De hace un tiempo a esta parte los agentes de tráfico realizan pruebas para la detección de drogas a los conductores junto con las pruebas de alcoholemia. Sin embargo estos test anti-droga no deberían existir porque no cumplen con ningún requisito para hacer su trabajo. Si los test de alcohol detectan la cantidad de alcohol en sangre, un dato directamente relacionado con la influencia del alcohol en el cuerpo, y por tanto con la capacidad de conducir, los test anti-droga no.

Con los test de saliva del Drug Test 5000 se detecta de forma cualitativa la presencia de diferentes drogas. Estas son: cocaína, antefamina, metaantefamina, THC (cannabis), opiáceos (narcóticos) y benzodiacepinas. Pero el gran, el enrome problema es que se puede dar positivo días después de haber consumido estas sustancias, lo cual no supondría conducir bajo sus efectos. Es por esto que hay que guardar cierta cautela y ser responsables con lo ocurrido con Iñaki Lejarreta y la información que se da al respecto. El conductor del coche que le atropelló dio positivo en uno de estos test de la DGT. ¿Es esto suficiente o nos da seguridad para dar caña sin ton ni son?

 

Recordemos que todas esas drogas mencionadas son perfectamente legales para el consumo, y por tanto su presencia no significa absolutamente nada. Pero sé lo que muchos estaréis pensando: ‘¡farlopa, porros, caballo y pastillas, eso es el demonio!’. Pero aunque esa sea la irrelevante opinión mayoritaria, la cosa va más allá. Benzodiacepinas y opiáceos significa que se puede dar positivo por tomar Diazepam o codeína.

Hay millones de personas en España con Diazepam recetado por la Seguridad Social para tratar problemas de ansiedad, insomnio, ataque de pánico, colon irritable, etc. Hay todavía más que toman medicamentos para la tos o el catarro que contienen codeína. Y todos ellos realizan su vida normal, con sus trabajos normales conduciendo sus coches normalmente. Pero si los “pilla” la DGT se les impondrán multas de 500 € y 6 puntos, y no faltará quien salte a ponerle la etiqueta de “drogata peligroso” y quién sabe, quizá hasta la de “asesino”.

Los test anti-droga de la DGT solo sirven para continuar con la política del miedo, la criminalizan de la población y concretamente el conductor, y el auto imponerse medallas de “tolerancia cero contra las drogas” contentando así a aquellos que piensan que quien fuma un porro es un yonki escoria de la sociedad.

Como decía Mr. Chon, demasiadas cosas de esta historia recuerdan a la UCI.

 

Eugenio González

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