La larga y tensa semana de espera mirando suelo, tierra y cielo en busca de respuestas a los enigmas que presentaban los históricos Mundiales de Louisville, culminó antes de ayer en una explosión de ciclocross en la que se repartieron a sus nuevos propietarios las casacas con el particular arco iris de las dos ruedas dibujado sobre el pecho, tras la acertada reestructuración del programa de los campeonatos a causa del desbordamiento del río Ohio sobre el trazado diseñado en Eva Bandman Park. La metralla y escombro que ha dejado tras de sí la hemos intentado recoger desde Cobbles & Hills para traeros algunas de las resoluciones que hemos sacado en claro tras los golpes de desgracia, fortuna, recuperaciones, hundimiento, victoria y derrotas que sacudieron el mundo de las ruedas anchas la intensa tarde del sábado.

1. El Mundial devuelve a Nys parte de lo robado

Cuando el pasado sobre las dunas de la costa de Koksijde, Sven Nys veía como por enésima vez y por un enésimo motivo diferente se le escapaba una nueva oportunidad de conseguir el título universal, su paciencia no lo pudo resistir más. Caídas, averías o alguien que simplemente era mejor, el Kanibaal parecía haber decidido que el Mundial no era para él. Afortunadamente, el crosser de Baal tuvo toda la primavera para relajarse y plantar cara de nuevo ante su bestia negra, que en esta ocasión realmente se ha ablandado ante las añejas amenazas de Nys. Y es que el Mundial le cedió ocho años después su segunda corona universal en una carrera en la que al fin le sonrío la fortuna necesaria que debe acompañar siempre al ganador. La justicia poética hoy se escribe con sus letras.

2. Klaas Vantornout se confirma como el “cuarto grande”

Los resultados no mienten. Quien esta campaña comenzó como gregario de lujo y habitual outsider a tener en cuenta siempre bajo el dominio de Albert, Nys y su compañero Pauwels, se ha metido por derecho propio en el Olimpo del barro belga y por extensión mundial. El veterano ciclista de Torhout ha alcanzado en la treintena la intersección ideal entre energía y experiencia y así lo ha demostrado en Louisville, donde se ha llevado una presea plateada, la cual bien podía haber sido dorada de no ser por un par de enganchones en el último giro, que deja de manifiesto que su triunfo en Mol no fue casual.

El público americano se volcó con los ciclistas y, como es habitual en ellos, con el ganador / Foto: Nathan Hofferber

El público americano se volcó con los ciclistas y, como es habitual en ellos, con el ganador / Foto: Nathan Hofferber

3. La cadena deja por segunda vez sin premio a Pauwels

Era el favorito número en la gran mayoría de las quinielas y así lo estaba poniendo de manifiesto en el embarrado trazado americano en la tarde-noche de anteayer. Tras una buena salida, controlaba los tiempos de la carrera desde el comienzo, sin gastar fuerzas absurdas antes de lo necesario y demostrando que sus piernas giraban como en los mejores días. Sin embargo, por segunda vez en dos semanas la cadena de su bicicleta traicionaba a Kevin Pauwels y le privaba de la oportunidad de luchar por otro maillot que tenía al alcance. La mano negra de los Mundiales se cernió en esta ocasión sobre el tímido ciclista de Ekeren al que solo un milagro que dé la vuelta a la tortilla de su desgraciada temporada puede evitar que termine injustamente la temporada “de vacío”.

4. Un thriller llamado circuito

La locura vivida con la climatología y sus consecuencias sobre el terreno donde se iban a dirimir los campeonatos durante la semana previa al campeonato ha sido digna de una novela de suspense. El temor a que se repitiera una carrera una carrera en grupo tras el plano circuito y las temperaturas primaverales que se encontraron a su llegada fue rápidamente disipado por nevadas, temperaturas gélidas y finalmente, el riesgo de desbordamiento del río que obligó a adelantar al sábado las dos citas claves del fin de semana. Pese a la intriga respirada respecto a su estado y a lo que podía deparar la carrera, cuando el sábado se dio el pistoletazo a todas y cada una de las carreras, éste presentaba un aspecto excelente para vivir una jornada inolvidable de ciclocross. La mezcla de nieve, hielo y barro espesó la tierra en su justa medida para dificultar el rodar de los crossers y resultar duro y selectivo (como bien pudieron comprobar durante los últimos giro Francis Mourey, Martin Bína o Niels Albert en categoría élite masculina, o Sanne van Paassen y Eva Lechner en féminas), pero al mismo tiempo perfectamente rodable en la casi toda su extensión.

