Análisis del recorrido del Tour, por Eugenio González

Análisis global

Y aquí estamos una vez más ante la ardua tarea de examinar el recorrido del Tour de Francia. Ardua no porque haya muchos puertos y paisajes increíbles como en el Giro, ni porque debamos analizar muchas etapas con grandes rampas donde puedan pasar cosas como en La Vuelta, ya que analizar un recorrido tan conservador y falto de alicientes es bastante sencillo. Lo complicado es escribir algo interesante sobre él.

mapa tour francia

Lo que se adivina detrás de este recorrido es la falta de atrevimiento por parte de ASO, que con una marca tan asentada y sin rivales en el verano como el Tour, se conforma repitiendo el mismo guión de casi todos los años. Y es que pese a que siempre aparecen novedades, estas se introducen de forma tan medida que su efecto se acaba diluyendo en el global de la carrera.

Quizá el mejor ejemplo de esta timidez a la hora de plantear recorridos sea la Gran Salida del Tour de Francia 2013 desde Córcega. Últimamente se ha criticado mucho, y con razón, lo aburrido de la primera semana llana de carrera, cuyo mayor aliciente es ver quien se cae y quien no. Pues bien, este año de las 5 primeras etapas solo la primera es puramente llana. Fantástico. Sin embargo, ninguna de ellas presenta la dureza necesaria para ver algo de acción por parte de los favoritos, y no sería de extrañar ver llegadas al sprint de grupos sólo algo más reducidos de lo normal. Es un paso en una dirección diferente, pero dado a medias y sin decisión.

Etapas1

Otro cambio significativo respecto al año pasado llega con las contrarrelojes. Desde los 101 kilómetros llanos de contrarreloj individual de 2012, se baja 25 km. por equipos y 65 km. individuales, estos últimos repartidos en dos CRI, una llana y otra, entre Embrun y Chorges, de montaña, con dos puertos y sus respectivas bajadas. Con ello, el Tour se vuelve a alejar de sus recorridos clásicos para disminuir la importancia de la crono, disminuyendo el hándicap de los escaladores puros que ven como, pese a no ser corredores completos, el recorrido les penaliza por ello menos de lo esperado.

¿Por qué un cambio tan radical, pasando de tres a solamente una crono llana individual, y además corta? Se puede intuir la razón detrás de esas opiniones que tacharon al Tour 2012 de aburrido por el dominio de Sky contra el crono. Opiniones que olvidan que los 13 primeros días no fueron para nada aburridos, y que los Sky arrasaron también en la montaña.

Una montaña que este año no se presenta más dura que el anterior, pese a que haya un final en alto a mayores (cuatro), y estos sean de mayor entidad en general. Hay otros cuatro grandes puertos de paso: Pailhères, Sarenne, Glandon y Madeleine, estos dos últimos lejísimos de meta. Al menos hay dos bonitas etapas sin final en alto tras encadenar varios puertos de primera categoría, en Bagnères-de-Bigorre y Le Grand-Bornand, una por macizo montañoso. Con dos etapas en los Pirineos, tres en los Alpes, y el solitario Mont Ventoux entre ambas, de nuevo el primer bloque se supedita al segundo. Si a esta escasa exigencia en Pirineos le añadimos que la primera CRI en Mont-Saint-Michel es posterior, mejor no esperar mucho del primer contacto con la montaña.

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La media montaña casi ni existe, reduciéndose a alguna jornada quebrada, y al final en Gap que, si bien no es de gran exigencia, en el pasado ha dado mucho espectáculo. Los velocistas podrán jugar sus bazas en al menos 8 etapas, quien sabe si alguna más, siendo el Tour la única Gran Vuelta que mantiene tantas etapas tan predecibles y aburridas.

En definitiva, un recorrido timorato, que no tiene mucho de nada salvo etapas llanas, pero que sigue siendo un Tour y como tal presenta algunos escenarios para ver etapas memorables si la ambición por ganar se sobrepone al conservadurismo y al esperar siempre a mañana. Claro, que si Sky pasa el rodillo, no hay ambición ni recorrido que nos despierte de la siesta.

