La temporada comenzaba plagada de dudas para el renovado equipo de Patrick Lefevere y tras una temporada 2011 para olvidar lejos de su mejor versión la llegada de Omega Pharma como patrocinador se presentaba como la oportunidad perfecta para revertir la situación. 51 victorias, ganando de enero a octubre con 17 corredores distintos y culminando la temporada en los Mundiales de Limburgo con las victorias en la contrarreloj por equipos y la contrarreloj individual de Tony Martin.

photo: Tim De Waele

Las dudas han acabado convirtiéndose en alegrías y muchos han sido los nombres propios más allá del de Tom Boonen. Tony Martin tras un inicio accidentado ha acabado arreglando su temporada, Sylvain Chavanel ha cuajado un gran año a pesar de que no acaba de conseguir esa victoria grande que le falta, Niki Terpstra se ha revelado como un grandísimo corredor y una pieza de mucho valor para el postBoonenismo al igual que Guillaume van Keirsbulck y Matteo Trentin que siguen progresando paso a paso, Zdeněk Štybar ha seguido creciendo sobre el asfalto… hasta Ciolek ganó después de mucho tiempo. También la clase media ha rendido a las mil maravillas gracias a Michał Gołaś, Andrew Fenn o Michał Kwiatkowski. No había mejor manera de volver a ser uno de los grandes equipos del pelotón internacional.

El mejor de equipo: Tom Boonen

Con 30 años muchos lo habían enterrado, pero en este 2012 el flamenco se ha convertido en leyenda del ciclismo al hacerse con su tercera Ronde van Vlaanderen y su cuarta Paris-Roubaix ganada a lo grande, convirtiéndose en el corredor con más Monumentos adoquinados. Sólo un error de principiante en la Omloop Het Nieuwsblad le apartó de un pleno histórico en las clásicas flamencas y aunque la ausencia de Fabian Cancellara le allanó el camino para ser el gran dominador de los adoquines, lo cierto es que Tommeke ha vuelto a su mejor versión, también en los sprints donde ha ha vuelto a situarse en primera línea. Le faltó una gran víctoria tras las clásicas como hubiesen sido los Juegos Olímpicos o el Mundial y victorias en unas GTs que no disputó para redondear una temporada de ensueño.

photo: telegraph.co.uk

La decepción del equipo: Levi Leipheimer

En una formación poco dada a recibir ciclistas anglosajones su fichaje chirriaba por todos lados, pero un equipo que iba muy justo de puntos no podía permitirse el lujo de dejar escapar una oportunidad así. Empezó muy bien la temporada por delante de Contador en San Luis y también en Niza hasta que llegó el rifi-rafe con Movistar a cuenta de las caídas; la primera parte de la temporada había acabado siendo correcta, a secas. Y llegaba el Tour, por fin el equipo volvía a tener una baza sólida de cara a la general y con las expectativas disparadas tras el tercer puesto en el Tour de Suiza, pero en la ronda gala deambuló en el más absoluto anonimato a sus 38 años para luego acabar con algún buen resultado en carreras menores estadounidenses. Su implicación en el caso Armstrong ha sido la excusa perfecta para cortarle.

La nota de C&H a OmegaPharma – QuickStep; 9

Acabadas las clásicas de primavera eran el gran equipo de la temporada, incluso por encima del Team Sky, aunque una vez más volvieron a naufragar en las Ardenas sin ningún ciclista brillando en las cotas, aunque como viene siendo habitual el gran problema del equipo han vuelto a ser las vueltas por etapas donde únicamente Boonen en Paris-Nice y Štybar en Polonia (nos sigue costando poner Beijing al mismo nivel) levantaron los brazos; y menos mal que Dario Cataldo ganó en el Cuitunigru porque parecía que por segundo año consecutivo se irían de vacío de las GTs, ha sido el gran lunar del año y más cuando este año con hombres como Levi Leipheimer y Peter Velits podían pensar en algo grande. Sin embargo el equipo continuó ganando durante toda la temporada, con especial mención a los nacionales donde se consiguieron nueve maillots, incluído el doblete belga.