La etapa de hoy ha comenzado con una sorprendente noticia; el líder del RadioShack – Nissan, Frank Schleck se ha retirado del Giro por una supuesta lesión en uno de sus hombros. El luxemburgués ha decidido bajarse de la bicicleta hoy para recuperarse e intentar estar al 100% para el gran objetivo de su temporada, el Tour de Francia. Un abandono que ha dado mucho que hablar pues ha vuelto a reabrir los debates sobre la ambición de los hermanos Schleck y su pésima planificación de la temporada.

Tras la noticia de la baja del que en principio iba a ser el líder del RadioShack en este Giro, Jakob Fulgsang, por problemas en su rodilla, Bruyneel decidió que fuera Frank el corredor que le sustituyera. Pese a que surgieron muchas dudas del rendimiento que podía dar el luxemburgués en este Giro, sus declaraciones previas a la carrera y su actitud en las primeras semanas, aumentaron el optimismo entre sus seguidores, aunque dicho optimismo se ha desvanecido de golpe con la noticia de su abandono, la cual obliga a reflexionar sobre muchas cosas.

Pese a que a principio de temporada parecía que todo iba a cambiar con la llegada de Johan Bruyneel al equipo de los hermanos, se siguen repitiendo los mismos errores del año pasado; tanto Frank como Andy han vuelto a planificar su temporada en torno al Tour de Francia. Un Tour de Francia con muchos kilometros de contrarreloj que parecen suficientes para eliminar a los luxemburgueses de la lista de favoritos para ganar la Grande Boucle. Además, esto se une a la habitual escasez de resultados y de buenas actuaciones, algo que pudieron compensar el año pasado con su actuación en Lieja y que este año no han hecho en absoluto.

Esto nos lleva al segundo punto, el de la escasez de ambición. En el caso de Frank, que es el que nos ocupa, está perdiendo grandes oportunidades para conseguir una victoria en una gran vuelta. Con 32 años, salvo que seas Chris Horner, ya empiezan a pasar los últimos trenes para lograr una victoria de este calibre; es por esto que Frank debería empezar a replantearse su manera de correr y sus objetivos, puesto que es muy difícil ganar una gran vuelta si tu misión en la única vuelta a la que vas es ayudar a tu hermano a ganar.

A todo esto se le suma la decepcionante temporada de su equipo, el RadioShack, un equipo nacido para arrasar. Tras la lesión de Cancellara en De Ronde, el único corredor que hasta la fecha les ha reportado victorias, toda la presión pasa a los dos hermanos que necesitan conseguir grandes resultados para salvar la temporada de su equipo, la cual parece avecinarse dantesca por la escasez de resultados. Hasta la fecha, a excepción de Cancellara que está lesionado, el único que parece intentar sacar las castañas del fuego es el veterano Chris Horner, que se ha impuesto como líder del equipo ante la falta de ambición de los Schleck.

Por todo lo anteriormente mencionado es por lo que la presión sobre ambos es gigantesca. Si no consiguieran la victoria en el Tour de Francia, el fracaso sería rotundo y sus detractores más feroces aprovecharán para criticarles sin piedad. Tras haber planteado una temporada en torno a un único objetivo, la única opción que les queda a dos corredores de su calidad es la de la victoria. Si no lo consiguen, las consecuencias pueden ser terribles.