Ahora o nunca. Hasta el momento, Ben Swift (Rotherham, 1987) no ha pasado de ser un sprinter de segunda fila que solamente es capaz de sumar victorias cuando los gallos del pelotón no están compitiendo. Se encuentra ante los últimos años de su juventud como ciclista y debe dar un paso más en su progresión si no quiere acabar siendo una medianía el resto de su carrera que sólo consigue ganar en carreras menores. Swift debe dar ese salto de calidad que le sirva para colocarse en la nómina de los mejores sprinters del momento y sobre todo, tiene que empezar a ganar porque Sky es un equipo que exige victorias; quiere seguir con su estatus de equipo dominador del calendario ciclista, como ya demostró en este 2012.
La situación de Swift tampoco es la ideal para que dé ese paso tan esperado y necesario. Si bien va a ganar protagonismo en las llegadas masivas tras la marcha de Cavendish al Omega Pharma – Quick Step, Sky nunca se ha caracterizado por volcar sus esfuerzos en preparar los sprints. De hecho, esa fue la razón principal para que Cavendish se fuera del equipo. Desde el equipo ya han anunciado la intención de centrarse únicamente en Chris Froome para el Tour y en Bradley Wiggins para el Giro, por lo que resulta difícil que el británico pueda tener un treno que le arrope en las volatas. En teoría solo le quedará la Vuelta, donde compitió en este 2012 y donde Degenkolb le pasó la mano por la cara una y otra vez hasta contar cinco.
Lo cierto es que Swift no es un hombre que levante los brazos fácilmente. Si bien ha demostrado ser un ciclista con velocidad y habilidad en los sprints, le cuesta bastante conseguir triunfos. Su primera victoria llegó en el año 2009, cuando vestía el maillot del Katusha en el Tour de Gran Bretaña. En 2010 pasa al Sky sin conseguir alguna victoria relevante más allá del Tour de Picardie, pero en 2011 su carrera dio un giro bastante interesante. Consiguió victorias parciales en el Tour Down Under, Romandía o California, pero pese a ello no logró dar ese paso en las grandes vueltas. Aún así, este halo de optimismo que se formó tras estos buenos resultados se disipó completamente en este 2012, donde solo ganó dos etapas en el Tour de Polonia.
Por eso nos preguntamos, ¿se ha frenado en seco la progresión de Ben Swift o todavía hay esperanzas de verle resurgir en 2013 con más libertad? ¿Fue un espejismo lo de 2011? Estas preguntas de difícil respuesta se resolverán durante la próxima temporada en la que, pese a tener ciertas limitaciones por tener una plantilla tan espectacular, podrá gozar de una mayor libertad y podrá demostrar realmente de lo que es capaz. La hora de Ben Swift ha llegado, ahora o nunca.
Me parece que nunca…