Parece mentira que una institución tan modesta y tradicional como la Associació Esportiva “Volta” pueda organizar una prueba de la élite del ciclismo mundial en tiempos de globalización, también para el ciclismo, que ya cuenta con equipos y carreras en todos los continentes. En un antiguo y estrecho edificio en el corazón del barrio de Sants se encuentra su sede, donde nos recibe su presidente y director general, Rubén Peris. Un hombre que cuando habla transmite pasión por el ciclismo, más allá de la histórica prueba que dirige. Así, se lamenta de que las nuevas fechas de la Volta, tan buenas para su prueba, le impidan viajar a la Milán-San Remo, como tenía por costumbre. “Solía ir en coche el viernes y el mismo sábado cuando terminaba me volvía. Valía la pena, es una carrera preciosa.”


Rubén Peris, entrevista previa a la Volta 2011

Rubén Peris, en la sede de la Volta (fuente: ciclisme.cat)

 

¿Cuál es su primer recuerdo de la Volta?

Mi primer recuerdo es de cuando mi padre me llevaba a verla a Montjuïc, de pequeño. Él era muy aficionado al deporte y nos llevaba a mis hermanos y a mí a ver muchos deportes. Y yo tuve la suerte de aficionarme al ciclismo.

¿Qué es lo que más ha cambiado desde entonces?

Ha evolucionado todo muchísimo, como es lógico. Pero aunque sea un tópico, tengo que decir que lo que más ha evolucionado es el material de los ciclistas y las carreteras por las que transcurren.

¿Cuál es el ciclista que más le ha impresionado en todos estos años?

Si tuviese que destacar solo a uno, sin duda nombraría a Eddy Merckx, que me tenía y me tiene el corazón robado. Es un orgullo tenerlo en el palmarés de la Volta. Se echan de menos ciclistas como él, que siempre competía en todas partes.

La Volta había pagado bastante esta tendencia de los ciclistas de competir cada vez menos, pero este año se ha conseguido una gran participación.

Exacto. Este año tenemos un cartel de lujo. Creo que el cambio de fechas del año pasado desde mayo hasta marzo fue fundamental, ahora no tenemos ninguna otra gran prueba que nos haga sombra y esto nos ayuda muchísimo para reunir grandes figuras.

Además, en marzo los ciclistas tienen hambre de bicicleta.

Por supuesto. Y no solo los ciclistas, también los aficionados estamos ávidos de ciclismo. Pues los corredores igual, se pasan el invierno entrenando y ahora tienen muchas ganas de competir, de ver cómo están en comparación con sus rivales. Así que espero una Volta espectacular.

Pero con esta gran participación, se echa de menos alguna etapa de montaña más, quizá no otra con final en alto, pero sí que tuviese alguna dificultad seria cercana a la meta…

Lamentablemente, no tenemos cola de poblaciones para hacer finales de etapa. Así que nos vemos obligados a hacer el recorrido en función de lo que tenemos. La verdad es que estoy muy satisfecho de nuestro equipo técnico por la Volta que han diseñado. Con lo que teníamos, hemos hecho lo que hemos podido.

Quizá la etapa de Lloret sea la que pueda asumir un poco ese papel, aunque sea el primer día…

Sí, es una etapa de la que no se habla mucho porque es el primer día y parece que no pueda pasar nada, pero creo que puede dar lugar a más de una sorpresa.

¿Cuánto cuesta organizar la Volta?

Nuestro presupuesto, sin televisión, es de 1,2 millones de euros. Ahí entran todos los gastos de los equipos y de organización de la carrera: arbitraje, derechos federativos, premios, controles antidoping,… Y hay que tener en cuenta que dentro de la organización, no cobra nadie. Esta semana vamos a ser unas 120 personas colaborando de forma totalmente altruista para que la Volta funcione. Realmente, cuesta mucho esfuerzo, económico y humano.

