirigió Cyril Guimard. No fue Guimard quien dirigió el Cofidis en su primera temporada como equipo ciclista? Puede que me equivoque pero siempre había tenido esa idea.
Técnicamente tienes razón, Miki. De hecho, creo que Guimard luego también ha colaborado con el equipo Continental del Vélo Club Roubaix en estos últimos años. Sin embargo, ese año de Cofidis es él quién inicia el proyecto (ojo, fichando a Rominger o a Armstrong entre otros, y apostando por Millar y Moncoutié) pero en seguida se tiene que apartar por sus asuntos judiciales. Es por ello que en el relato está obviado.
Gracias por contestar Jordi. Entonces no iba errado, Guimard también pasó por Cofidis después del Castorama. Siempre me acordé de ese detalle porqué Guimard además de todos sus problemas judiciales, también tuvo que bregar ese año (o al menos mientras dirigió al Cofidis), con una serie de calamidades (un Tour en que a las primeras de cambio se cae tu hombre para la general -Rominger- se rompe la clavícula y el equipo se queda colgado, o bien que durante el mismo Tour con el equipo convertido en un polvorín encima se incendien los coches del equipo, o el hecho de la enfermedad de Armstrong que era otro de los fichajes a golpe de talonario …). Vamos que les miró un tuerto y Guimard entre esto y sus propios problemas salió del Cofidis por la puerta de atrás.