Que uno de los candidatos al triunfo final sobre el papel como Vitaliy Popkov (ISD Continental Team) entrara en el corte bueno de la primera y decisiva etapa de la vigésimocuarta Course de Solidarność et des Champions Olympiques no pareció suponer a un pelotón que, relajado, le permitió a él y sus compañeros de viaje Jiří Hudeček (Bauknecht – Author) y Jonas Koch (LKT Team Brandemburg) tomar un cuarto de hora de ventaja que les dotó del margen suficiente para jugarse la etapa y, por ende, la clasificación general, que fue a parar a manos del ciclista ucraniano que supo mantener su amplia ventaja en las jornadas venideras decididas al sprint. No así el germano Koch, quien cedió su plaza de privilegio a su compatriota Steffan Schafer (NSP – Ghost), a quien robar tiempo en los pasos bonificados le bastó para auparse a la tercera plaza del cajón.

La maratoniana etapa que tenían por delante y la velocidad con la que arrancó la carrera fueron sin duda claves en la marcheta que puso el gran grupo durante tantos y tantos kilómetros mientras el trío formado por Popkov, Hudeček y Koch tras más de 30 kilómetros de ataques fallidos aumentaba la renta hasta un punto insostenible. Cuatro, seis, nueve y, finalmente, quince minutos y medio llegaron a cantar “Radio Vuelta” al filo del ecuador del recorrido antes de apreciarse reacción alguna por detrás. Obviamente, llegaba tarde. Los escapados arribaban a las dos ascensiones que decidirían la etapa más de seis tranquilizadores minutos de ventaja que les permitían vigilarse y tomarse con calma la resolución de los últimos kilómetros tras la enorme paliza con la que cargaban.

Sin embargo, las argucias tácticas tienen poco peso cuando la diferencia de fuerzas resulta manifiesta como la del pasado miércoles. Haciendo valer su condición de favorito (o, como mínimo, outsider), Popkov dejó a sus rivales en cuanto la carretera se empinó, y cabalgó sin problemas en solitario hasta la línea de meta, donde aventajó claramente a Koch y Hudeček en un par de minutos a un pelotón al que su esfuerzo final solo le sirvió para deshacerse de sus peones más débiles. El de Novosselytsia se hacía con el maillot amarillo que nadie estaba en disposición de amenazar en los tres días siguientes, completamente llanos y en los que la volatta aparecía como única resolución lógica.

Foto: ISD

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Unas predicciones que, con el trabajo de los gregarios de los hombres rápidos y el ISD Continental a favor de su líder, se cumplieron punto por punto. Los 231 kilómetros de la jornada inaugural fueron compensados por el apenas centenar a los que los participantes se enfrentaron el segundo día, rodando como no podía ser de otra manera a una velocidad brutal en el circuito de Jastrzębie-Zdrój, merced a los múltiples intentos por parte de corredores mayoritariamente locales en el paso por la cota que rompía la monotonía del bucle. Pero el grupo vigilaba muy de cerca y no quiso una nueva sorpresa. Llevó la carrera a la al juego de la velocidad, en el que Michael Schweizer (NSP – Ghost) aprovechó la oportunidad que le otorgaron en el seno del conjunto germano y, apoyado por el habitual protagonista en estas lides Tino Thömel, fue capaz de superar en los metros finales a Kamil Zieliński (Las Vegas Power Energy) y Louis Verhelst (Etixx – iHned).

Si apenas se pudo conformar una fuga estable en la jornada anterior, la etapa del viernes lo consiguió por simple agotamiento de un grupo que, tras 80 kilómetros de pugna, dijo basta y dejó marchar a un septeto que, no obstante, no pudo tener margen ninguno de maniobra. La lección estaba aprendida en el seno del grupo, sobre todo por parte de la escuadra del líder, que no quería perder la casaca magna del mismo modo que la había conseguido. Ni siquiera el intento final de hombres de la calidad de Matej Mugerli (Adria Mobil), Stefan Schumacher (Christina Watches – Onfone), Artem Ovechkin (RusVelo) y Błażej Janiaczyk (Bank BGŻ) pudo parar la fuerza de unos ucranianos decididos a mantenerse en la primera posición. La entrada de los equipos de los sprinter hizo el resto, y permitió a Konrad Dąbkowski (BDC – Marcpol) imponerse con claridad en la línea de llegada, emulando su gran victoria en el Memorial Andrzeja Trochanowskiego sobre una nómina de velocistas encabezados por Paweł Franczak (Wibatech – Brzeg) y Grzegorz Stępniak (CCC Polsat – Polkowice).

Ningún problema de momento para Popkov, que si todo seguía igual solo debía solventar sin percances el trámite del último día para hacerse con la ronda polaca. Y así fue. Una vez más sus gregarios se mostraron imperiales y no dejaron que ningún grupo tomara más de un minuto de renta en más de 150 kilómetros para llegar a un nuevo final en el que, si jueves fue Schweizer, hoy sería Sebastian Forke (NSP – Ghost) quien alzaría los brazos junto al joven Thömel, que a su vera conseguía la segunda victoria y también el doblete para el plantel teutón, dejando de nuevo a los naranjas de CCC-Polsat-Polkowice sin premio en una carrera que deberían afrontar como capitanes y en la que han pasado sin pena ni gloria. No así Popkov, que tras su cabalgada hacia Krosno le han dado su cuarta y quinta diana del año, las primeras de su carrera en una prueba que no sea x.2.