¿Por qué no se ha podido llegar a un acuerdo para la retransmisión en directo de la carrera?

Es muy simple. Vale mucho dinero, nosotros no lo tenemos, no lo podemos pagar y la televisión tampoco. Nosotros, a diferencia de las grandes carreras, que incluso cobran por sus derechos de retransmisión, tenemos que pagar la televisión. Sí que es un poco decepcionante que en el año del centenario no lo hayamos podido conseguir, pero es un momento muy difícil económicamente y también políticamente, con el cambio de gobierno. No tengo más que palabras de agradecimiento para las instituciones que han colaborado, pero sí que es cierto que el tema de la TV es una espina que se me ha quedado clavada.

Con estos problemas económicos: ¿No sería bueno una colaboración más estrecha con los grandes organizadores?

Lo que pasa es que estos grandes organizadores son empresas privadas con ánimo de lucro, y nosotros somos un club, un estatus que queremos mantener. Lo que sí nos gustaría es conseguir más apoyo comercial, que nos cuesta mucho encontrar. Lo ideal sería encontrar un buen punto de equilibrio como teníamos años atrás, con un buen paquete comercial e institucional. Tampoco son grandes cifras, nada comparado con lo mueven Tour, Giro o Vuelta, que asusta de verlo. Y ojalá les vaya bien, porque su éxito es el de todo el ciclismo: si ellos funcionan, a los demás también nos irá bien. La gente a veces me habla de la competencia del Tour llegando a Barcelona. ¡Pues ojalá viniese cada año! Eso nos ayuda, arrastra a la gente hacia nuestro deporte.

¿Qué le falta al ciclismo en Catalunya para estar al nivel de otros deportes? Llegó a ser muy popular pero ahora parece arrinconado por otros como la Fórmula 1, las motos, el tenis…

No estoy demasiado de acuerdo con esto. Dejando aparte el fútbol, que siempre es el número uno, no creo que el ciclismo esté tan por debajo del resto. Lo que pasa es que ahora hay, en general, un abanico mucho más amplio de posibilidades de ocio y el público se diversifica mucho más. Antes, la gente el fin de semana o iba a ver deporte o se quedaba en casa y ahora la mayoría tiene una segunda residencia o mil sitios adónde ir. Pero hay mucha afición al ciclismo, que además es un deporte que tiene un retorno publicitario y turístico muy alto. A mucha gente, más allá de la competición, le gusta por los paisajes. Y televisivamente es espectacular, es de los pocos que se ve mejor por la TV que en directo. El público en casa lo ve mejor que el director de equipo que va en el coche. Y de ahí también viene un poco esta guerra del “pinganillo”.

¿Cuál es su posición al respecto?

Podría estar de acuerdo con que algún corredor lo llevase, pero no como hasta ahora. Que todos los ciclistas lo lleven ha frenado mucho la espontaneidad. Antes, cuando uno saltaba, en seguida había otros que iban a por él. ¿Cuántas veces habíamos visto al coche de equipo adelantar al pelotón dando claxonazos? Ahora no sale nadie si no se lo dice el director desde atrás. Hablan de seguridad, y tienen parte de razón, pero eso se puede solucionar de otras formas. Lo que no puede ser es que no hayan ataques espontáneos.

Para terminar, aunque como organizador no se pueda mojar demasiado… ¿Un favorito y un deseo para la edición del centenario?

No hablo nunca de favoritos. Sólo digo que el que gane, se lo habrá merecido, así es nuestro deporte. El que gana, ya sea porqué es el más fuerte, el más listo, el más rápido, el más hábil, lo merece. Hacemos controles antidoping cada día y estoy convencido que el 99,9% de los ciclistas van limpios. Solo espero que el domingo, cuando la carrera termine en el Pla de Palau, podamos decir que la Volta del centenario ha sido un éxito. Se lo debemos a todos los que han hecho posible que la carrera llegara hasta aquí, que han sido muchos y tienen mucho mérito.