Ya tenemos aquí la enésima megaestructura ciclista. Esta vez no llega desde los Estados Unidos ni -como le gustaría a más de un dirigente- de Japón o China, tampoco crece desde la nada sino que es un proyecto consolidado y que cuenta en su palmarés con dos Tours (uno de ellos anulado), una Vuelta y un Giro además de dos Liège-Bastogne-Liège, por lo que el equipo Astana no es exactamente un recién llegado.

Lo que sí que se les puede considerar son unos nuevos ricos del pelotón ya que hasta el momento están siendo los grandes animadores del mercado ciclista. Mientras otros equipos están a la espera de lo que ocurra con los puntos que se repartan en la Vuelta, las carreras chinas y Lombardía, Astana gracias a la inyección de dinero recibida se ha puesto manos a la obra y está construyendo un potentísimo bloque dispuesto a situarse en la primerísima línea desde el momento en que arranque la temporada ciclista 2013.

El primer paso a realizar estaba claro: hacerse con un vueltómano capaz de luchar por cualquiera de las tres Grandes Vueltas, por lo que no sorprendió a nadie que al poco de abrirse el mercado se anunciase el fichaje de Vincenzo Nibali, un corredor con una Vuelta, dos podios en el Giro y un podio en el Tour. Sería la piedra angular sobre la que se cimentaría la estructura kajaza en las GTs pero también un líder en los Monumentos de cotas donde ha demostrado en innumerables ocasiones adaptarse a la perfección a la visión que el equipo tiene de ellas.

Con Nibali enrolado en sus filas el segundo paso a realizar era tan obvio como el primero: rodearlo de ciclistas que conviertan al siciliano en el gran vueltómano de los próximos años. Junto a él llegaron dos de sus fieles escuderos provinentes de la Liquigas como Agnoli y Vanotti, además de que se confirmó la subida al primer equipo del joven talento italiano Fabio Aru que despuntase hace unas semanas en el Giro della Valle d’Aosta.

Pero por si con la llegada del clan italiano no fuese bastante este viernes el equipo kazajo ha dado un golpe de efecto anunciando la llegada de Jakob Fuglsang y la renovación de Janez Brajkovič. El uno marginado por Johann Bruyneel desde que hiciese pública su intención de no continuar en el equipo y el otro que tras muchos años apuntando maneras empieza a mostrarse como un corredor sólido gracias a su Top10 conseguido en el Tour. Fuglsang y Brajkovič, un dúo capaz de repartirse objetivos y luchar por cualquier carrera al que cualquier equipo aspiraría a tener en sus filas, pero que en Astana estarán siempre supeditados al hacer de Vincenzo Nibali. A día de hoy es imposible adivinar cómo será el funcionamiento de este engranaje, en las manos -izquierda y derecha- de Martinelli está hacer de Astana el gran dominador de los próximos años.

Con la renovación de Kiserlovski pendiente y la incertidumbre sobre el futuro de Kreuziger que vuelve a ver cómo Nibali se interpone en su camino, lo que queda claro es que Astana luchará de tú a tú contra el Team Sky en cualquier vuelta por etapas del calendario. En las vueltas por etapas pero también en el sprint, ya que junto a la renovación de Brajkovič (y las de Enrico Gasparotto y Maxim Iglinskiy) y el fichaje de Jakob Fuglsang se ha anunciado también la incorporación de Andrea Guardini, quien en su primer enfrentamiento directo con Mark Cavendish mojó la oreja al campeón del mundo en Valdelago en la etapa más rápida de la historia del Giro.