Análisis etapa a etapa

Etapa 1.- Sábado 29: Porto-Vecchio – Bastia

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Recorrer de sur a norte toda la costa este de la isla de Córcega deberían ser buenas noticias, pues esperaríamos carreteras reviradas, con bastantes repechos y expuestas al viento. Sin embargo, esta etapa casi completa por una nacional apenas cumple estos tópicos. El único puerto puntuable para entregar el maillot a topos se encuentra en el bucle inicial alrededor de Porto-Vecchio, y a partir de entonces espera una buena carretera, bastante recta, y casi siempre protegida del viento por la vegetación. Disfrutaremos con las vistas HD del helicóptero, pero será bastante anodina desde la bici. El tramo más interesante es el paso por la Reserva Natural del Étang de Biguglia que da entrada a Bastia, pero de nuevo los árboles taparán el viento de costado. En definitiva, un sprint para jugarse el maillot amarillo.

Etapa 2.- Domingo 30: Bastia – Ajaccio

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Las carreteras corsas son de sobra conocidas para cualquier aficionado a los rallys, y al Rally de Córcega no le llaman el “de las diez mil curvas” por nada. Solo últimamente, gracias al Criterium Internacional, el ciclismo profesional se ha adentrado en este paraíso de carreteras de montaña. Y aquí está el Tour de Francia, visitando por primera vez en su historia la isla, despachando sus montañas con un par de puertos en otra nacional a media etapa camino de Ajaccio.

El Col de Bellagranajo (6,6 km. al 4,6%) y el enlazado del Col de la Serra con el Col de Vizzavona (contado como un único puerto, son 16 km. al 4,4%) darán vida a las escapadas, pero con tanto terreno para reagruparse y recuperar, estarán condenadas a morir. La Cota de Salario (duras rampas por las mismas calles de Ajaccio), está a 12 km de meta y a muchos se les puede atragantar, pero parece insuficiente para evitar un grupo grande en la meta de la Punta de la Parata, ya asomándose a las Islas Sanguinarias.

Etapa 3.- Lunes 1: Ajaccio – Calvi

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De Ajaccio a Calvi se remonta Córcega hacia el norte por la costa oeste, y ahora sí por un terreno duro, carreteras preciosas con cientos de curvas que ofrecerán una paisaje espectacular entre el mar y la montaña, que por si solo hará que merezca la pena ver la etapa. En el aspecto deportivo, la emoción se concentra en el Col de Marsolino (3,3 km. al 8,1%). Se comienza a subir de forma pausada mientras la pendiente va creciendo, para coronar tras un tramo muy duro y estrecho que puede dar bastantes sorpresas. De ahí a meta restan 13,5 kilómetros, de los cuales los 5 primeros son de técnica bajada antes de dar paso a un terreno más favorable para la persecución en busca de un sprint reducido.

Si bien no se puede descartar ningún escenario por la exigencia de Marsolino, creo que con este perfil todos pensamos en el mismo nombre para el ganador en Calvi ¿En la preciosa Calvi? Bueno, casi, en una urbanización cutre a las afueras.

Etapa 4.- Martes 2: Nice – Nice CRE

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Salto al continente para disputar una contrarreloj por equipos en Niza, en un recorrido de ida y vuelta sin apenas dificultades, pues no hay ni rampas ni muchas curvas. Lo cual es bueno ya que permitirá a los equipos rodar como tal. El punto negativo es la corta distancia, como ya es habitual en las GT los últimos años, que reduce la disciplina a poco más que un bonito escaparate visual para las marcas con diferencias casi anecdóticas entre favoritos. Se esperan, eso sí, bellas imágenes en la entrada y salida de Niza por el Paseo de los Ingleses.

Etapa 5.- Miércoles 3: Cagnes-sur-Mer – Marseille

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Larga etapa camino de Marsella que sin tener grandes puertos, presenta un recorrido quebrado que da más opciones de las habituales a que la escapada del día sobreviva hasta meta, gracias también a la presencia de carreteras más secundarias en los 80 kilómetros finales. Las cotas de cuarta categoría son bastante tendidas, siendo el tramo más exigente precisamente el no puntuado: el inicio del Col de la Ginestre, con algo más de 2 km al 6%. Se corona a 12,5 km de meta, en una zona abierta con buenas vistas a los acantilados, para rápidamente bajar a Marsella y encarar la meta. Si bien lo más probable es un sprint, los equipos tendrán que trabajar duro para que este tenga lugar.

