Cuando Simon Lamon habló con Jan Denuwelaere (Poperinge, 1988) a principios del pasado mes de octubre, una profunda obsesión ya rondaba la cabeza del líder de la pequeña escuadra de los hermanos Van den Berghe: “sin entrar en la selección de la Copa del Mundo, mi evolución queda estancada”. Con la campaña aún en pañales, el antiguo piloto de motocross trataba de hacerse notar en los medios de comunicación para llamar la atención del seleccionador belga Rudy De Bie, quien hasta ahora ha dado largas a los continuos llamamientos que el bueno de Jantie ha efectuado a través de entrevistas o en su propio Twitter cada vez que ha tenido motivos para sacar pecho.

Unas voces contrarias a la actuación llevada a cabo por el seleccionador y la federación que vienen repitiéndose, tanto por parte del propio corredor como del staff técnico del equipo, desde comienzos de campaña. Ejemplos de ellos son la ironía a la que recurría el ciclista ante la noticia de que en las carreras belgas, los profesionales correrían con el mismo número en todas las citas, salvo contadas excepciones entre las que se encontraba; o el retweet no menos socarrón ante la inscripción de un Tom Meeusen lesionado para las carreras de Koksijde y Roubaix. Una circunstancia que impulsó a su equipo a emitir un comunicado oficial, en el que se quejaban de que las grandes estructuras continentales recibían un trato de favor respecto a los equipos más pequeños, acusando a De Bie de no ser objetivo y no atender a los resultados de Gieten o Gavere; quien se excusaba aduciendo que esperaba un mejor rendimiento de Jan y contraargumentando que en otras categorías tampoco mira el color de las camisetas para hacer sus elecciones.

Denuwelaere ha dado tanto de hablar por su actuación en la pista como ante los micros / Foto:  www.sporza.be

Denuwelaere ha dado tanto de hablar por su actuación en la pista como ante los micros / Foto: www.sporza.be

En definitiva, una “guerra fría” que se ha mantenido en tercer o cuarto plano de actualidad hasta el pasado sábado, cuando Denuwelaere derrotaba en un lodazal impracticable a Zdeněk Štybar, en el regreso del excampeón universal a las campas tras su definitivo salto a la carretera. En la que ha sido una de las mejores carreras de la temporada, el joven flamenco hacia rodar con fluidez la bicicleta allí donde los grandes Sven Nys o Niels Albert quedaban atascados. Sin embargo, éste no podría defender su victoria 24 horas más tarde en Namur, ya que no formaba parte de los nueve seleccionados por De Bie para la quinta ronda de la Copa del Mundo.

¿Cómo era eso posible? ¿Cómo podía ser que el ganador de una prueba de ese nivel, en la que hizo a la vez de mártir y verdugo del antiguo martillo del ciclocross patrio, no fuera a defender el honor de su veldrijden a la capital de Valonia? Lo que hasta entonces era una residual nota de prensa, pasó a ser primera plana en las gacetas flamencas. El resultado al día siguiente de crossers tocados físicamente como Bart Wellens (24º) y Dieter Vanthourenhout (27º), echaron si cabe más leña al fuego a un debate que se caldeaba: más del 80% de los participantes en una encuesta de Het Nieuwsblad abogaban por la presencia de la sensación del momento hoy en el circuito de Heusden-Zolder.

En esta tesitura, Denuwelaere y Style & Concept, encoraginados por el revuelo mediático formado a su alrededor tras su victoria en Essen, han cargado de nuevo contra el capitán de la escuadra nacional, retomando su particular cruzada por formar parte del grupo de ciclistas belgas (ya sean ocho, nueve o diez) en la parrilla de las citas de la Copa del Mundo. El mismo Jan comentaba que ya no sabía qué hacer para formar parte de los elegidos y atacaba directamente a De Bie: “¿Yo he hablado con el entrenador? No, es una lástima. Yo le veo con otros ciclistas y directivos, pero no conmigo. (…) Pensé que era el trabajo de un entrenador era detectar el talento y potenciarlo en lugar de reprimirlo”. No menos fuertes eran las palabras de su mentor Garreth van den Berghe, quien volvía a acusarlo de falta de objetividad, de exigir a su pupilo más de lo que lo hacía con otros habituales en sus listas.

Pese a estar en el ojo del huracán por su no convocatoria a Denuwelaere, De Bie se mantiene firme / Foto: © belga.

Pese a estar en el ojo del huracán por su no convocatoria a Denuwelaere, De Bie se mantiene firme / Foto: © belga.

Unas acusaciones que si bien no han hecho perder las formas del que fuese primer vencedor del GvA Trofee allá por 1988, tampoco han provocado un cambio en su parecer. Aunque tenía la potestad de cambiar a alguno de los titulares (sin ir más lejos, Vanthourenhout y Wellens siguen recuperándose de sendas infecciones) hasta la tarde de ayer, decidió continuar con su plan inicial y seguir dando largas a una promesa de Poperinge a la que, tras mostrarle su admiración tras el éxito cosechado, instó a mantener el mismo nivel en Loenhout o Baal para aspirar a entrar entre los seleccionados para Roma.

Una palabras que tratan de limar asperezas con un ciclista que apunta a ser clave en el futuro a medio plazo de la selección belga, pero que en ningún caso consuelan ni a Denuwelaere ni a su entorno, para quienes la presencia en las mangas de la Copa del Mundo va mucho más allá de un mero capricho o un simple escaparate promocional. La ingente cantidad de puntos UCI que se otorgan en sus ocho pruebas puntuables respecto al resto de carreras le impiden luchar en igualdad de condiciones con muchos rivales tanto nacionales como extranjeros que si aspiran a dichos puntos, y por lo tanto a la consiguiente mejora en el ránking y en las parrillas de salida, en las que parte habitualmente desde una cuarta o quinta fila que en muchas ocasiones lastra sus posteriores resultados por encontrarse con corredores más lentos que él, pero con más puntos.

Actuaciones no sólo como las del sábado, sino también como las de Gieten u Overijse, se está ganando a pulso la presencia en alguna cita de la clasificación por excelencia. No obstante, se trata de una responsabilidad incluso mayor que le premio que supone, no solo por el prestigio que ha de mantener el plantel belga, sino porque su entrada obligaría a Rudy De Bie a deshacerse de todo un campeón del mundo como Bart Wellens, del doble top-10 este año en el campeonato como Dieter Vanthourenhout, o uno de los siete tipos que consiguieron el histórico pleno en los arenales de Koksijde. De cualquier modo, esperemos que no tenga que llegar al límite sobre el que él mismo ironizaba, tras su épica victoria del sábado, de tener que “ganar una carrera de la Copa del Mundo para ser seleccionado para una carrera de la Copa del Mundo”.

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