¡Hola a todos!
Hoy os voy a contar como ha sido la segunda parte de mi stage de Semana Santa y la miseria que pasé el domingo en la clásica de Torredonjimeno. El domingo 8, tras la paliza del día anterior, Jesús y yo nos levantamos cansados, pero con una sonrisilla de “que bien nos lo pasamos ayer” así que aprovechamos que era la Paris Roubaix para darle un poco de cera al Bkool. Sin alardes, sin series, pero si rodando a buen ritmo durante 3 horas para asimilar el trabajo del día anterior pero sin dejar al cuerpo que se durmiese, al contrario, para forzarlo a recuperar los esfuerzos incluso en días de más de 3 horas.
La siguiente semana fue algo más light y además el tiempo nos respetó, así que dejamos la épica a un lado para terminar de pulir ese
puntito extra que espero que me hayan dado estas dos semanas, con un día de series en Pedro Bernardo y Serranillos que acabé con mucha fuerza, lo que me animó a repetir la última subida a la Centenera después de que mi PowerTap no me midiera bien la anterior…y otro de sprints que tampoco me fatigaron en exceso, por lo que llegué a casa con el pie del acelerador un poco pesado, y con muchas ganas…algo que suelo hacer, el día que estás bien, ¡hay que aprovecharlo!
Ya el jueves me tocó subir a Pontevedra a la presentación oficial del equipo algo que no agradeciern las piernas el viernes después de estar mucho tiempo de pie y otro tanto en el coche de vuelta a Valladolid para que me recogiesen el sábado para ir a Jaén, ¡de punta a punta y tiro porque me toca! Allí llegamos con la intención de dar guerra pero el que la dio de verdad fue el tiempo. Ya el sábado nos cayó un chaparrón curioso entrenando por la tarde, y lo del domingo fue…Salimos desde unos soportales porque parecía que se caía el cielo encima…¡y así siguió los primeros 15km,hasta que se hizo la luz! Parecía que la cosa cambiaba, pero soplaba mucho aire y las nubes iban tan pronto para un lado como para otro…
Así pasaron los km y yo estaba a la espera de coronar el puerto más duro del día, tras el que se suele decidir la carrera, así que nada
más terminar la bajada intenté escaparme pero no pude coger la buena, y a partir de ahí…fijaros en este video. Empezó a caer una granizada como no había visto en la vida, bolas de nieve que no eran muy grandes pero que hacían un daño increíble, yo estuve a punto de llorar del dolor. Era impresionante ver como todos los corredores iban chillando del dolor, pero nadie paraba, todos seguían dando pedales en busca de llegar a meta…y quedaban 30km. Si hubieran quedado más me hubiera bajado de la bici allí mismo, era horrible, pero creo que al igual que todos, pensamos que si habíamos llegado hasta allí pues hasta el final.
Por eso, quiero mostrar toda mi admiración a los ciclistas que han terminado en Jaén y en la Vuelta a Castilla y León con estas condiciones. Los primeros en llegar a meta son unos campeones, y el resto, ¡son héroes!
Y ahora toca volver a la “realidad” para seguir con el Proyecto a caballo entre Valladolid y mi pueblo con el ojo puesto en la carrera del domingo, en la que espero que el tiempo nos respete ya que es un recorrido rompepiernas que me viene bastante bien y tengo muchas ganas de ganar una prueba de la Copa de España, ¡ya que la general se ha torcido!
¡Un saludo a todos!