Si para algunas personas aún Lance era inocente, con sus declaraciones hace tan solo unas horas a muchos se les habrá caído un mito. Un mito que ya no existía. Lance Armstrong admitió su dopaje tal y como se había filtrado días pasados, contestando repetitivamente y con un “Sí” rotundo, a las preguntas que la presentadora Oprah Winfrey -mejor de lo esperaba, correcta en su papel- le realizaba sobre transfusiones sanguíneas, EPO, cortisona y hormona de crecimiento. “Mi cóctel era EPO, transfusiones y testosterona” respondía Lance. El tejano, desposeído de sus 7 Tour de Francia, anunció como una gran mentira toda su historia. “Todo se ha tratado de una gran mentira que resultó bastante perfecta durante mucho tiempo”. Admitió que se dopó desde mediados de los 90 y fue en 2005 cuando traspasó por última vez la línea del dopaje. Por lo tanto Lance deja ver, que tras su vuelta al ciclismo, su podio en el Tour de Francia de 2009 fue totalmente limpio, algo que cuesta creer a muchos, pues la edad y los antecedentes invitan a pensar lo contrario.

Como si de una secta se tratase, Lance aseguró que intimidaba a sus compañeros para que se doparan. “Nunca presioné a nadie para que se dopara, ni le animé. Obviamente, era el líder y era el ejemplo”. ¿Les intimidabas? “Sí, porque trataba de controlarlo todo. Si oía algo que me sonaba desleal, intentaba controlarlo, pero no es cierto que coaccioné a Vande Velde”. Sobre Michele Ferarrí, comentó.“Hay personas en esta historia que eran buenas personas, no son monstruos, no son malvados y no son malos. Ferrari es un hombre inteligente, aún lo pienso” así habló Lance sobre uno de sus médicos y ayudantes durante sus años de éxitos.

Lance asegura que superar el cáncer, le hizo ser un luchador al que solo le importaba ganar. “La actitud de ganarlo todo la tomé primero ante el cáncer y la transporté al ciclismo. Y eso es malo, quise perpetuar la historia. Ganar era importante y aún me gusta, pero ahora veo el triunfo de otra manera. Doparse era parte del trabajo, así es como yo lo veía”. Sin embargo recordó que “nunca di positivo en ningún control. Pasé los cientos de controles que me hicieron”. Tampoco le tembló el pulso al comentar “De los 200 ciclistas que corríamos el Tour de Francia, tan solo había 5 verdaderos héroes”. Esa época del ciclismo que ahora intuye más controlada con un Pasaporte Biológico que considera bueno (aunque paradójicamente burlara en 2009).

Lance Armstrong y Oprah

La presentadora hizo referencia al libro de Tyler Hamilton, en el que se dice que en el autobús se inyectaban EPO, y cuando los aficionados se acercaban para fotografiarse con sus ídolos, tiraban las jeringuillas en latas de Coca Cola. Lance dejó la duda. “No sé, no lo recuerdo, no te podría decir por qué no me leí el libro de Tyler. La historia del Tour de Suiza no es cierta, no hubo pagos a laboratorios. La UCI no borró nada”, aseguró Lance Armstrong. Entonces, ¿por qué realizó una donación a la UCI?, preguntó la presentadora. “Me resulta imposible contestar esa pregunta y que alguien me crea. Sencillamente tenía dinero, me lo pidieron y lo hice, pero no para que se ocultara nada”. En este punto, una de las mentiras de ayer de Lance: la donación fue durante la época de su supuesto positivo (2001), y él dejó ver que la donación fue más tarde.

Otra de las respuestas de Lance fue negar que su época fuese “el mayor dopaje del deporte. Es mentira. Era profesional y muy inteligente, pero conservador y muy arriesgado. Decir que ese sistema era más grande que el de los años 70 y 80 en Alemania del Este. No”. El tejano admite que el punto de inflexión fue cuando su ex compañero Floyd Landis se decidió a declarar. “Floyd me avisó que había confesado, que había grabado todo y que lo iba a colgar en Youtube”. Armstrong todavía recuerda que en aquel momento estaba en el hotel de concentración donde el equipo estaba disputando el Tour de California. “Me mandó muchos mensajes a mi teléfono y le dije que hiciera lo que tuviera que hacer, pero que me dejara en paz”.

Pensé que la historia se sostendría por mucho tiempo, pero todo comenzó con la investigación federal”. Cuando llamaron a declarar a su amigo y compañero George Hincapie, Lance ya supo su porvenir: “Mi destino estaba sellado. No culpo a George de todo. Es la voz más creíble en todo esto, somos amigos y llevamos juntos desde los 16 años, conoce la historia mejor que nadie. Todavía somos grandes amigos”, resaltó el ex ciclista estadounidense.

Lance pidió disculpas. “Tienen todo el derecho de sentirse traicionados y es mi culpa, pasaré el resto de mi vida tratando de enmendarme y disculparme para que la gente vuelva a confiar en mí”, comentó. Una de esas personas es Emma O’Rilley (ex masajista del equipo US Postal) que dio a conocer la historia de la cortisona que se inyectaba en 1999 y que fue cierta. “Quiero hablar con ella para disculparme, ya intenté llamarla y decírselo. La historia de la cortisona en 1999 es cierta”. Siguió negando lo que los Andreu, Betsy y Frankie, dijeron hace unos años (y que por ello Armstrong trató de hacerles la vida imposible): que en aquella habitación de hotel, el americano, en pleno proceso de lucha contra su enfermedad, admitió doparse antes de 1996. Tiene ante sí al sombra del perjurio, y por ello sigue negando cosas.

Respondió en una de sus últimas cuestiones que el ama el ciclismo. “Amo el ciclismo. Si hubiese una comisión para aclarar todo el asunto y ayudar al ciclismo seré el primero en ayudar”. Así finalizó una primera parte de la entrevista, que no ha dejado indiferente a nadie. McQuaid y la UCI salen bien parados de esta primera entrevista y esta misma noche se emitirá la segunda parte a partir de las 3:00 de la madrugada. Veremos qué le contó el americano a Oprah, esperando que en esta parte, la segunda, aporte algo al ciclismo que tanto ama, porque en esta primera parte lo único que queda es la confesión y nada más que pueda ayudar al deporte.