1. La victoria del nuevo ciclismo. Un ciclismo ligado a la tecnología, un ciclismo ligado a la metodología, un ciclismo ligado a la perfección. El ciclismo de Bradley Wiggins abrió las puertas de par en par del ciclismo moderno. Un deporte que ya no entiende de sensaciones, un deporte que ahora entiende de watios.
2. ¿Ganó el más fuerte? Es una de las sensaciones que nos deja la finalización de la carrera. ¿De verdad venció el hombres más fuerte de todos? La actuación de Chris Froome nos invita a decir que no. No fueron los rivales, fue el compañero de equipo quien verdaderamente puso en complicaciones y evidenció al líder. Froome tiene un Tour en sus piernas, en cuestión de tiempo lo demostrará.
3. Control del tempo. El Team Sky fue dueño y señor del Tour de Francia. Tranquilizó el ritmo cuando vio que era necesario –Madeleine, Tourmalet- y rompió la carrera a las primeras de cambio –Planche des Belles Files- para demostrar al resto quien era el equipo a batir. Actuación de diez la de un equipo diseñado para dominar la ronda gala.
4. Balas de fogueo. Ataques que no intimidaron al líder. Ni Nibali, ni Van den Broeck, ni Evans, ni Rolland inquietaron con sus múltiples movimiento a Bradley Wiggins. Un continuo quiero y no puedo para unos rivales que no estuvieron a la altura del Team Sky.
5. Buena salud del ciclismo francés. Los galos, sumergidos en una crisis deportiva en su gran carrera, ven el relejo de la luz en el horizonte. La gran actuación de Thibaut Pinot, la confirmación de Pierre Rolland y los destellos de Tony Gallopin dan motivos para creer en una nueva generación de ganadores.
6. El debutante. La apuesta que realizó con el capo de la Liquigas-Cannondale antes de comenzar el Tour de Francia sonaba a una chiquillada propia de la edad. A los tres días tenía el 33% conseguida. Tres etapas, maillot verde y un protagonismo impropio de su corta edad. Peter Sagan demostró ser un fuori di classe en el mejor escenario posible. Su trayectoria camina hacia los anales del ciclismo.
7. Más intensidad, menos dureza. La intensidad como nota principal del transcurso de las etapas. Pocos regalos, mucha lucha por la victoria. La “suavidad” del recorrido con respecto a ediciones pasadas permitió –en parte- que la intensidad fuera mayor. Pocos días de aburrimiento el resultado.
8. Casta para salvar una difícil situación. Alejandro Valverde y Luis León Sánchez salvaron, a base de casta, al ciclismo español. Sin Alberto Contador y con las bajas por caídas de Samuel Sánchez, José Joaquín Rojas u Oscar Freire, sus triunfos devolvieron algo de luz a una participación que se caracterizó por la entrega y la lucha de los ciclistas nacionales y por la excelsa carrera de Haimar Zubeldia, sexto puesto final acrecentado por la superación de unos problemas cardíacos a principio de temporada.
9. El Rey del Tour. Da igual que llegue en plenitud de condiciones que pasando por la mayor de las miserias, el Tour es su carrera y cada Julio se cita con el protagonismo. Descartado desde el comienzo para la clasificación general, las victorias parciales fueron su meta. Thomas Voeckler –querido por muchos, odiado por otros tantos- hizo gala de su olfato caza etapas para sumar dos nuevos éxitos al que añadió un invitado de última hora, la clasificación de la montaña. Inconmensurable actuación para un ciclista al que se identifica con la llegada de la Grand Bouclé.
10. Sensaciones de cara a Londres. De París…al cielo de Londres. Muchos serán quienes, sin apenas descanso, crucen el Canal de la Mancha camino de la capital inglesa para disputar los Juegos Olímpicos. En contrarreloj las medallas parecen más que repartidas entre Tony Martin, Fabian Cancellara y Bradley Wiggins. En cambio, en ruta las opciones se multiplican aunque tras lo visto en Francia, Mark Cavendish, André Greipel y Peter Sagan cuentas con las mayores opciones de metal.
Yo saco alguna conclusión también, Nibali, creo que es un gran ciclista, valiente además, se agradece, pero no le veo ganando nunca un Tour, a no ser que se alineen 49 estrellas a su favor, en crono no va super, va bien simplemente, o muy bien pero n suficiente y en montaña va muy bien pero le falta pegada, no sé dónde podría sacar ventajas este hombre.
El ciclismo español, salvo excepciones y encima no ganadoras (ni rozando el triunfo) vivimos de las rentas de ciclistas treintañeros, ya este año hemos tenido que echar mano de Zubeldia, no se ve el relevo generacional y puede que para dentro de cuatro o cinco años (cuando Contador baje el nivel, si no es antes) veamos el problema de fondo, sí, siempre pueden despuntar jovencitos, pero es que en el resto del mundo parece que despuntan demasiado pronto, yo no veo un ciclista español ganador con menos de 30 años.
Este Tour ha sido de Wiggins, por la falta de un Andy o un Contador, que si bien no creo que lo hubieran ganado sí que hubieran podido dárselo involuntariamente a Froome.
Dessjuest, coincido en todos los puntos contigo, sólo que con respecto al ganador del tour del presente año, yo opino que con Alberto Contador y Andy Schleck en plenas facultades, Bradley Wiggins no habría ganado el Tour de France, que en ese caso, Chris Froome hubiese aspirado también a otro posible candidato al podium y/o triunfo…No lo sabríamos hasta presenciarlo con el día a día…..pero no es descartable. También coincidimos, en que a día de hoy, no existe un corredor hispano, que pueda convertirse al menos en un hombre tour o ganador, debido probablemente a que en España el ciclismo de cantera no encuentra prácticamente salida, salvo casos aislados como el Euskaltel o el Andalucía, equipos de presupuestos modestos…Parece que no se quiere invertir en potenciar ganadores del futuro..a no ser que alguien me demuestre lo contrario con nombres de corredores que pidan paso en el pelotón español y que puedan dar un gran salto cualitativo..Es cuestión de potenciar la cantera al máximo y atraer más patrocinadores con garantía de poder estar en la élite…Queda tela por cortar…
Estamos en que el ciclismo español está perdiendo poder en su cantera pero aún así aunque el número sea menos productivo vienen hombres con mucho porvenir. Jesús Herrada, Carlos Verona, Mikel Landa,…aspiran a dar un relevo más que digno en un futuro próximo.
Tiempo al tiempo, el ciclista español despunta más tarde.