El segundismo en todos los ámbitos y por desgracia es algo que nadie recuerda, ¿Quién recuerda al segundo hombre que piso la Luna tras Neil Armstrong? o ¿Quien fue subcampeón de la Copa del Mundo de Fútbol en 1962? Incluso ¿Quien recuerda el 2º clasificado del primer Tour de Francia de la historia? Para Raymond Impanis, que puede ser un total desconocido para muchos, el segundismo va más allá de todo esto. Raymond nació en la localidad belga de Berg un 19 de octubre de 1925, de padres panaderos, se lo conoció con el mote de “Der Bäcker von Berg”, el panadero de Berg. Ganar Ronde Van Vlaanderen o Liège-Bastogne-Liège es el sueño de cualquier ciclista belga y Raymond a pesar de ganar el Tour de Flandes, se quedó hasta 4 veces 2º en la clásica más antigua del panorama ciclista la Liège-Bastogne-Liège, que se disputa nada más y nada menos que desde 1892.
Solo hay que imaginar el potencial de este ciclista, que en su primer año como profesional, en 1947, aparte de ganar una etapa del Tour de Francia, ya se quedó con la miel en los labios en Liège al ser batido por otro belga, Richard Depoorter. En la edición del 48 volvió a quedarse muy cerca de llevarse “La Doyenne”, esta vez de nuevo finalizó en 2ª posición al ser batido en la línea de meta por otro ciclista, el belga Maurice Mollin. Del 48 al 54 fueron años en los que hizo algún top 10 en Liège y le dio tiempo a ganar bastantes clásicas importantes como la Gent – Wevelgem o el doblete Flandes – Roubaix del 54, antes de plantarse de nuevo en la carrera maldita para él.
Raymond venía en un momento de forma muy bueno, y era el favorito junto a él suizo Ferdi Kübler, pero de nuevo no pudo ser, ya que el luxemburgués Marcel Ernzer metió un mundo al resto de ciclista, ganando por delante de Raymond con 2 minutos y 40 segundos de ventaja. Jamás podremos describir lo que debió sentir Raymond Impanis el 1 de mayo de 1955 cuando volvió a cruzar la línea de meta por cuarta vez en 2ª posición, en un agónico sprint con Constant Stan Ockers que se llevó la ajustada victoria. Tras este último 2º puesto, lo más cerca que estuvo de volver a ganar la clásica fue en 1958, quedó en 5ªposición y ya con 33 años la carrera de Raymond estaba decayendo, las oportunidades terminaron para él y paradojas del ciclismo, pese a vencer clásicas belgas como la Bastogne o la Liège – Charleroi – Liège, jamás pudo vencer la clásica más antigua del ciclismo, la Liège – Bastogne – Liège.
Hablar de Raymond, tristemente fallecido hace 2 años, es hablar sin duda de uno de los mejores ciclista belgas de la historia y una de las referencias de los años 50. Pese a que para muchos, el segundismo siga estando en el olvido, nosotros siempre tendremos un hueco para recordar al panadero de Berg, a aquel ciclista totalmente engominado para atrás, con tremendas dotes para las carreras de un día, un ciclista que sin duda hizo historia en Bélgica.
Bonito recuerdo a uno de los grandes “segundos” de la historia, aunque para mí el Poulidor de las clásicas siempre será Frans Verbeeck.