Sorpresa. Esa fue la palabra que se vino a la mente después de comprobar que Peter Sagan no estaba entre los inscritos para la disputa de la París-Roubaix. El ciclista del Liquigas-Cannondale dejó cojo a su equipo no sin razón: merecido descanso después de un comienzo de temporada cargado. La recuperación física primó por encima de los resultados y la experiencia en una prueba cruel para la musculatura del ciclista; no en vano, el Infierno del Norte es la prueba más dura de la temporada.

El eslovaco, de tanto sólo 22 años, lleva un año cargado. Desde el comienzo en el exótico Tour de Catar no ha parado. Allí en la tierra de los jeques buscó una idónea preparación para la primavera ciclista lejos del frío que asolaba Europa. Omán fue la siguiente parada. Allí el primer triunfo de la temporada. En la segunda etapa resolvió el triunfo en un grupo reducido tras una jornada marcada por el fuerte viento que cortó en mil pedazos al pelotón. Después de doce días de competición llegó el estreno en el viejo continente. La Strade Bianche abrió el ciclo europeo, la Tirreno-Adriático la sucedió. Mucha competición, mucha exigencia física. Aún así las victorias seguían llegando. La meta upfinish de Chieti fue el escenario donde el Bicho asestó su segundo golpe. El Corso Marrucino de la localidad de los Abruzzos vivió una auténtica exhibición de Sagan quien con calma y temple remató –no sin polémica- el movimiento de su compañero Vincenzo Nibali.

Chieti, la mejor victoria hasta la fecha © Bettini

A partir de ahí comenzaron los primeros objetivos de la temporada. La Classicissima abría la veda para un joven hambriento por conquistar las grandes del ciclismo. En Sanremo el cuarto puesto final le dejó a las puertas de la victoria. De no haber sido por el ataque de Nibali en el Poggio, el eslovaco tenía piernas para rematar el triunfo en la Vía Lungomare Italo Calvino. Tras el periplo italiano, comenzó el belga. E3 Prijs Vlaanderen – Harelbeke fue la primera toma de contacto. Décimo cuarto en el sprint final, no se metió en la disputa aun habiendo sido uno de los ciclistas destacados. A los dos días llegó su primer gran resultado en Bélgica. Segundo en la Gent-Wevelgem por detrás de Tom Boonen. Por el camino hacia De Ronde parada en La Panne. Victoria en la primera etapa, relajación en la segunda y retirado en la tercera. Todo listo para afrontar De Ronde. Quinto puesto final que acerca la victoria a un futuro próximo. Estuvo delante en todo momento, pero el movimiento definitivo de Ballan le pilló en fuera de juego. Aún así, gran balance. La experiencia adquirida el mayor de los tesoros conquistados.

Y después llegó la pausa. Más que necesaria, repito. A una semana de comenzar el tríptico de las Ardenas parar en Roubaix fue la mejor decisión posible. No sólo por lo que viene a corto plazo, si no también a dos meses vista. California, Tour de Francia y Juegos Olímpicos completaran una cargada temporada para un ciclista de tan sólo 22 años. Como buen diamante en bruto, la clave reside en saber pulir su forma para no acabar desperdiciando y desgastando prematuramente a un ciclista único. No hace falta recordar que en su primera temporada en las filas de Liquigas acabó explotando físicamente a mitad de temporada tras haber sido la gran sorpresa de la misma. Paciencia con este chico.