La inesperada unión entre los hermanos Schleck y Johan Bruyneel fue una de las noticias más relevantes de la postemporada ciclista. El proyecto Leopard-Trek terminó de forma abrupta y los luxemburgueses, junto a buena parte de su séquito (Cancellara, Fuglsang, Voigt, el director Kim Andersen…), fueron absorbidos por el Radioshack. Desde muchos puntos de vista, la fusión tenía todo su sentido: dos de los tres o cuatro máximos aspirantes a ganar el Tour de Francia se encontraban con un director con nueve victorias en la carrera francesa. Si Bruyneel quería volver a ganar pronto el Tour, los Schleck eran un regalo del cielo, en vista además de la relación muerta entre el director belga y Alberto Contador. Sin embargo, la reacción natural ante la noticia era la duda: ¿son los luxemburgueses compatibles con Bruyneel?
Desde el principio de la relación, Bruyneel intentó marcar el territorio con sus flamantes líderes del equipo. Por ejemplo, en la coincidencia de calendarios. Tradicionalmente, los dos hermanos han compartido carreras en la mayor parte del año ciclista. Este año, ya con un tercio de la temporada disputada, sólo han estado juntos en Mallorca, brevemente en la París-Niza –tras la segunda etapa, Andy, en el acto más recurrente de los hermanos en lo que va de temporada, abandonó– y en las tres clásicas de las Ardenas. Mientras el mayor estaba en el País Vasco, el pequeño estaba en La Sarthe; cuando el pequeño estaba en Cataluña, el mayor se preparaba para ir al Critérium Internacional en Córcega.
A finales de abril, poco antes de la Liège-Bastogne-Liège y sin que los Schleck hubieran conseguido ningún buen resultado en la campaña primaveral, Bruyneel lanzaba una pequeña bomba: Kim Andersen no estaría con el equipo en el Tour de Francia. Andersen, supuesto autor intelectual de la maravilla del Izoard-Galibier del año pasado, ha estado con los hermanos desde sus primeros días en el CSC con Riis. Es su mentor. Él fue el elegido para formar el Leopard-Trek en 2011, cuyo relativo fracaso desembocó en la fusión con Radioshack y Bruyneel. Andy, en la víspera de la Lieja, decía que aunque tenía “total fe en el criterio de Johan” al mismo tiempo quería a Kim Andersen en el Tour. Bruyneel, poco después, oficializó la decisión. “Las cosas son muy diferentes en el equipo este año”, resolvía Andersen.
Para prueba de ello, el Giro de Italia, el gran tira-y-afloja de la temporada entre ciclistas y director. En los primeros compases de la temporada se comentaba la posibilidad de que alguno de los hermanos estuviera en la corsa rosa. Aunque al principio el señalado era Andy, poco después se centró la mira sobre Fränk, que ya en febrero no encajó los rumores con demasiada alegría: “quizá correr el Giro no sea la mejor manera de preparar el Tour de Francia”.
La historia es conocida: Fränk Schleck no iba a correr el Giro hasta que, una semana antes de la salida, saltó la baja de Jakob Fuglsang. Incrédulo –“francamente, me sorprendería tener que ir al Giro”, decía apenas un par de días antes de que el equipo confirmase su participación–, Schleck fue al Giro y estaba realizando una actuación más o menos digna hasta que el domingo echó el pie a tierra alegando problemas en el hombro derecho. En medio de una temporada muy pobre, el equipo se queda sin su líder a mitad de Giro, cuando todavía tenía posibilidades de hacer una buena general (Fränk terminó con los mejores en Cervinia).
Bruyneel ha reaccionado: “Estoy decepcionado. Sé que tenía problemas en el hombro, pero no era una lesión como para pensar en el abandono”. Las palabras del belga en la RTL luxemburguesa han sido la chispa final para encender la mecha, contradiciendo la versión del ciclista (“no podía seguir de ninguna manera”, aseguraba Schleck) y despachando las preguntas sobre su presencia en el Tour con un lacónico “el nueve no está decidido aún”.
Los Schleck, ciclistas muy especiales, están acostumbrados a disfrutar de mucho poder en sus equipos. Viene de los tiempos de Riis, cuando Sastre se quejaba de la predilección del danés por sus dos joyas luxemburguesas, y quedó patente de manera incuestionable cuando se separaron para crear su proyecto en solitario. Resulta igualmente innegable que Bruyneel ha intentado limitar su poder y dejar clara la jerarquía desde el primer momento. Bruyneel convivió muchos años en el éxito con su amigo Armstrong, una relación incomparable por su duración en el tiempo y las circunstancias personales de ambos, pero nunca había lidiado con una situación así, ni siquiera con Contador: esta vez, los líderes ya llegaron a su equipo como megaestrellas, con una manera enfrentada de hacer las cosas.
