Thomas Voeckler coronó en cabeza la mítica tetralogía pirenaica y se presentó en Bagnerès de Luchon en solitario. Thomas Voeckler ganó la etapa reina. A falta de la etapa de mañana, Thomas Voeckler se coronó rey de las montañas. Thomas Voeckler es el rey. Por lo menos lo es en el Tour de Francia, una carrera que se ha convertido en su cortijo, de la que conoce todos sus secretos y a la que utiliza, año tras año, para convertirse en protagonista total de los focos. Puede llegar en la forma de su vida y luchar por la general hasta el final o llegar sin entrenarse y teniendo que coger ritmo los primeros días, que se reinventa para lograr acaparar la carrera. Y no sólo por su excesiva expresividad que tantas quejas genera, sino por tratarse de una estrella del ciclismo mundial y de uno de los corredores más ambiciosos y espectaculares del mundo. Este es Thomas Voeckler, hoy rey de los Pirineos. ¡Larga vida al rey!

El dato

Dos años después, Voeckler repitió escenario, paseillo y celebración en Bagnerès de Luchon. Allí había hecho lo mismo en 2010, también resolviendo una fuga enorme. Lo que en esa ocasión fue el más fuerte en el Port de Balès, ese coloso que también se ascenderá mañana. Es curioso porque ese año también hubo etapa en Pau (bueno, eso más que curioso es habitual), dónde también ganó Pierrick Fédrigo, como recordaba @ralonsobartol. Pasan los años pero hay cosas que no cambian, en las fugas del Tour siempre gana gente de mucha calidad.

La fuga

Un pelotón de 38 tipos se dio a la fuga hoy y no se puede hablar de todos. Peron hay un dato relevante y que refleja buena parte de lo que fue la etapa, por lo menos en su primera parte, en el pelotón de favoritos. Sólo cuatro equipos no metieron a nadie en la escapada, y dos de ellos eran, más viendo la debilidad de Evans, los más interesados en atacar: Liquigas y Lotto. Al final, el mejor Basso de todo el Tour (¿y de la temporada?) le arregló un poco el panorama a Nibali, que con sus ataques volvió a ser la única amenaza real para el Sky. Por cierto, un dato que apuntaba el compañero @David_Vilares: el mejor fugado, un tal Voeckler, sólo perdió dos minutos con el trío Froome-Wiggins-Nibali en el Peyresourde después de 170 kilómetros de aventura. Sin cadena.

La imagen

El día sólo tiene un protagonista. Sus posturitas, caretos, balanceos y cambios de ritmo sacan de quicio a más de uno en el pelotón, incluso a alguno de sus compatriotas. Es el caso del joven sprinter de Cofidis Adrien Petit (@PetitAdrien62), que reconoce que le “empiezan a cansar”. Pero Voeckler, el héroe, el rey, la leyenda, el santo, es inexplicable sin ellos.

Thomas Voeckler gesticulando

Foto: Lionel Bonaventure (AFP/Getty Images)

El tweet

Como buen acaparador de focos, de atención, Voeckler también ha hecho correr ríos de tinta en Twitter. Sí, en este caso es mejor que decir que fue Trending Topic, porque Voeckler no tiene Twitter y quizá todavía escriba a mano. Porque Voeckler, como dice @inrng, “no necesita pinganillos, medidores de potencia ni pulsómetros. Tampoco un cuentakilómetros”.

Porque Voeckler es un ciclista de otro tiempo.