Hoy es escribo desde Yokohama donde estoy pasando esta semana con uno de los managers del equipo y su familia. Como veis muchas veces no tengo tiempo de aburrirme. El domingo pasado debuté en mi primera carrera “Road Race” como llaman aquí a las carreras largas que son en circuito, pero más que un Criteriúm.

La prueba se disputó en Gunma, en un circuito único y exclusivo para bicicletas que está en lo alto de una montaña. Eso sí, para acceder al circuito 1.000 Yens (10 Euros) que te crió. Y es que aquí en Japón se paga por todo y todo va al revés. Pero bueno eso es otro tema. Obviamente el día de la carrera la entrada al circuito es gratuita, bueno obviamente para mí, para los japoneses no tanto.

Van corriendo todas las categorías a esperar a la nuestra que es la última como siempre. Un punto negativo a mi favor es que era el único de los 150 participantes que no conocía el circuito. Y es que en Gunma se hacen dos o tres carreras a lo largo de la temporada. ‘Bueno’, pensé yo, ‘no hay problema, total hay que dar muchas vueltas… ¡¡25 Vueltas!! Se les ha ido la mano, ¿no?‘ Normalmente me dicen que suelen ser entre 18 y 20 pero que este domingo se han soltado la melena. Pues mira qué bien, siempre me pasan estas cosas… nada tranquilo el año pasado se fue muy tranquilo (Tour do Rio)… último día de la carrera me dicen…¡¡Bufff, este año se ha ido el triple de rápido!! Anda, qué coincidencia…

Control de firmas, una foto con una chica con la camiseta de España y línea de salida. Aquí la salida se da el pistoletazo de toda la vida. Nada de neutralizadas. Bueno, me situó en el medio del pelotón. Mis órdenes de equipo son claras: espera, ten paciencia, ve bien colocado y ten cuidado con Shimano, Matrix, Bridgestone y Blitzen. Pero sobretodo ten paciencia. Es dar la salida y ¡¡madre mía!! Pero esto, ¿qué es? Salimos a tope y el circuito os juro que parece un scalextric. Un circuito de F1 o MotoGP. La meta está en bajada, se gira y contrameta en subida donde se ponen todos los equipos a dar agua y a gritar instrucciones (no, no entran coches, como pinches estás muerto) y luego comienza el tramo favorable del circuito, fila de a uno con dos curvas de herradura súper cerradas. Una vez pasado este tramo, comienza el tramo duro. Un primer repecho de 300 metros, un falso llano, otro repecho de 400 metros al 8%, otro falso llanito de medio kilómetro, y luego la subida dura de 1.400 metros al 4%, 100 de llano y los últimos 500 metros al 8-9 % para acabar con el ultimo kilómetro en falso llano descendente hacia meta.

Con la fanaticada en Gunma

¡¡25 Vueltas!! Imaginaros. 6 km por vuelta. Y salimos a tope. Tardo dos vueltas y media en ponerme entre los 25 primeros. La fuga lleva un minuto… ¿ya? Ni me he enterado. ‘Bueno, tú tranquilo que te han dicho que esto se hace duro. Tú ponte en cabeza y a mantener la posición’. Cuando estás en un circuito tantas vueltas lo de mantener la concentración a veces te juega malas pasadas y sobre la séptima-octava vuelta me dejo caer y el Cannondale ZeroPoint se pone en cabeza como locos. Y yo el 70. Empiezo a remontar, me llevan apretado, me coloco ya entre los 25 primeros y ¡¡paran!!

Y es que aquí parece ser que cuando se pone un equipo no lo hace escalonadamente, no. Aquí se pone un corredor del Cannondale por ejemplo hasta que revienta, luego un Bridgestone, luego un Matrix. No entiendo nada de nada. Siguen pasando las vueltas y mantengo siempre una buena posición, sin bajar de los 30 primeros. Las sensaciones no son malas. Lo positivo de estos circuitos es que si estás en una buena condición, es más fácil guardar la posición porque la gente va más justita.

Llegamos a las últimas 10 vueltas, que mira que se hace largo. Y aquí ya se empieza a ir rápido de verdad. En el repecho se sube muy rápido y la gente planta buenos setos. Todas las vueltas nos quedamos unos 15 en el grupo de cabeza, se corta, pero luego en el falso llano y la bajada nos cogen por detrás. Otro problema que tengo es que no conozco a nadie. Bueno sí, a Shinichi Fukushima, el corredor del Terengganu, por lo que trato de estar siempre pegado a su rueda.

Y llegamos a las 3 últimas vueltas donde comienza mi calvario. Si en las vueltas anteriores era de los 15 que quedaba en cabeza, en estas era de los 30 que perseguía. Cogíamos, me volvía a poner delante en el repecho y sufrimiento y dolor. Creo que me hace falta un poco mas de competición. Última vuelta, agonía; ‘venga ya se acaba’. Bajada, última curva y castañazo del delante. Vaya, no lo paso por encima de milagro. Pero entre que paro y arranco el grupo se me va y yo tengo todos los pilotos encendidos. Parezco un seiscientos subiendo Pajares. Fukushima y yo tratamos de coger al grupo durante un km, pero a falta de 3 desistimos. Una lástima. Siendo honesto la caída me pilla porque las 3 últimas vueltas fui al límite y no iba en cabeza. Lo positivo es que las sensaciones durante la carrera fueron buenas para ser la primera carrera larga del año.

Pues menos mal que no había nivel en Japón como decían algunos. 150 km de carrera, 25 vueltas a un circuito de 6km, y total 2.400 metros de ascenso y con 38,9 km/h de velocidad media. Puesto final 42, a 3.30 del ganador. Corredores finalizados ¡¡48!! Prácticamente 100 retirados. Pues sí va a ser duro esto, sí. Este fin de semana Hiroshima. Y dicen que el circuito es más duro. ¡Ya os contaré!