Etapa 6.- Jueves 4: Aix-en-Provence – Montpellier

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El Tour no puede faltar a su cita con el estereotipo de siesta veraniega con Perico contando chistes de fondo para intentar entretener a quien sigue una etapa llana sin más alicientes que algún cambio de carretera, pues solo el viento podría animar la carrera. Una pena que no se aproveche este día para visitar los grandes humedales de la Camarga y su enorme población de flamencos.

Etapa 7.- Viernes 5: Montpellier – Albi

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El Tour abandona el Mediterráneo en una etapa dura pero donde deberían mandar los sprinters. Y es que dos puertos a más de 100 km de meta por el Parque Natural del Alto Languedoc y un par de suaves subidas también lejos del final no deberían impedir una llegada masiva en Albi, completando así tres etapas seguidas sin mucho que rascar.

Etapa 8.- Sábado 6: Castres – Ax-3 Domaines

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Llega por fin la montaña con un final ya conocido, y de tan buena pinta como mal recuerdo. El Col de Pailhères (15,2 km. al 8%) es un grandísimo puerto, muy constante en sus rampas rondando siempre el 9%, que si no ha hecho más selección otros años es quizá porque siempre ha sido el primer puerto del día. Y Ax-3 Domaines, o Plateau de Bonascre (7,8 km. al 8,2%), es más corto pero igualmente empinado.

Pero es de mal recuerdo, pues en 2010, en una etapa casi igual, se produje aquel “tira tú, que a mi me da la risa” entre Andy Schleck y Alberto Contador, que se justificaron alegando la supuesta falta de dureza final. Lo cual es mentira, pues este encadenado da opción a todo, con dos puertos rompedores y una bajada complicada.

Etapa 9.- Domingo 7: Saint-Girons – Bagnères-de-Bigorre

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El clásico maratón de puertos pirenaicos este año se ha quedado algo pequeño. El primer enlazado, Aspet y Menté, es un clásico por el que recordaremos la caída de Ocaña en este último. Siguen más clásicos, como el exigente Peyresourde de Perico y Val Louron-Azet donde Indurain comenzó su idilio con el amarillo (por la otra vertiente). Sin embargo, la dificultad final es el novedoso Hourquette d’Ancizan (9,9 km al 7,5%), estrenado en 2011. Un puerto lo suficientemente exigente como para dar espectáculo, especialmente sus primeros 4 km al 8,8%. De su cima a meta hay 30 km. favorables, donde será mejor buscar algo de colaboración con gregarios escapados o compañeros de aventura, pues rodar en solitario puede hacerse muy duro.

La etapa, sin embargo, está pidiendo a gritos algún puerto a mayores, especialmente el Port de Balés que tan a mano queda, consiguiendo así una dureza y longitud más adecuadas a toda una etapa reina de los Pirineos.

Lunes 8 – Descanso en Saint-Nazaire

Etapa 10.- Martes 9: Saint-Gildas-des-Bois – Saint-Malo

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Tras un largo traslado en avión al norte, el Tour llega a la Bretaña con una etapa llana camino de la amurallada Saint-Malo, una importante ciudad turística y portuaria. Presenta interés el final de etapa al recorrer la Punta del Grouin, un cabo con buenas vistas al mar y muy expuesto al viento, donde aparecerán los nervios y quizá alguna sorpresa. Por lo demás, la etapa debería llevársela de nuevo un sprinter.

Etapa 11.- Miércoles 10: Avranches – Mont-Saint-Michel CRI

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La única CRI llana de la carrera presenta un recorrido por carreteras secundarias y un final majestuoso en el Mont Saint-Michel, que los corredores podrán divisar desde buena parte del recorrido. Sin embargo, es tan bonita como excesivamente corta para ser el único test individual para rodadores. Si superase los 50 kilómetros sería una crono memorable.

Etapa 12.- Jueves 11: Fougères – Tours

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Etapa completamente llana y sencilla para que los sprinters luchen una vez más por la victoria de etapa.

