No hay duda de que Bélgica es el país del ciclismo por excelencia, esta se divide en tres regiones (aparte de la región de la capital Bruselas, están Flandes y Valonia), pero esto no es tan solo una triste división política, las dos regiones importantes del país van mas allá de todo eso, en el mundo ciclista siempre se han dividido en dos, la zona flamenca y la zona valona. Tradicionalmente las clásicas adoquinadas siempre han formado parte de la región flamenca, mientras que los muros o cotas, han sido la seña de identidad y el orgullo de la región valona.

Cuando llega la temporada de clásicas, el país también se divide en dos para acaparar las clásicas más famosas del panorama internacional y con más historia del ciclismo. Hemos pasado Gent – Wevelgem, la E3 o el Tour de Flandes que se disputan en la zona flamenca y hemos visto como los orgullosos flamencos celebraban la victoria de su ciclista más emblemático de su zona, Tom Boonen, la imagen del sentimiento flamenco no lo pudo reencarnar nadie mejor que el niño de Flandes, y es que una imagen vale más que mil palabras.

Mientras los flamencos sacan pecho durante toda su historia de tener a una gran mayoría de los ciclistas belgas más grandes de la historia, como los Roger De Vlaeminck, Eric Vanderaerden, Rik Van Looy, Freddy Maertens, Johan Museeuw, Lucien Van Impe, el más grande de la historia Eddy Merckx y en la actualidad con Tom Boonen, entramos en época de clásicas valonas, ahora llega Flèche Wallonne o Liège – Bastogne – Liège, esta última la clásica más antigua de la historia del ciclismo, por el sur sacan pecho de tener a los Léon Houa (tres veces ganador de Liège – Bastogne – Liège y el primer ganador), Pino Cerami, Claude Criquielion o el difunto Frank Vandenbroucke, que hicieron a los aficionados valones vibrar y se sentirse orgullosos de su región. Mientras, en la actualidad, el turno será de los Maxime Monfort y sobretodo de otro de los grandes, Philippe Gilbert, que pese a no estar en la mejor forma posible, sobre él recaerá todo el orgullo de su región en los próximos días.

El orgullo tanto flamenco como valón se ha visto mancillado en sendas ocasiones por ciclistas contrarios a sus regiones, ¿Quién no recuerda a Claude Criquielion alzando los brazos en el Tour de Flandes de 1987 o a Eddy Merckx ridiculizando Liège – Bastogne – Liège hasta en 5 ediciones?, pero más allá de todo esto, hemos oído decir a Eddy Merckx, que él no se consideraba ni valon ni flamenco, el solamente era belga, no hay duda de que el ciclismo es un deporte grande, imagínense si Juan Antonio Flecha hubiera nacido en Bélgica, ¿En qué región pensáis que hubiera nacido?, sin duda habría nacido en la región flamenca, terreno y territorio de adoquín donde los flamencos se desenvuelven como pez en el agua, pero sin embargo, si los Alejandro Valverde o Oscar Freire lo fueran, serían totalmente valones, terreno de muros y cotas.

Aunque la política en ocasiones separe o divida a los seres humanos, el ciclismo también es capaz de unir todo ello, ver banderas con el León de Flandes en Flèche o Liège o ver las banderas con el Gallo Valón en el Tour de Flandes son imágenes totalmente representativas de lo que une el ciclismo, disfrutemos de lo que se nos queda, disfrutemos de este bonito deporte, porqué se nos avecina la Fléche Wallonne y la clásica más antigua del ciclismo, llega la Liège – Bastogne – Liège.

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