Llegó el primer gran puerto de este Tour y nada cambió. El escuadrón Sky, compuesto, como apuntaba certeramente @andrescanovas, por cuatro líneas de defensa -las dos últimas impenetrables por ahora- sigue dominando el escenario con mano de hierro y nervios de acero. En el frente enemigo hay de todo. Los hay quienes, pese a su gran número de unidades, se resignan e incluso se unen en la defensa del poder establecido, ávidos de poder recoger las migajas de lo que británicos dejan. Los hay quienes prefieren contemplar el escenario y aguardar con paciencia un momento de debilidad que probablemente nunca llegue. Los hay quienes, conscientes de su posición de inferioridad pero confiados en sus fuerzas, intentan embestir como pollos sin cabeza, sin lograr hacer más que cosquillas en la acorazada defensa del monstruo de dos cabezas al que les gustaría derribar. Y finalmente los hay quienes, valerosos e inteligentes, sabedores de su inferioridad en el cuerpo a cuerpo, atacan el punto débil del rival, un monstruo de dos cabezas todavía demasiado protegido para ser derribado sólo con el ataque lejano. Es este último, un siciliano testarudo arrabiato tras su ataque fallido, quién lejos de darse por vencido, se queja de la falta de respeto de su rival y de la pasividad de los demás, sabedor de que necesita más aliados si no quiere morir en el intento. Quizá los encuentre mañana, en un nuevo escenario todavía más propicio a las escaramuzas.

El dato (y la fuga!) (y el tweet!)

Ante toda esta metáfora militar, unos kilómetros por delante se disputa otra clase de duelo. Una partida de cartas que termina resolviendo con maestría y aspavientos Thomas Voeckler. A su lado, batido, otro jugador experto en ir de farol y llevarse la gloria, Luis León Sánchez, que se queda cerca de su tercera victoria de etapa en un 11 de julio. La cuarta si contamos que otro año ganó el 10 porque el 11 era descanso. Este año tendrá que buscarla otro día. Ante tanto experto, un novato en estas lides, el belga Devenyns, recibe la reprimenda de su director, Brian Holm: “nunca ataques el primero en una fuga dónde vaya Voeckler”.

Ya lo dice @inrng, “Voeckler es esa clase de tipos que entran a una puerta giratoria detrás de tí y salen delante”. Y entre tanto te ha pispado la cartera.

La imagen

Sí, este es el perfil de mañana. Y es la imagen del día porque es la que todos los rivales del Sky y sus directores y estrategas deberían tener ahora mismo en la cabeza, pensando los puntos dónde deben ir doblegando las distintas líneas de defensa del escuadrón británico. Vamos a sugerírselo. Primero 14 kilómetros llanos dónde es posible que no se pueda hacer la fuga, que debería conformarse en la eterna ascensión a la Madeleine, dónde los mejores compañeros en montaña de los atacadores deberían marcharse para delante. Esto debería hacer que Sky quemase a Edvald Boasson Hagen en ese primer puerto y tuviese que emplear a Rogers y Porte ya en la Croix de Fer, en cuyos kilómetros finales debería haber ataques serios de los escaladores. El descenso, roto por la exigente subida al Mollard, es el punto perfecto para que Nibali y Evans (Cadel reconoce haber perdido una oportunidad hoy al no seguirle) pongan a prueba a la pareja Froome-Wiggins para que deban responder en primera persona en la subida final a La Toussuire, un puerto no muy duro, pero sí lo suficientemente largo para provocar desfallecimientos si la etapa se ha hecho rápida, dura y estresante. Y ahí que gane el mejor. Molaría, ¿eh?