David Moncoutié (Provins, Francia, 1975) nos recibe en el hall del lujoso hotel a las afueras de Pamplona que su equipo, el Cofidis, comparte con Movistar durante la previa de la Vuelta. Tiene previsto salir un rato para estirar las piernas de cara a la contrarreloj de la tarde, pero accede a nuestra entrevista amablemente indicándoles a sus compañeros que no hace falta que le esperen. Moncoucou, como se le conoce popularmente en Francia, es un hombre tranquilo, de un hablar reposado que desprende una clase similar a la mostrada en cualquiera de las cabalgadas que le han llevado a ganar cuatro etapas, y cuatro reinados de la montaña en las últimas cuatro Vueltas. Hoy empieza su última gran carrera buscando igualar el récord de José Luis Laguía.
Cuatro años, cuatro Vueltas, cuatro victorias de etapa en alto, cuatro maillots de la montaña. La pregunta es fácil: ¿habrá quinta vez?
Bueno, está claro que cuando uno gana cuatro veces, tiene ganas de hacerlo por quinta vez, así que seguro que ese será el objetivo en esta Vuelta: tratar de conseguir una quinta etapa y un quinto maillot de la montaña.
Después de la caída del Tour, sólo has corrido el Tour de l’Ain. ¿Qué nivel podemos esperar de Moncoutié? ¿Cómo se siente en comparación a otros años?
Creo que el año pasado llegué más fuerte, ya que venía de ganar el Tour de l’Ain y llegaba en una gran condición física. Este año con la caída del Tour llego menos fuerte. En l’Ain sentí que mi estado de forma estaba volviendo pero que todavía no estaba a mi mejor nivel. Así que espero estar menos fuerte ahora en la salida pero que la forma vaya mejorando con el paso de los días.
Este año hay diez finales en alto, y los hay de todas clases: cortos, largos, con mucho porcentaje, otros más tendidos. Has ganado en puertos tan diferentes como Sierra Nevada o Xorret de Catí, pero ¿qué tipo de subidas prefieres?
No soy un escalador muy ligero, así que por mi peso prefiero subidas algo más llevaderas, entorno al siete u ocho por ciento, aunque al final mi táctica es la de escaparme tantos días como pueda y atacar de lejos, así que el tipo de subida final es menos importante.
Precisamente, el hecho que este año haya tantos finales en alto, pero menos puertos de paso, puede ser un problema para un atacante como tú de cara al maillot de la montaña, ¿cierto?
Sí, creo que este año será mucho más difícil conseguirlo. Hay muchos puntos en juego en los finales y eso sin duda favorece a los hombres de la general… pero bueno, como he dicho, también hay un buen saco de puntos para las escapadas, y espero que haya varias que puedan llegar hasta meta. Es posible que al final todo se juegue en la etapa de la Bola del Mundo, porque ese día habrá muchos puntos en juego.
¿Tienes alguna etapa marcada en concreto?
Sí, ¡cualquier día en que haya puntos en juego es bueno para mí! (se ríe) No, en serio, hay bastantes etapas que me convienen y ya digo que voy a ser muy ofensivo, tan ofensivo como pueda.
¿Porqué este amor por la Vuelta?
Me encanta España, me encantan los recorridos que aquí se proponen. Hay muchos puertos, suele hacer bastante calor, las carreteras son buenas, supongo que es una combinación de factores que me van muy bien.
Pero un gran corredor francés como tú, ¿no habrías preferido ganar más en el Tour?
Está claro que para cualquier ciclista, y más si es francés, el Tour es la carrera más importante, pero la Vuelta es una de las tres grandes, una de las más importantes del calendario, así que ganar aquí es muy difícil y tiene un gran mérito también.
¿Está confirmado que esta será tu última carrera?
Sí. Estoy contento de terminar aquí, en una carrera que me ha dado tanto como la Vuelta. En mi cabeza, este es mi último año y esta mi última carrera.
Y de cara al futuro, tiene previsto continuar ligado al equipo, ¿quizá como director deportivo?
¡No, no! A mí lo que se me da bien y me gusta es montar en bicicleta, así que no me veo en un coche dirigiendo al equipo, creo que no es lo mío.
Llegaste al ciclismo profesional en 1997 antes del caso Festina y te vas ahora. ¿Qué es lo que ha cambiado en todos estos años?
Los primeros años cuando llegué fueron muy difíciles por todos los escándalos de dopaje, pero en mi opinión fue algo bueno, algo que tenía que suceder y que pese a las dificultades ha ayudado mucho a mejorar la imagen del ciclismo. También a nivel personal, mis mejores años llegaron en la segunda parte de mi carrera, poco a poco fui cogiendo confianza en mí mismo y aprendí a exprimir mis cualidades.
En un deporte como el ciclismo, sin el apego a unos colores o a una afición que puede haber en deportes de club como el fútbol, parece muy difícil aguantar quince años vistiendo los mismos colores. ¿Cómo se explica esta fidelidad?
Siempre me he sentido bien en este equipo, me ha permitido progresar y conozco a todo el mundo, así que no encontré motivos para cambiar. Para mí este equipo ha sido como una familia.
Tras tantos años, te sientes el capitán del equipo, ¿algo parecido a un profesor para los más jóvenes?
Sí, sobre todo cuando llegan las grandes vueltas, intento transmitir los conocimientos que me da mi experiencia a los más jóvenes. Pero eso también es algo que me hace ver que ellos cada vez vienen más fuertes, y me hace sentir que mi momento para retirarme ha llegado.
¿Y qué futuro le ves al ciclismo francés? ¿Está cerca el día que un francés luche por ganar el Tour de Francia?
Creo que está llegando una nueva generación muy talentosa, lo hemos visto este año en el Tour con dos jóvenes como Pinot y Rolland ganando etapas de montaña y terminando entre los diez primeros. Han demostrado que son dos excelentes escaladores. También están saliendo buenos sprinters como Démare o Bouhanni. Y sí, con esos escaladores que llegan creo que podremos ver a un francés ganar una gran vuelta próximamente.
Enhorabuena por la entrevista, Jordi. Y por haber entrevistado a Moncoutie.