5. Wellens resucita a tiempo

Las últimas semanas no han sido sin lugar a dudas sencillas para Bart Wellens, quien por primera vez desde que comenzó su carrera vio como estuvo a punto de quedarse fuera de la gran cita de la temporada. Los problemas de espalda que acarreaba tras de sí desde el pasado mes de diciembre, los paupérrimos resultados obtenidos como consecuencia y un circuito que se esperaba llano y seco no hacían pensar en él como uno de los favoritos al podio y casi ni siquiera como un outsider de garantías. Pero la experiencia es un grado que el corredor de Telenet-Fidea no iba a desaprovechar. Sin cebarse de inicio, yendo como es habitual en él de menos a más, Wellens fue enterrando cadáveres a su paso hasta alcanzar un cuarto puesto que no alcanzaba desde el Mundial de Hoogerheide en 2009.

Jeremy Powers y Bart Wellens, que compartieron travesía en los primeros metros, no pudieron tener finales más diferentes / Foto: http://cyclephotos.co.uk

Powers y Wellens, que compartieron travesía en los primeros compases, no pudieron tener destinos más diferentes / Foto: http://cyclephotos.co.uk

6. Los jinetes americanos rehusan sobre el barro y la nieve

Un buen puñado de voces (entre las que me incluyo), avisaban de la posibilidad de sorpresa por parte de uno o varios miembros de la selección estadounidense en el primer Mundial que acogían dentro de sus fronteras. Un circuito arquetípico del inmenso calendario yankee y la especial motivación de correr ante sus entregados paisanos eran los principales argumentos al final de un grupo para quien el río parece que se desbordó un día antes. La nieve y el barro fueron los inesperados invitados que destrozaron las opciones de unos ciclistas locales, acostumbrados a correr mayoritariamente en circuito secos y temperaturas otoñales, que además fueron víctimas de las desgracias en forma de caídas de sus dos hombres mejor situados en carrera: Jonathan Page y Ryan Trebon. El veteranísimo Timothy Johnson (19º) fue en último lugar quien salvó la honra nacional entrando en el top-20.

7. El ciclismo femenino sigue respondiendo al nombre de Vos

Competición tras competición la rizosa campeona de s’Hertogenbosch sigue demostrando que es la mejor ciclista del mundo y va camino de convertirse en la más grande de la historia. Cubrir únicamente media temporada invernal no ha supuesto ningún problema para Marianne Vos a la hora de conseguir a sus 25 años su sexto arco iris de la modalidad y el décimo si contamos las parejitas que suma en pista y carretera. La oranje se escapó desde los primeros instantes de la competición sin encontrar ninguna rival a su paso que pudiera no solo contrarrestar su poder, sino simplemente seguir de cerca la estela dejada por ella. Cumplido el primer trámite del año, ahora le espera la ruta para seguir imponiendo su tremenda calidad.

Esta vez tampoco hubo rival para Vos / Foto: Cathy Fegan-Kim

Esta vez tampoco hubo rival para Vos / Foto: Cathy Fegan-Kim

8. Van der Poel cierra la temporada perfecta

Louisville no fue sino otro trámite más para el hijo menor de Adri van der Poel en la inmaculada travesía en la que se ha convertido su campaña en la que, a falta de lo que ocurra en las rondas finales de Superprestige y BPost Bank Trofee, no conoce otro sabor que no sea el de la victoria. Su aplastante superioridad le hace competir únicamente contra sí mismo, dejando como único atisbo de incertidumbre allí donde compite es la diferencia que será capaz de endosar al segundo clasificado. Su nuevo arco iris ha certificado lo que el barro llevaba mostrando toda la temporada, que se trata posiblemente del mejor ciclocrossman en categoría junior de todos los tiempos. Está claro que él no es ningún ‘Poulidor‘.

9. El ciclocross continuará sonando en neerlandés

Como se preveía, lo acontecido en el Eva Bandman Park confirmó que el futuro del ciclocross sigue pasando por piernas neerlandesas y belgas. Y no solo por las brillantes maneras de Van der Poel que sobre estas líneas mencionabas o por el meritorio podio de Lars van der Haar en su primer año en la élite, sino fundamentalmente por lo visto en la carrera sub23, en la que los participantes de ambas nacionalidades coparon las diez primeras plazas de la carrera.

10. Notable actuación de la escuálida armada española

A pesar de que la falta de apoyo económico de la federación para cruzar el charco estuvo cerca de apartarlos del sueño del Mundial, la confianza que en ellos sí pusieron sus patrocinadores fue devuelta con creces por parte de los tres representantes de la selección española. Aitor Hernández firmó una notable vigésimo tercera plaza en su primera carrera en el extranjero desde sus días como rutero en las filas de Euskaltel-Euskadi en una condiciones a las que para nada está acostumbrado; mientras que Javier Ruiz de Larrinaga firmó una meritoria vigésimo octava plaza aunque el estado del trazado no era el más adecuado a sus condiciones. Pero la gran alegría del fin de semana vino de manos del sub23 Jonathan Lastra, quien se guardó su mejor versión para el día más importante y logró una inesperada decimoquinta plaza, la mejor cosechada en los Mundiales por la delegación nacional desde el 2004.