Katusha lo tiene difícil. Desde que el pasado mes de diciembre fuera discutido su nivel deportivo por cuestiones poco aclaradas (financieras y éticas, entendemos), y se le negara la licencia World Tour, el equipo ruso ha visto como su futuro en el ciclismo se tambaleaba. Rumores de salidas vitales, como la de Joaquín Rodríguez (que dice tener claro que si el equipo no es World Tour, se irá), y confirmaciones de la futura no presencia en algunas de las carreras más importantes han afectado directamente al equipo de Viatcheslav Ekimov, nuevo team manager desde este mismo invierno. El ex de US Postal sustituyó a Hans-Michael Holczer, el cual a su vez sustituyó a Andrei Tchmil un año antes.

Katusha es ‘Purito’, y en tanto que la relación entre ambos se ha construido de forma interesada, con el catalán aumentando la cuota española y de allegados claramente, y peleando de forma pública por más recursos y mejores condiciones, que el equipo auspiciado por Igor Makarov no tenga la máxima licencia pone en riesgo muchas cosas construidas a base de talón. Si ya está difícil, sin ‘Purito’ a la única carrera a la que podría aspirar Katusha sería la Vuelta. Y eso está por ver. ASO siempre planea con insistencia y las cosas claras.

Son muchas las teorías que han ido deviniendo estas semanas. La primera era una supuesta venganza de Holczer al verse fuera del equipo, quien por ello, siempre supuestamente, habría revelado insuficiencias financieras dentro del equipo ruso. Esta teoría tiene su extensión en la pasada semana, en la que el alemán fue nombrado asesor de Igor Makarov e Itera. ¿Pago de favores o compra de silencio?

Después se tantearon otras teorías, como la supuesta mano dura que quería imponer la UCI en cuanto al factor ético -por el que a Katusha le impide la comisión de licencias ser World Tour-, todo ello en clara alusión al positivo de Denis Galymzianov, las historias con Alexandr Kolobnev o el pasado del mismo Holczer (en Gerolsteiner), y otras cuestiones del pasado más reciente de Katusha. Es posible que todo esto no sean más que cuestiones tangenciales, cuestiones que ayuden a que un objetivo mayor, ejecutivo en este caso, pueda irse decidiendo durante los próximos meses.

Igor Makarov ha ido propulsando la imagen del ciclismo ruso, y la suya propia, desde el equipo Katusha, cabeza visible pero no único argumento del ‘Russian Global Cycling Project’. Makarov tiene negocios a través de Itera en todo el Mundo, desde Asia a América del Norte pasando por Europa. Es presidente de la federación rusa de ciclismo desde junio de 2010, meses después de comprar el equipo de Oleg Tinkov, hacerlo suyo y conseguir , con la ayuda de Andrei Tchmil, echar al propio Tinkov de éste. Esa es la manera de proceder de Makarov; comprar, entrar y cambiar de forma drástica las cosas haciendo todo el beneficio suyo. Es un empresario decidido, que ha visto en el ciclismo la posibilidad de promocionar y dar publicidad y relación pública a sus negocios. También es parte del comité gestor de la UCI.

Andrei Tchmil ECU

El 23 de febrero de 2011, la European Cycling Union anunciaba por medio de un comunicado que Itera, la gasera de Makarov, patrocinaría la asociación presidida por el polaco Wojciech Walkiewicz. Dos semanas más tarde, en Segovia, en la Asamblea General celebrada con la presencia de Pat McQuaid, Makarov se adjudicaba una de las dos plazas que la ECU tendría en el UCI Management Committee. Con 25 votos se ganaba la primera plaza y entraba así a formar parte de la mismísima UCI. Desde entonces se le ha visto en numerosas ocasiones con Pat McQuaid. La segunda plaza jugada en Segovia sería para el rival de Andrei Tchmil en las elecciones a presidente de la European Cycling Union, que tendrán lugar el próximo mes de marzo: David Lappartient.

Porque Tchmil, cara pública y parapeto de Makarov para muchos asuntos, es el candidato del bloque del Este para las elecciones de la EUC. Nos cuenta que quiere ‘dar a la ECU la credibilidad que jamás ha tenido’, pero niega, rotundo, que sea parte de dicho bloque, aunque esté moviéndose como pez en el agua por unos países del entorno del dueño, pero que ya le apoyan; ‘es un error imaginar que Makarov apoya mi candidatura. Él preferiría que fuese Lappartient quien se convirtiera en el presidente de la ECU’.

