Cuando Edvald Boasson Hagen andaba fogueándose en carreras como el Tour of Britain o el Eneco Tour, siendo mimado en su camino en el ciclismo durante esos años (2008-2009) por la escuadra de Bob Stapleton, las miradas de la afición se ponían en abril con las ganas de ver al noruego batirse contra los grandes clasicómanos de piedras. La jerarquía manda, más en un equipo con tradición como es el ahora llamado Team HTC – Highroad, por lo que Boasson Hagen, siguiendo una evolución lógica que le trajo del Team Maxbo-Bianchi donde ya había conseguido muchas y buenas victorias (en la Thüringen-Rundfahrt, G.P. Ringerike, Normandia o el Tour del Porvenir), se tenía que contentar con ayudar a sus líderes en toda carrera que sugiriera tal papel de gregario, y aprovechar sus oportunidades allí donde pudiera y el equipo tuviera a bien dejarle libertad. El hambre, las condiciones naturales y la actitud de Boasson Hagen le hicieron obtener victorias de mucha calidad, como lo fueron la Gante-Wevelgem o una etapa del Giro en 2009, y dominar pruebas como el mencionado Tour of Britain. A finales de 2009, con todavía 22 años y siendo una de las grandes promesas del ciclismo mundial (una de las mayores irrupciones en el profesionalismo hasta el advenimiento de Peter Sagan), decidió cambiar la jerarquía y la pausa de Stapleton, por la inmediatez y el liderazgo que le brindó en bandeja Dave Brailsford. Sin encontrarse bajo el yugo que pudiera suponer la jerarquía de HTC-Highroad, el de Rudsbygd cambiaba de escuadra buscando libertad de movimientos y una posición de liderazgo para carreras de su gusto.
Comenzando el año con victorias en Qatar y Omán, y continuando con un buen primer contacto con el pavé (6º en la Omloop Het Nieuwsblad) y un triunfo en Tirreno, la primera parte de la temporada se le terminó torciendo tras hacerse serios en Harelbeke unos problemas en el tendón de aquiles que le impidieron rendir en la Milán – San Remo. Esto le impidió ponerse el dorsal número 1 en la GW. En De Ronde y Roubaix sufrió igual suerte. Con ello, su primera primavera como supuesto líder (a pachas con Flecha) de equipo se quedaba en mera anécdota y con mucha decepción. La amarga sensación que le dejaron los meses de abril y marzo pudo cambiarlos por sensaciones más positivas en al segunda parte de la temporada. Una buena victoria en la Dauphinè le devolvía la sonrisa. El campeonato nacional noruego de crono y la Dutch Food Valley Classic le dejaron a final de año con 6 victorias, y otros puestos anclados en la simple decencia, como los 2ºs puestos en la antigua HEW Cyclassics o en el GP Québec y dos 3ºs en sendos sprints del Tour de Francia, le terminaron situando en 15º puesto final en el CQ Ranking (20 podiums avalan este resultado). Por debajo de los mejores y por encima de la decepción.
El presente tiene similitudes peligrosas con la pasada temporada. En primer lugar, porque no ha conseguido ningún resultado decente en clásicas de pavé, pero incluso asusta más que por ahora no ha sido capaz de mojar (buen inicio en Omán, y ya). En segundo, por los problemas físicos que parece haber sufrido en la Milán – San Remo y que le han obligado a no inscribirse ni en la Dwars door Vlaanderen ni en la Gante-Wevelgem. Acudirá por tanto Boasson Hagen a De Ronde sin ningún resultado de importancia desde hace dos años en clásicas que mejor le vienen, y sin haber demostrado todavía que puede medirse con los grandes en éstas, lo cual es aún más alarmante con respecto a la cita del primer domingo de abril.
Pase lo que pase el próximo domingo (o el siguiente, si su intención es terminar en el velódromo de Roubaix), la categoría y el talento de Boasson Hagen es indiscutible. No son muchos los que son capaces de rendir a edades muy tempranas (ganó la crono del Criterium Internacional con sólo 20 años) al nivel que el noruego lo ha hecho los 3 años que lleva como profesional. El único pero que se le puede poner, aunque determinante si uno quiere ser grande en el ciclismo, es la falta de fondo que ha evidenciado en las dos Classicissimas que ha corrido (aunque en ambas lo hizo mermado por problemas físicos). En cualquier caso, como decimos, es joven, de categoría incuestionable y tiene hambre de triunfo. El noruego tiene toda una vida deportiva por delante para encontrar el triunfo en los grandes escaparates del ciclismo. De hecho, Boasson Hagen todavía tiene una primavera por delante. Un buen resultado en De Ronde lo justificaría.
Me ha gustado el artículo, en parte estoy de acuerdo en que lleva dos años sin grandes resultados, quizá su gran primer año como profesional en High Road hizo que se disparasen las expectativas, y mucha gente se haya decepcionado la pasada campaña, y el inicio de esta, pero yo creo que aun no está al nivel para luchar de tu a tu con gente como Flecha, Cancellara, Boonen… Aun es joven, y creo que están por llegar muchas alegrías, para los que como yo, somos seguidores del noruego.
Un saludo!