Alejandro Valverde no deja indiferente. Antes de su sanción, tenía una manera de correr tan catalogada y característica, que ni las grandes victorias y resultados hacían a los ‘haters’ convertirse en seguidores. Ni aunque en algunas ocasiones hiciera todo lo contrario a lo que normalmente hacía, como en el Tour en 2007 en Tignes o en el Mont Ventoux en el Dauphiné de 2009. La memoria es selectiva, máxime cuando a la actitud no le acompaña ni la aptitud ni el resultado. Por eso y por las directrices de su equipo, tradicional y conservador, Valverde en rara ocasión rompía el guión. Su guión. Éramos algunos los que interpretamos en su 2010, en aquellos meses de licencia pero de sanción, que aquella manera de correr, rompiendo en el Tour de Romandie, por ejemplo, la llevaría también en 2012 durante su retorno. Y así ha sido.
Al murciano le han acompañado tres leyendas que ha ido desmontando con buen hacer durante este año. Pero no solo durante esta temporada; como se lee en el párrafo anterior, el líder de Movistar Team ha demostrado que las razones por las que se lleva muchas críticas, deberían ser menos.
No ataca, no es ofensivo
Como se pudo ver, en algunas ocasiones, como en Navacerrada, con ataques de ‘peseta’, Valverde fue el que más veces rompió el grupo de favoritos. Lo hizo en Arrate y Collada de La Gallina, etapas que terminó ganando, pero también en otras, como en Lagos de Covadonga y la misma Bola del Mundo (en Navacerrada). Todos los ataques llegaron antes de los 5 km. a meta, por lo que esa fama de atacar solo cuando se llega a las vallas no es cierta. Antes de la sanción se dedicaba a aguantar y rematar, pero en esta Vuelta a España ha tratado de romper la carrera antes. Pero no solo buscando el triunfo parcial, sino buscando también las cosquillas a los líderes de la carrera. El día de Fuente Dé, además, atacó a ‘Purito’ a 11 km. de la meta. Salvando la jugada de Contador en Cantabria, Valverde ha sido el más emprendedor a la hora de romper el grupo de favoritos.
Comete fallos tácticos de bulto
Las participaciones del líder de Movistar Team en el Tour se caracterizan por la mala suerte, aunque de ésta, caídas y pinchazos, vienen derivadas de fallos tácticos o de colocación. En la Vuelta, exclusivamente, son estos los fallos que comente; en Monachil ’06 entre no elegir bien el desarrollo y no atarse el maillot pedió la general. En Suances ’08, ir a por un chubasquero cuando no debía le hizo perder el pódium final en Madrid. En esta Vuelta -el día de Lagos de Covadonga perdió contacto con el grupo de Rodríguez y Contador, pero lo subsanó rápido- no es que no haya cometido fallos, es que ha hecho una carrera tácticamente casi perfecta. Mención de honor a la frialdad y saber hacer el día de Fuente Dé.
Es un ‘bote’ contra el crono
En la crono de Pontevedra tuvo un buen resultado. Sin más. Era un crono quebrada en la que ya había demostrado que iba bien (ganó una crono parecida en el Dauphiné de 2008). Pero entre ese resultado y la espectacular crono por equipos -en la que Beñat Intxausti y Jonathan Castroviejo fueron los más importantes, eso sí-, Valverde ha conseguido terminar mucho más que satisfecho con esta disciplina, que es, posiblemente, la que peor se le adapta. Otra historia son las del Tour. Con esas poco o nada que hacer.
No está a la altura de los mejores en montaña
Las dos únicas Grandes Vueltas en las que estuvo ‘a la altura’ fueron las Vueltas de 2008 y 2009, la que posteriormente ganó. En la primera de ellas Alberto Contador fue muy superior al resto, y un poco por encima del murciano estuvo Levi Leipheimer (falló en La Rabassa pero estuvo muy bien en l’Angliru). En 2009, ante una concurrela menor pero sin ganar una sola etapa, fue el más regular estando a buen nivel, pero sin netamente superior a nadie. Sin embargo, en esta Vuelta, ante un 2º clasificado en el Tour -Chris Froome-, ante otros buenos escaladores y, sobre todo, ante Rodríguez y Contador ha vencido en dos etapas de montaña y ha estado bien posicionado en todas las demás, sin tener un solo día flojo, ni siquiera en las dos etapas con encadenados dignos (Cuitunigru y Bola del Mundo).
Siempre sostendremos que Alejandro Valverde debería correr las Grandes Vueltas como tuvo que correr al final este Tour; buscando triunfos de etapa. La competitividad de la que siempre hace gala le invita siempre a estar lo más arriba posible, y a pesar de que debería seleccionar mejor sus objetivos -la edad pasa para todos-, es una gran noticia que en esta Vuelta haya conseguido aportar argumentos para rebatir lo que muchos le echan en cara.
Primero de todo, enhorabuena por el blog, siempre da gusto leer sobre ciclismo. Os descubrí hace apenas un mes y no me pierdo ni uno de los artículos.
En cuanto al tema en cuestión, a mí sinceramente me ha sorprendido mucho el rendimiento que ha dado en montaña Valverde en esta vuelta, lo que le ha valido un top2 y no un top10 como yo le vaticinaba en un principio.
Va a llegar al mundial como una moto, eso sí, creo que este año el equipo con más papeletas para ganar (con mucho) es Bélgica. Gilbert llega muy bien y del estado de forma de Boonen hablan maravillas… Veremos.
Un saludo y seguid así, se agradece!
Cómo lo disfrutas, Cepe.
Esta Vuelta la he disfrutado mucho, sí. Y es que a veces se es injusto con Valverde. Que se ha equivocado lo suyo, pero la leña que se lleva…