La emoción es una de las reacciones propias después de una gran victoria o una derrota dolorosa. Los sentimientos afloran al natural. Momentos únicos, quizás irrepetibles. Imágenes que muchas de ellas perduraran en el recuerdo. Sábado, final de la prueba en ruta masculina vivimos algunas de ellas. Mientras el suizo Fabian Cancellara representaba la cruz, Alexandre Vinokourov brillaba en oro.
El kazajo, santo y seña del deporte patrio, añadía una presea a una carrera de ensueño. Una carrera de altibajos donde en dos ocasiones logró salir de la oscuridad. Oscuridad marcada primero por el dopaje y posterior por una lesión que a punto estuvo de arrebatarle su continuidad en el pelotón. Herida abierta y sufragada en el primer caso con una sanción. Su triunfo es la reivindicación de las tan cuestionadas segundas oportunidades. Como hemos visto, hay casos que demuestran ser correctas.
Su carácter ganador se llevó el corazón de muchos aficionados. El ataque su mejor carta. Frente a la pasividad de otros muchos, el derroche fue su entrega. Derroche que le llevó a ganar una Vuelta a España, dos Lieja-Bastoña-LIeja, Amstel Gold Race, dos París-Niza, Dauphiné Liberé, Tour de Suiza o dos terceros puestos en los Mundiales CRI como máximos triunfos en su dilatada carrera.
Una trayectoria que pone punto y final –esta vez definitivo- después de los Juegos Olímpicos de Londres. La contrarreloj individual será su última prueba profesional. Se retirará desde lo más alto, se retirará desde el Olimpo. El oro conseguido el pasado sábado es el broche soñado para cerrar su carrera deportiva. Soñado e inesperado. El olfato ganador no se pierde con el paso de la edad. Demostración patentada en la capital inglesa. El ataque junto a Rigoberto Urán y la posterior resolución así lo atestigua. Resolución que ejemplifica otra de sus características, la inteligencia en carrera. De un craso error del colombiano llegó la catapulta de la victoria. En el podio, lágrimas de oro. La emoción pudo con un ciclista acostumbrado a la victoria.
A partir del miércoles olvidará la competición para centrarse en la que se ha convertido su vocación. Liderar desde los despachos “su” Astaná será la misión para una personalidad en Kazajistán. Vinokourov será el nuevo mánager del conjunto de la categoría Pro Team que espera convertirse en uno de los grandes equipos mundiales la próxima temporada.
Con su retirada se va uno de los grandes nombres del ciclismo en la primera década del siglo. Vinokourov ha dado más al ciclismo de lo que ha podido quitar con sus errores. ¿O no?
Con sus errores y aciertos gran ciclista de la ultima decada. Una pena que no pasee los aros olimpicos con el peloton la proxima temporada.