Prometedor, ilusionante o esperanzador son algunas de las características que envuelven un debut. Un estreno que, a su vez, también genera duda, escepticismo o miedo. La falta de experiencia y el resultado que se obtendrá en él engloban unos términos totalmente opuestos. Situación que no ocurre con Nairo Quintana. El ciclista boyacense funde los tres primeros términos antes de su debut en el Tour de Francia. El quién y el cómo hacen imponerse a la parte negativa de uno de los estrenos más esperados en los últimos tiempos.

El crecimiento y los resultados demostrados la campaña y media que lleva en Movistar Team avalan un debut, ante todo, prometedor. Deslumbró en su primer año, certifica el rendimiento amparado en un salto cualitativo en el segundo. Mejores prestaciones, mejores resultados. Su carta de presentación en la Grande Boucle.

Una presentación que, pese a todo, estará rodeada de dudas. Dudas que no cuestionan su calidad, si no el estado físico con el que llegará a Córcega. Comenzará después de sesenta y ocho días sin competir. Desde su última prueba, Liège-Bastogne-Liège, tanto él como su equipo prefirieron realizar la preparación en Colombia, entrenando en altura en su Tunja natal (en el departamento de Boyacá). Una camino único entre los grandes nombres que se dan cita en la prueba reina. Mientras Dauphiné y Suiza servían como última vía para realizar test y sondear el nivel físico, Quintana seguía acumulando desnivel gozando de un grado de oxigenación a casi tres mil metros de altura.

También llegará con pocos días de competición en sus piernas: veintiocho. Días que, ante todo, han sido aprovechados. Séptimo en Andalucía, undécimo en Murcia y decimoquinto en París-Niza antes de encadenar sus dos mejores actuaciones. En Catalunya, como en Morzine en Dauphiné 2012, rompió la hegemonía de Sky Procycling en la ascensión a Vallter 2000, donde sumó la primera victoria de la temporada. Un día más tarde, en Port Ainé, volvió a demostrar ser uno de los más fuertes en carrera solo superado por el lejano ataque que dio la victoria, tanto parcial como final, a Daniel Martin con él en cuarta plaza de la general. Otra prueba del World Tour, País Vasco, disfrutó del mejor Quintana. Logró el triunfo en Arrate, atacando antes de la última curva (como debe se), defendiendo el liderato en la contrarreloj de Beasain, donde clasificó segundo tras Tony Martin, obteniendo con la clasificación general un triunfo de prestigio. El mejor hasta la fecha en su corta carrera.

Valverde y Quintana, dos puestos intercambiables en el Tour. / Foto (c) Movistar Team

Valverde y Quintana, dos puestos intercambiables en el Tour. / Foto (c) Movistar Team

Tanto preparación como competición pensada con una meta: llegar fresco al debut en el Tour de Francia. La exigencia de una prueba de tres semanas, unido al estreno, llevaron a los técnicos de la formación telefónica a tomar esa decisión. Una decisión enfocada en el objetivo que tendrá el colombiano. Además del aprendizaje que adquirirá en carrera, será el mejor apoyo de Alejandro Valverde en la montaña. No será su única meta. La victoria de etapa, sería el décimo colombiano en conseguir un triunfo parcial, se atisba en su pensamiento. La propia carrera dictará si aspira a más o no. Por lo pronto la situación de la contrarreloj por equipos y la cercanía con el bloque de Pirineos hace presagiar que llegará adelante en la general. Estará al quite, al fallo de su líder para, llegado el momento, tomar las riendas del equipo azul. Aunque no esté en el pensamiento, es una posibilidad. Nairo Quintana está preparado para ello.