Etapa 13.- Viernes 12: Tours – Saint-Amand-Montrond

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De nuevo etapa llana que no debería suponer mayor problema para los equipos de sprinters, pues el repecho cerca de meta del perfil es sólo una larga y amplia recta que apenas tiene pendiente. Hasta esta etapa, alrededor del 50% serán ganadas por velocistas más o menos puros (en el peor de los casos, ocho de las trece). Algo totalmente descompensado, repetitivo y aburrido que por suerte acaba aquí.

Etapa 14.- Sábado 13: Saint-Pourçain-sur-Sioule – Lyon

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O quizá no acaben todavía los sprints, porque camino de Lyon hay una etapa muy quebrada… cuyo tercio final es lo suficientemente suave para que varios equipos colaboren para echar abajo las escapadas. La zona central es la más dura, con las cotas más largas, aunque solo la de Thizy-les-Bourgs presenta rampas de entidad.

Las tres cotas finales son la Cota de Lozanne, de 2,5 km. al 4% y al menos carretera algo estrecha, y ya callejeando por Lyon se buscan dos dificultades más. Primero, la Cota de la Duchére, 1,6 km. al 4,1% por amplias calles. Se cruza el río Saona y comienza la Cota de la Croix Rousse, 1,8 km. al 4,5% que destacan por las 3 herraduras enlazadas a su inicio. Se baja entonces al puente sobre el Ródano y seguir aguas abajo donde encontrar la meta tras 6,5 kilómetros llanos.

Una jornada que los cazaetapas tendrán marcada en rojo y quizá por ello no haya sprint, pero este no es ni mucho menos descartable por la escasa entidad de las cotas finales.

Etapa 15.- Domingo 14: Givors – Mont-Ventoux

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La etapa más larga del Tour, en el día de la Fiesta Nacional francesa, y con final en el mítico Monte Ventoso. Testigo de lo mejor y lo peor del ciclismo. Es el puerto más duro de toda la edición, y llega antes del día de descanso, pudiendo dejar ya bastante clarificada la general junto con los Pirineos y la crono individual.

El puerto es más que conocido. Lo más duro es el tramo entre St. Estève (15,5 km. a meta) y el Chalet Reynard (6 km. a meta), pues entre el bosque protegido del viento aparecen 9 km al 8,9%. Es el lugar indicado para dejar de rueda a los rivales al no existir viento que dificulte tal empresa. Y así, tras llegar su famoso “paisaje lunar”, donde las rampas suavizan y el viento castiga, los segundos caerán rápidamente. Resta sin embargo la última gran rampa, los durísimos 1.500 metros finales al 10% para llegar a la misma cima de la montaña.

Lunes 15 – Descanso en Vaucluse

Etapa 16.- Martes 16: Vaison-la-Romaine – Gap

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Tras el descanso el pelotón se dirige a Gap en la única etapa de media montaña del recorrido. Pero no hablamos ni mucho menos de un serrucho de puertos encadenados, ya que salvo dos dificultades (Montagne de Bluye y Macuègne) en los primeros 50 kilómetros, lo único relevante es el bucle tras pasar por Gap y que incluye el Col de Manse (9,5 km al 5,2%). Es exactamente el mismo final visto en 2011, con la victoria de Hushovd y, por detrás, el ataque de Contador y la bajada con lluvia donde Andy empezó a perder la carrera.

Lo más duro de Manse son sus primeros 3,7 km. al 7,2%, luego suaviza y solo remonta la pendiente ya cerca de la cima con otros 1.000 metros al 7,1%. La técnica bajada por La Rochette ya fue protagonista en 2011 con la lluvia, y en 2003 con la caída de Beloki y el “recto” del fantasma de Lance Armstrong.

Etapa 17.- Miércoles 17: Embrun – Chorges CRI

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Durísima crono de montaña en los alrededores de la presa de Serre-Ponçon, con dos puertos duros y sus respectivas bajadas en un entorno precioso. Su referente más inmediato es la crono de Pontevedra de la pasada Vuelta, pero esta de Chorges tiene dos puertos, nada de llano, y cerca de 1.000 metros de desnivel que tardarán en recorrerse alrededor de 50 minutos. Será una prueba de fuerza en las subidas y habilidad en las bajadas, donde los especialistas nada tendrán que hacer y los primeros puestos estarán copados por los hombres de la clasificación general.

