En la primera acepción de la palabra ‘pionero’ en el diccionario de la RAE, te encuentras que es aquella persona que inicia la exploración de nuevas tierras. En la segunda, se destaca que es también aquella persona que da los primeros pasos en alguna actividad humana (sic). Andrey Amador Bikkazakova (1986) es, para Costa Rica, un pionero. Y no solo eso. También es un héroe nacional (fue recibido por la presidenta de la República, Laura Chinchilla, tras finalizar el Tour de 2011), una de las mayores promesas deportivas del país centroamericano y, por si fuera poco, un ídolo de masas para todos los ticos. Es su mejor ciclista, no de ahora, sino de siempre (primero en debutar en el Giro, de ganar una etapa en éste, y también en correr el Tour). Su figura en Costa Rica ahora, tras vencer ayer en el Cervinia, es comparada a la de los grandes deportistas del país, como Nery Brenes o las hermanas Poll (medallistas olímpicas en natación en Seúl, Atlanta y Sidney).

¡Ganó, ganó, ganó!‘, confiera que gritaba Raisa Bikkazakova, madre de Andrey, cuando le llamaron desde LaNacion.com, uno de los diarios más seguidos en Costa Rica, preguntándole sobre cómo reaccionó al ver que el ciclista de Movistar Team rebasaba a Jan Barta en la meta de Cervinia. Y no es para menos, el gritar y sacar toda la tensión que, no solo la familia, sino todo el país, se acumuló en un día larguísimo de ciclismo.

Escapado desde el kilómetro 70, más o menos, un descenso espectacular, con la carretera mojada, alcanzando y rebasando al checho del Team NetApp, puso el corazón de Costa Rica en un puño. ‘El descenso en vivo no lo quise ver, no lo puede ver, yo cerré los ojos, ellos van demasiado rápido. Se ponen en esa posición aerodinámica, esa llanta es muy delgadita, uno no sabe. Vi la calle mojada, las curvas, me pone muy nerviosa‘, decía Raisa. Ahora, con la victoria en el bolsillo, celebrarán, ella y Rodolfo, la victoria de su hijo visitándole en Italia.

Amador Giro

BettiniPhoto © 2012

Se quedó solo en cabeza. Pero, como toda su carrera, el ciclismo no se lo puso fácil. De Marchi y Barta le alcanzaron. Pero Amador ha crecido, ha madurado como persona y ciclista después de tanto revés. Por eso en Costa Rica es admirado y seguido como al que más. Su 2011, con el asalto mientras entrenaba en pre-temporada, la caída en la Vuelta a Asturias y, sobre todo, su agonizante Tour de Francia, fueron de lo más comentado en el país centroamericano a nivel deportivo. Sabía, entonces, que regular tendría su premio. Y lo tuvo. Por ello, como titulaba LaNacion.com, Amador llenó de gloria al deporte costarricense. Basta con ver las reacciones en el perfil de Facebook de Movistar Team de no solo aficionados ticos, sino de otros muchos de países vecinos.

Andrey Amador no está solo. Otros, como Gregory Brenes, del Movistar Team Continental que corre por Sudamérica, también llevan la bandera de Costa Rica sobre dos ruedas. Pero su figura, única ya, servirá para que el ciclismo en la República sea más seguido y pueda alcanzar las cotas de protagonismo, quién sabe, de los deportes más importantes del país. Mientras tanto, al Amador ciclista se le identificará con éste, Costa Rica. Por ser un pionero, alguien que abrió camino y que, además, lo está haciendo con éxito.