Estará de acuerdo la familia de Cobbles&Hills en que este nombramiento, de dudoso honor, pocas veces ha sido tan unánime a la par que merecido. Hay que ir hasta la posición 1426 del CQ Ranking para encontrar el nombre de Andy Schleck, sin lugar a dudas su peor temporada desde que es ciclista profesional. Únicamente 24 días de competición, sin victorias y sin perspectivas de mejora. ¿Qué te pasa, Andy?

Por supuesto no tenemos la respuesta pero podemos aproximar tres causas fundamentales que pueden explicar en parte el desastre. La primera de ellas la adelantábamos ya en el mes de mayo. Escribíamos entonces acerca de la pobre relación existente entre Bruyneel y los hermanos Schleck tras el mal comienzo del equipo, en el que Andy falló en las Ardenas -territorio fetiche- y Frank en el Giro. En perspectiva la sensación entonces era la de que Johan pretendía por las malas conseguir lo que otros homólogos no consiguieron por las buenas. Demostrado queda que el mánager no acertó con su estrategia.

La suerte tampoco ha estado de cara. Una caída en el prólogo de Dauphiné resultó definitiva para apearlo también del Tour. En esta ocasión ni siquiera `su carrera´ sería tal, no tendría la opción de justificar en 21 días toda una temporada. Giro radical de mentalidad con 4 meses de ciclismo por delante para afrontar una recuperación y un calendario totalmente improvisado en lo sucesivo. Pero… ¡Ay, la mentalidad! El factor más influyente otro año más. Se habló de que podía ir a la Vuelta o hacer las clásicas de final de temporada. Un abandono en China en su reaparición en el World Tour cuando ocupaba el farolillo rojo de la carrera fue el final de su pírrica temporada.

Ese es el 2012 del talentoso luxemburgués, quizá el corredor con el ratio productividad/salario más bajo del pelotón. Poseedor de esa fina rebeldía de los genios es capaz de lo mejor y de lo peor, capaz de marcarse toda una temporada en blanco, y capaz de ‘ganar’ un Tour y ser la mayor decepción del año en la misma temporada. Al menos nos lo tomamos con humor. En C&H confiamos que se trata únicamente de un paso atrás para coger la carrera suficiente para afrontar 2013 con la máxima garantía. Todavía es joven (1985) y con amplios márgenes de mejora. Se le presenta una temporada favorable a todas luces, no contará con la figura de Bruyneel pero sí con un recién presentado trazado del Tour que en principio le viene favorable respecto a otros favoritos. A Andy sólo le queda en 2012 mirar adelante.