Hola a todos desde Chofu, una de las ciudades a las afueras de Tokyo. Llevo sólo cinco días aquí y me han pasado tantas cosas que parece que llevo un mes. Para ser honestos aqui el dicho “como las vacas mirando al tren” van a decir “como Edogar mirando todo”. Si, Edogar, no me he equivocado. Una de las primeras cosas que han tenido que hacer es cambiarme el nombre ya que para los japoneses es imposible la pronunciación correcta de mi nombre. Vamos que es mejor no intentarlo; de hecho yo ya me presento con “Watashi wa Edogar desu”.

Sobre mi vida en estos días, estoy en casa de Kenda, el mecánico de mi equipo que me acoge en su casa junto con sus abuelos, unos señores encantadores que siempre están preocupados por mi, por la comida, que no me falte de nada y me tratan de enseñar cositas en japones cosa que no es nada fácil. La casa es como la típica de los dibujos animados. Con tatami, puertas corredores, todos descalzos,…mi cama es el colchoncito que se enrolla y se pone en el suelo. Pero vamos que yo duermo genial. Luego tenemos detalles como el cuarto de baño que daría para un capitulo entero. Y es que aquí se da al botón y sale el chorrito de agua que te limpia el culete o, ¿quién no se ha sentado en la taza del váter y se ha asustado porque estaba fría? Aquí no pasa eso ya que está siempre caliente. Flipante.

Tenemos el tema de la comida. No no están todo el día comiendo arroz. De hecho yo estuve dos días sin verlo, ya me estaba preocupando un poco. Tampoco están dándole al pescado crudo todos los días, ni lo he visto. Lo más complicado es comer con los “hashi” (palillos). Tiene todo un proceso. Básicamente para comer arroz con palillos lo que tienes que hacer es compactarlo un poco y acercarte el “chawan”, el cuenco donde se sirve a la boca, y hacer con una superficie plana con los palillos.

Ayer también debute en el tren japones. Aquí se va en tren a todos los lados, es mucho mas rápido. Estuve en Shibuya, la plaza del mundo por donde pasa más gente. Es impresionante. Salí de la estación y me quede absolutamente alucinado. Oleadas de gente en todas las direcciones: arriba, abajo, chicas jóvenes mangas totales, hombres todos de traje y uniforme con su maletín, mujeres vestidas con el kimono de hace 100 anos…es absolutamente impresionante.

Ah, si es verdad, también entreno. Aquí también estoy flipado. No, lo siguiente. Al lado de casa tengo un carril bici a lo largo del rio. Está muy bien porque te ahorras chuparte muchos semáforos y demás y tardas relativamente poco en salir de la ciudad. El terreno es bastante duro. A lo largo del rio es llano, pero en cuanto sales todo está plagado de montañas y subes y bajas. Aquí se circula por la izquierda, pero también se puede ir por las aceras. Es muy normal ir en fila de a uno. En Japón esta todo tan reducido que no hay arcenes. Tampoco se saltan jamas un semáforo. Pero aquí llega el lío padre. Muchas veces entre semáforo y semáforo pues hay un kilómetro pero si es en carretera más abierta hay dos o tres.. Pues es como los coches de 0 a 50 km/h en 5 segundos. En serio, se ponen a tope, pero a tope y paran en el siguiente semáforo. Interval training. Me cago en el interval training. Una vez es gracioso pero a la vigésimo quinta arrancada a full estás hasta las narices. Luego alternan ratos que van despacito con otros que van como locos. Claro, si es todo tan diferente…no me quiero ni imaginar las carreras.

Este domingo Tsuigake Hill Climb en Nagano. Final en la estación de esquí de los JJ OO de invierno. 17 kilómetros todos de subida. ¿Flipante verdad? Menuda agonía…Deseadme suerte, creo que la voy a necesitar.

¡¡Matane !!