Etapa 18.- Jueves 18: Gap – Alpe d’Huez

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El Tour abandona Gap para dirigirse al Alpe d’Huez. Otra vez más. Continúa mi calvario personal con un puerto que personalmente aborrezco por su machacona repetición: con estas dos ascensiones, serán 28 en los últimos 38 años.

Al menos para 2013 vemos algo de innovación, con un primer paso para continuar hacia el Col de Sarenne, afrontar su preciosa bajada y volver a ascender por las famosas 21 curvas. Gracias a este bucle se consigue acumular más dureza cercana a la subida final y evitar el llano anterior, y para quien esté a pié de cuneta es un gran regalo ver a los corredores dos veces. Sin embargo, en otras ocasiones la dureza que precedía al Alpe era mucho mayor, con puertos de paso más duros como el Galibier o la Croix de Fer. Antes del bucle final, hay que destacar los paisajes del Col d’Ornon, atravesando el Parque Nacional de Écrins.

En definitiva, se pierde dureza en favor de concentrar la que existe. Sin embargo, se hace difícil imaginar que alguien vaya a lanzar un órdago en el primer paso quedando el segundo por delante. Quizá la clave esté en una intentona de distanciar a los rivales en la bajada más propicia para ello de todo el Tour.

Etapa 19.- Viernes 19: Bourg d’Oisans – Le Grand-Bornand

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Esta es sin duda la etapa reina de la carrera por dureza y distancia. Una etapa propicia para ganar mucho tiempo en la general, apretando en los dos colosos y lanzándose a por todas en el triple enlazado final camino de Le Grand-Bornand. Sin embargo, si la clasificación llega aquí apretada quizá muchos piensen en jugársela al día siguiente en el final en alto de Semnoz.

Al poco de salir aparecen las primeras rampas del irregular pero duro Col du Glandon Sur, con varios descansillos pero también zonas largas por encima del 10, totalizando más de 1.400 metros de desnivel. Tras un innecesario rodeo llano le toca el turno a la cara dura del Col de la Madeleine, muchísimo más constante en su dureza, siempre en torno al 8% sin dar respiro durante más de una hora.

La etapa se debe decidir en los tres puertos más modestos que la cierran. Así, tras un tramo favorable, aparece primero el Col de Tamié, el más sencillo, pero que aun así esconde 7 km. finales al 6,6%. Su descenso es prácticamente un falso llano favorable antes de afronta el Col de l’Épine. Este cuenta con una zona central verdaderamente exigente, con 5 km. al 8%, y de nuevo carece de bajada digna de tal nombre.

El último escalón a superar es el Col de la Croix Fry, el más largo, con una primera zona de 3 km. alrededor del 7%, y un descanso al que siguen 6 km. al 8,1%, con 1.000 metros al 10,4%. Un puerto suficientemente duro para, tras toda la etapa, hacer una buena escabechina. Su bajada sin mucha dificultad deja a los corredores a los pies de la meta, que se encuentra en un corto repecho.

Etapa 20.- Sábado 20: Annecy – Annecy

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Y como fin de fiesta, una etapa de lo más decepcionante. Corta, sin grandes puertos en el camino (Mont Revard y sus 14,7 km al 6,8% iniciales no están nada mal, pero no cumplen lo esperado en una gran etapa del Tour) y con una subida final dura, pero más adecuada para los primeros test en montaña. Además Semnoz (Crêt de Chatillon) no se sube completo dese Annecy, solo la parte final (la más exigente).

Con 10,7 km. al 8,5% en rampas muy constantes alrededor del 9%, es un puerto de entidad, pero se antoja insuficiente para ver grandes sorpresas. Se podrán jugar puestos de honor o la victoria final si las diferencias son pequeñas, pero no es probable ver grandes pájaras, ataques o remontadas. Una etapa que no se entiende muy bien, y que probablemente tendrá poco que decir en la historia de este Tour.

Etapa 21.- Domingo 21: Versailles – París

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Bromas, champagne, sprint, podium y análisis de lo sucedido durante tres semanas en las que, como tras unas buenas elecciones, todos estarán contentos y nadie lo habrá hecho mal.