Sin saber el estado real del hombro derecho de Fränk Schleck, lo que está claro es que la relación entre los líderes del Radioshack-Nissan-Trek y su director está siendo como mínimo complicada. Fränk ha dejado un Giro al que nunca quiso ir y existe la posibilidad de que lo haya hecho como respuesta al envite de Johan Bruyneel. De momento, lo único que la unión nos ha dejado es una ristra de resultados mediocres regados por las siglas DNS (did not start) y DNF (did not finish) y un puñado de desavenencias (todavía) menores. Todo esto se puede olvidar en Francia, pero a Andy, Fränk y Johan les queda cada vez menos tiempo para hacer fluir la química entre los tres antes de un Tour que no sólo es un ‘todo o nada’ en la temporada de los hermanos Schleck, sino también en la del equipo.
Un titulo alternativo podria ser “Cronica de una muerte anunciada”, porke la verdad, ahora mismo diria ke los Schlecks no llegan a final de temporada con Bruynnel. No digo ke se vallan, pero si algo a lo Pozzato, ke su mala relacion con Ekimov y compañia acabo provocando ke no le llavaran a carreras, o ke le llevaran a unas de muy bajo nivel.
La verdad es ke la trama promete. El Tour va a ser muy movidito creo yo. Ya se ha empezado a calentar el ambiente, y no exclusivamente con los brothers, la cosa entre Andersen y Bruynnel no se yo si va muy bien
Yo creo que esto tiene muy mala pinta y, personalmente, llevo con la misma sensación desde que se anunció la fusión de los dos equipos. Me extrañaría que en el Tour las cosas funcionasen bien, porque no veo a los Schleck rindiendo si tienen problemas con la dirección del equipo; y porque no veo a Bruyneel cediendo en su manera de ver las cosas -nunca lo ha hecho sin Lance- sólo para contentar a los Schleck a estas alturas.
Lo que no sé, Markel, es a qué te refieres con lo de Pozzato y Ekimov.
Vale, me referia a Koynshev. Eske los nombres rusos estos se me dan fatal jejjejj decia ke acabaron mal, y el resto, bueno, ya lo sabemos, ahora esta en Farnese
Bruyneel se ha dado de buces con la poca ambición de los hermanos.
Está claro que estos dos, los hermanos, tienen una carrera en mente, el Tour, bueno, y los campeonatos de Luxemburgo, donde de momento no tienen que sudar mucho para engordar palmarés, esto del Giro se veía venir, si vienes obligado y te llamas Schleck o abandonas o te echan por irte de farra por las noches como hace dos años en la Vuelta, no hay otra, para lucir, para rendir en el Giro necesitas concentración y ganas, además de clase claro, Frank tiene clase de sobra, pero se la pela todo.
Eso para un tío como Bruyneel, que planifica todo al detalle, a pesar de no ser ningún lumbreras (sólo ha tenido la suficiente suerte de coincidir con grandes ciclistas), tiene que ser desquiciante.
Gran articulo. Haber, lo que pasa en mi opinión es que solo les interesa el Tour, o solo se motivan para el Tour, o solo se quieren sacrificar en el Tour…llamadlo como querais, y la cusetión es qe no lo entiendo pero bueno….con la categoria que tienen podrian ganar muchas más carreras ( qe de hecho el Tour nolo han ganado todavia ). ALLEZ ANDY!!! GO SCHLECK BROTHERS!!
Yo en ningún momento dudo que Andy Schleck, ni su hermano mayor Franck Schleck, de su clase. Son dos corredores que van muy bién en la montaña, y discretos contra el crono. Son hijos de Jhonny Schleck, que fué gregario de Luis Ocaña. Lo que en la época de su padre, los corredores competían mucho más y luchaban por más objetivos, en contraste con la poca ambición de sus hijos. Johan Bruynel es un director, que creo que aprendió mucho de Manolo Sáiz, que se encontró con un portento físico e incluso mental como Lance Armstrong(a quién cuestiono por sus malas formas con los rivales en su época y por su extremado ego). Lance era sólo meticuloso para el Tour. Y mucho me temo que Andy Schleck va por ese triste camino..Johan es un director de disciplina y veremos a ver si los hermanos no quieren volver a montar otro equipo la próxima temporada…