Por la puerta de atrás y sin hacer ningún ruido. De esta forma se ha marchado del ciclismo Carlos Barredo, que ha decidido dejar la bicicleta tras nueve años como profesional y con solo 31 años. Durante el pasado mes de agosto conocíamos la noticia de que el asturiano había arrojado valores anómalos en el pasaporte biológico, y había sido apartado por su equipo, el Rabobank, desde el mes de junio, razón por la cual se había perdido el Tour de Francia entre otras pruebas. Como ya ha sucedido en otros casos, valores anómalos en el pasaporte biológico es equivalente a dos años de sanción y, a diferencia de otros ciclistas como Franco Pellizotti, que pese a que en un primer momento también pensó en dejarlo volvió a subirse a una bicicleta, no será así en el caso de Barredo que, a falta de una confirmación oficial por su parte, ha decidido dejarlo.

Barredo lo deja pero parece que su intención es la de defender su inocencia ante la UCI. Uno de los principales problemas que se va a encontrar el asturiano a la hora de recurrir la sanción será el de la extrema lentitud con la que se procesan este tipo de casos y que ya explicamos en su día. No ya solo en los pasos que se siguen a la hora de analizar un posible valor anómalo en el pasaporte biológico de un ciclista, sino también a la hora de recurrir las sanciones como ya vimos en el caso de Valjavec 0 en el caso de Pellizotti, que tardó casi dos años en encontrar la resolución a su caso. Es un proceso lento y que muestra una vez más la ineficacia de este sistema -no del propio pasaporte, que se ha demostrado como un avance-, como ya hemos visto en otros casos como el caso del mencionado Pellizotti o el tan manido caso Contador.

No es la primera vez que Barredo se ve implicado de manera más o menos directa con este tipo de problemas. Debuta como ciclista profesional nada más y nada menos que en el Liberty Seguros en el año 2004, donde consigue su primera victoria en una etapa de la Vuelta a Asturias. En 2005 firma un año más que aceptable con un séptimo puesto en el Eneco Tour y un tercer puesto en el GP Pino Cerami, además de otros buenos puestos en otras vueltas de nivel medio. En 2006 todo cambia para el asturiano. Estalla la Operación Puerto antes del Tour de Francia y mientras los grandes líderes de su equipo o son sancionados o se ven forzados a la retirada, no recae ninguna sanción sobre otros ciclistas del equipo que consiguen salir indemnes de la situación, reflejando en cierta medida el caos de todo ese proceso judicial.

Barredo encuentra hueco en el Quick Step donde va a pasar cuatro buenas temporadas en las que consigue llevarse la Clásica de San Sebastian en 2009, además de una victoria de etapa en la Vuelta a España, en la Paris Niza o un décimo puesto en la general de la Vuelta a España. En su último año en el equipo belga iba a tener lugar una de las situaciones más duras que ha vivido el asturiano en su carrera. La UCI publicó una lista de ciclistas sospechosos en base a los datos extraídos del pasaporte biológico adjudicándole a cada uno una nota del 1 al 10 y Barredo recibió la máxima nota, un 10. Además de lo que significa que te marquen como sospechoso, resulta significativo que dos años después, el ciclista se encuentre sancionado por valores anómalos en el pasaporte biológico.

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En 2011 pasa a Rabobank donde no se encuentra cómodo en ningún momento y baja notablemente el rendimiento en relación a lo que le habíamos visto en el Quick Step. En 2011 solo consigue el segundo puesto en la Clásica de San Sebastián, su prueba fetiche, tras el todopoderoso Gilbert. En 2012 diferentes lesiones y la decisión de su equipo de apartarle de la plantilla por estos valores anómalos hacen que firmara un año prácticamente en ‘blanco’.

Se marcha un ciclista combativo, de esos a los que siempre que la carretera empezaba a picar para arriba le ves atacando. Un ciclista diferente, con sus manchas (como bien fue la pelea barriobajera que tuvo con Rui Costa en el Tour 2010) y sus momentos para el recuerdo como la gran victoria en los Lagos de Covadonga bajo la lluvia. No se ha podido despedir de una manera digna del ciclismo pero seguro que, por lo bueno, por lo malo o por ambas, estará en el recuerdo de todos los aficionados a este deporte.