Maxim Iglinskiy, un corredor tan capaz de codearse con los mejores en sus momentos más inspirados como de desaparecer del mapa ciclista durante toda una temporada acaba de conseguir el colofón a su carrera imponiéndose en una Lieja acorde con lo que hemos vivido en esta semana de las Ardenas: favoritos incapaces de ratificar su condición de tal y desfallecimientos para otros cuando parecían tener la carrera en sus manos.
Igor Antón fue la nota negativa en el comienzo, y es que en el recorrido neutralizado cayó al suelo con la mala fortuna de romperse la clavícula, dejando así a Samuel Sánchez como único líder del Euskaltel. Simon Geschke (Argos-Shimano), Dario Cataldo (Quick-Step), Reinier Honig (Landbouwkrediet), Grégory Habeaux y Kevin Ista (Accent.Jobs) y Alessandro Bazzana (Team Type 1) conformaron la fuga del día con el beneplácito del pelotón, que se tomó las primeras horas del día con mucha calma encabezados por el Movistar.
A los púpilos de Unzué les dió el relevo en cabeza el trabajo de los Katusha, y con ellos empezó a bajar la ventaja de los escapados, pero no fue hasta que el RadioShack tomó las primeras posiciones que se empezó a marcar un ritmo verdaderamente duro en cabeza. Esto no fue óbice para que Kiriyenka (Movistar), Le Lay (Saur-Sojasun) y Rolland (Europcar) saltasen del pelotón y le diesen nuevos bríos a la fuga, pasando así los kilómetros sin más novedades, excepto la mala cara de Valverde en la parte trasera del pelotón demostrando que no ha llegado a estas Ardenas en su mejor momento.
Se llegaba así a los kilómetros decisivos de la carrera, con la Redoute como el primer gran juez, y como viene siendo habitual sin ataques entre los mejores pero si con un ritmo muy vivo del BMC que reducía considerablemente el grupo principal y que parecía indicar a un Gilbert de nuevo en su mejor momento. En la siguiente cota ya si se esperaban ataques de cierto postín, y estos no se hicieron de rogar: el italiano Vincenzo Nibali tensaba el grupo llevándose con él en primer instancia a Gilbert y Vanendert y cazando al último superviviente del día, Pierre Rolland. Sin embargo su esfuerzo no tuvo continuidad y en la cima de la Roca se conformaba un grupo de unas 15 unidades entre las que no se encontraban ni Cunego, ni Valverde ni tampoco los hermanos Schleck.
Nibali no estaba dispuesto a volver a dormir la carrera, y en el descenso se lanzó hacia delante dejando tirado a un Gilbert al que el esfuerzo realizado en la Roche aux Facons dejó tocado para lo que quedaba. Rápidamente el Tiburón de Messina abrió hueco con un grupo en el que cundía la desorganización, llegando a los pies de San Nicolás con una ventaja que parecía suficiente sobre un duó perseguidor formado por el kazajo Iglinskiy y Joaquim Rodríguez. Pero ya en los primeros metros de la cota se vió que el pedaleo del corredor de Liquigas no mostraba ya la fluidez anterior, mientras que por detrás un Iglinskiy rebosante de fuerza dejaba tirado a Purito y se marchaba en busca del italiano.
La engañosa realización de la televisión belga provocó el asombro general cuando el corredor de Astana enfiló a Nibali rápidamente, alcanzándole finalmente en el repecho final de Ans y dejándole tirado cuasi al instante en un déjà vu de la victoria de Vinokourov en 2010. Por delante Iglinskiy entraba en meta con tiempo de sobra para saborerar la victoria, mientras que un derrotado Nibali hacía su entrada poco después con un rostro que era el vivo reflejo de la derrota. Para cerra el podio Gasparotto comandaba un grupo de 12 corredores redondeando así la fiesta del Astana, que se ha mostrado durante esta semana como el equipo más fuerte sin discusión. A más de un minuto y en 16º lugar entraba finalmente Gilbert, dejado de rueda en Saint Nicholas y el rey derrotado de esta primavera clasicómana.
Clasificación Final
1. Maxim Iglinskiy (Astana) 6h43’52”
2. Vincenzo Nibali (Liquigas) a 21”
3. Enrico Gasparotto (Astana) a 36”
4. Thomas Voeckler (Europcar) m.t.
5. Daniel Martin (Garmin) m.t.
6. Bauke Mollema (Rabobank) m.t.
7. Samuel Sánchez (Euskaltel) m.t.
8. Michele Scarponi (Lampre) m.t.
9. Ryder Hesjedal (Garmin) m.t.
10. Jelle Vanendert (Lotto) m.t.
Kazajistán vuelve a ser protagonista
Cuando todos ya imaginaban la victoria a favor del ciclista transalpino Vincenzo Nibali, que llegó a acumular una ventaja de casi un minuto, brotó como por arte de magia el kazajo Maxim Iglinskiy (31 años). Está visto que las alegrías no vienen solas sino que traen en contrapartida ciertas tristezas. Inmenso el contraataque que llevó a cabo tan oportunamente el ciclista Iglinskiy, que remataba la faena al igual que los toreros en la popular subida de Saint-Nicolás, que constaba de poco más de un kilómetro, con un porcentaje medio del 8,6 %. Este hombre venido de Kazajistán para probar fortuna, volaba cual tuviera alas adosadas a los pies en el curso de los últimos y apoteósicos 5 kilómetros. Los suficientes para alcanzar la gloria. El público belga, apretujado frente a la línea blanca de llegada, aplaudió con loable entusiasmo su llegada triunfante, mientras se preguntaba al mismo tiempo quién era aquella estrella fugaz aparecida en el firmamento. Entre ellos se dijeron que se trataba de un corredor desconocido venido de un país asiático. Viéndole, nos trajo a la memoria las dos victorias del otro kazajo, Alexandre Vinokourov, registradas en los años 2005 y 2010 en la meta de Lieja, esta ciudad situada en el valle del río Mosa, sede industrial por excelencia. Con aquel antecedente no constituía un ser extraño venido de un rincón casi ignorado. A fin de cuentas eran paisanos de un mismo país.