Viento de culo todo el día y el pelotón, esta vez sí, volando por las carreteras estrechas de la Lorena. Allí, en el escenario de tantas guerras de trincheras francoalemanas, se revivieron escenas de guerra, una carnicería. Una sucesión de caídas desde el mismo recorrido neutralizado rematadas por un Big Bang que tumbó a medio pelotón, cuando se rodaba a más de 70 por hora en un ligero descenso a poco más de 20 kilómetros para la meta de Metz. Allí se montó algo parecido a un hospital de campaña, con los periodistas que cubren el evento usando un vocabulario más propio de la crónica bélica que no de ciclismo. A todo esto, volvió a ganar Peter Sagan, que empezó el Tour siendo el Bicho, luego fue Tourminator y ahora es Hulk.
El dato
Según reportan los propios equipos, todos los ciclistas de Movistar y todos los Rabobank se fueron al suelo hoy. Todos. En Garmin, como comentaba nuestro compañero Carlos Correa (@CarlosCR_), todos menos el fugado Zabriskie perdieron mas de 13 minutos. En cambio, en BMC nadie se fue al suelo y sólo Amaël Moinard no estaba en la mitad delantera de los que pasaron la Caída.
La fuga
Se volvieron a quedar sin poder luchar por el triunfo, pero obtuvieron una buena recompensa. Escapar al estrés del pelotón. Por ahí andaba @KarstenKroon “disfrutando” del día. Otro de los cachondos, Zabriskie, más combativo del día y único Garmin que escapó al armaggedon, explicaba la inspiración para sus fugas: los Guns’n’Roses.
La imagen
Todo muy monotema hoy. La crudeza de la Caída de cerca en esta excelente galería que nos trae @CrueTrue. Cualquiera de ellas podría ser la imagen del día. Nosotros nos quedamos con el dolor de Tom Danielson, uno de los abandonos del día.
El tweet
Twitter sirvió hoy de herramienta de desahogo. “Todo el mundo quiere ir delante”, “los jóvenes no tienen respeto”, “la culpa es de los pinganillos”,… Otros fueron más pragmáticos: Robert Gesink (@RGUpdate) resumía así el dramático balance de su equipo.
Alguno (Mollema) hasta terminó, literalmente, con el culo al aire. Pero mañana saldrán todos menos Wynants, el de las dos costillas rotas y el pulmón perforado.
Se les pide detener de alguna forma las caídas… eso estará bien bien difícil, hay muchos nervios y ansiedad y eso se paga estando a 2 cms de los demás. Lo único que queda es la sensación de presenciar un deporte fuera de lo común, de gente que es capaz de llegar a meta con un pulmón perforado, costillas y manos rotas. La emoción de este deporte es distinta a la que se siente en el fútbol, deporte de masas, de deportistas buenos pero lejos del ciclista promedio; no, en el ciclismo la sangre hierbe con los pedalazos de Sagan adelante, las ansias porque alguno de los top enlace de nuevo o porque la caída de Danielson atrás no sea grave… Mañana serán otras las emociones y la carrera se planteará distinta, sólo quien ha sufrido en la bici sabe qué viene las próximas semanas. Hasta esa emoción es fuera de este mundo