Lappartient, presidente de la federación francesa de ciclismo, es el otro candidato. El candidato de la UCI, se entiende. Y, para estos efectos, también de ASO. Para estas elecciones, el bloque del Este se ha ido moviendo desde hace meses, realizando encuentros con hasta 21 países y disfrutando del compromiso de las federaciones croata, italiana, chipriota, húngara, macedonia, moldava, bielorrusa y serbia. De estos encuentros, llamados Central and Eastern European Initiative (CEEI), Makarov y Tchmil (los dos, por mucho que el moldavo se esfuerce en asegurar que no), apoyados en la federación moldava de ciclismo, de la que el ex corredor es presidente, han ido colectando apoyos para unas elecciones más importantes de lo que parece a primera vista.

Ahora Tchmil se desmarca de esa relación con Makarov argumentando que salió mal de Katusha, y que todavía no está todo solucionado. Sin embargo, es obvia su relación político – deportiva, y que se lleva preparando para entrar de lleno en la UCI desde que dejara Katusha en 2011.

En septiembre de este año se elige nuevo presidente de la UCI. Se hará para los próximos 4 años, hasta 2017. Pat McQuaid cada vez lo tiene más difícil, en tanto que su imagen dentro del ciclismo es cada semana peor, pero así como Hein Verbrugge lo dejó en alguien de su entorno, seguramente el irlandés quiera hacer lo mismo (y sabe que puede, ya que el sistema de elección se basa en cuestiones puramente relacionales). Lappartient es su candidato para las elecciones de la ECU, y aunque no suena tanto para suceder a McQuaid, trabajan desde hace tiempo pensando en septiembre, siempre debilitando a Katusha, y con el mismo Lappartient o Brian Cookson como posibles figuras continuistas. Porque las elecciones a la presidencia de la UCI no se consiguen con programas económicos y deportivos, sino gracias a la relación pública de los candidatos, sus apoyos y varios tangibles intangibles. It´s all about politics!

igor Makarov Katusha

Katusha, la cabeza visible, como decimos, del proyecto ruso, no es World Tour por decisión de una comisión que ha tenido en cuenta valores éticos que contrarrestaron el poder deportivo del equipo. En principio, de una comisión formada por juristas exógenos a cuestiones deportivas y supuestamente independiente, nadie duda. Tchmil, dice, lo intuía: ‘conozco los problemas que había en Katusha y han tenido tiempo, o no han querido, escucharme’. ¿Jugando al despiste o jugando solo? La insistencia del moldavo en desmarcarse de la figura de Makarov es obvia cuando le preguntamos, pero no hay i un solo argumento práctico que apoyen sus palabras.

Katusha ha tenido que acudir al TAS para defender su postura como equipo de la élite del ciclismo (organismo que decidirá su futuro este mismo 8 de febrero), y mientras tanto ha perdido las invitaciones al Giro d’Italia (la más justificada de todas), así como a la París – Niza y el Dauphiné. Y aunque la Fédération Française de Cyclisme, en declaraciones de su presidente, ha tenido discusiones con ASO en varias ocasiones, la elección y unión ciclista suponen una causa de fuerza mayor. Tchmil, ganador de De Ronde van Vlaanderen, Milano – Sanremo o la Paris – Roubaix, con una figura como ciclista que parece no tener su extensión en su figura como gestor, tira con todo y contradice todas las teorías escuchadas sobre sus vínculos: ‘mantengo las mejores relaciones posibles con la UCI y ASO. Tengo entendido que Lappartient es como los que abandonan un barco cuando está a la deriva’. Y no lo deja ahí: ‘si me eligen como presidente de la ECU no dependeríamos de nadie. Ni de la UCI ni de un mecenas que con su dinero quisiera reprimir nuestras ideas y nuestra voluntad de actuar’.

Hay mucho detrás de estas declaraciones de Andrei Tchmil. Un alejamiento pensado y medido, pero entendemos que de cara a la galería, en tanto que Makarov ha sido fundamental para el moldavo y es actor principal de la vida política del ciclismo a nivel mundial. También es muy comentable, por los dobles significados, la contratación como asesor de Makarov e Itera de Hans-Michael Holczer, que abre un nuevo debate sobre por qué fue despedido y ahora contratado por Makarov el ex manager de Gerolsteiner. Veremos qué ocurre el viernes, y siendo Katusha o no World Tour, cómo se mueve Joaquín Rodríguez y qué invitaciones entrega ASO para el Tour… y la Vuelta. ¿Estará siendo Katusha la víctima de las intenciones políticas de Igor Makarov?