Todo nació tras la escisión en el periódico Le Vélo, que vio como el antiguo ciclista Henri Desgrange creaba un nuevo rotativo, L’Auto. Desgrange quería mantener a los fanáticos del ciclismo y para ello buscaba una idea. Ésta sucedió en 1902 a la vuelta de una carrera, la Marsella – París. Surgió a manos de su redactor, Géo Lefèvre y tendría como consecuencia una carrera ciclista que daría la vuelta a Francia. Sesenta valientes se dieron cita delante del café-restaurante Le Réveil Matin en la localidad de Montgerone un 1 de julio de 1903. Por delante 2.428 kilómetros por recorrer en tan solo seis etapas; el Tour de Francia ya era una realidad.

Entre esos sesenta valientes ciclistas se encontraba Maurice Garin (Arvier, 1871). Maurice tuvo una infancia como la de cualquier otro joven de familia humilde. Le tocó trabajar desde muy joven. Lo hacía atravesando la frontera desde el Valle de Aosta, para trabajar como deshollinador en las casas de las familias burguesas. Aún en plena adolescencia, emigró junto a su familia a la localidad de Lens. Allí fue donde se empezó a interesar por el ciclismo, y gracias a unos pequeños ahorros que consiguió trabajando como albañil, se compró su primera bicicleta.

Frente al café-restaurante le Réveil Matin en la localidad de Montgerone, se dio la salida al primer Tour de Francia de la historia.

Frente al café-restaurante le Réveil Matin en la localidad de Montgerone, se dio la salida al primer Tour de Francia de la historia.

Poco a poco Garin pasó de ganar pequeñas carreras, a ganar pruebas tan prestigiosas como las 24 horas de Liège. A le petit ramoneur, apodo por el que pasó a ser conocido en el mundo de la bicicleta, le dio tiempo a ganar sendas Paris – Roubaix antes de plantarse como principal favorito a la victoria en el primer Tour de Francia. Con frases como “antes que campeón, soy un hombre del pueblo. No sabía que estas dos nociones se harían consustanciales al deporte ciclista”, se hizo con la vitola de gran favorito y campeón del pueblo. Portando el dorsal número uno y con el apoyo mayoritario de la clase media-baja, iniciaba el primer Tour de Francia de la historia.

A las 15:16 del mediodía partían los corredores con destino a Lyon, y a las 9:00 de la mañana del día siguiente llegaba Garin, en primera plaza ratificando su posición de máximo favorito, aventajando en unos segundos a su compañero de aventura durante todo el día, Emile Pagie. Las dos siguientes etapas que incluían llegadas a Marsella y a Toulouse las venció el principal rival de Maurice Garin antes de empezar la carrera, un Hippolyte Aucouturier que se despidió de sus opciones de la general al abandonar en la primera etapa, por lo que ya no contaba en la general.

El mismo Aucouturier ganó la 4ª etapa entre Toulouse y Burdeos, pero fue descalificado por utilizar la estela de un coche y la victoria fue a manos de Charles Laeser. Maurice no iba a ceder su posición de líder en ningún momento, dominando de principio a fin y ganando a lo campeón las dos últimas etapas de la carrera. 20.000 espectadores vieron a Garin dar la vuelta de honor en el Parque de los Príncipes, el pequeño ciclista que apenas sobrepasaba el 1,60 de altura y los 60 kg hacía historia siendo el primer ciclista en ganar la carrera que hoy día es la más importante del mundo. Una historia que pese a ocurrir 110 años atrás, aún perdura en el recuerdo.

Maurice Garin en el Tour de 1903 acompañado de su masajista y su hijo.

Maurice Garin en el Tour de 1903 acompañado de su masajista y su hijo.