Cuando el 9 de febrero Filippo Pozzato se iba al suelo en la quinta etapa del Tour de Qatar y era incapaz de reemprender la marcha las alarmas se encendieron en el seno del equipo Farnese Vini – Selle Italia. Las malas noticias se confirmaron y el talentoso corredor italiano sufría una fractura de clavícula, de este modo el gran referente del equipo, aquel que tenía ocupar el puesto de Giovanni Visconti como líder indiscutible en la carretera, veía peligrar la parte más importante del calendario. Pero si algo nos ha enseñado constantemente este ciclista es que no es un tipo normal.
Siete semanas después de ese accidente que parecía echar por tierra esta parte de la temporada, el italiano nos deleitó el pasado domingo en Flandes con su mejor versión, incluyendo una faceta más ofensiva, algo que no es habitual de ver él y lo cual se le echa constantemente en cara, no sin razón. Su arreón final en el último paso por el Paterberg, donde Boonen llegó a ceder unos pocos metros respecto al dúo de italianos, ha hecho volar la imaginación de más de uno y reflexionar sobre lo que hubiera pasado si el Kapelmuur no hubiera faltado a la cita. Por desgracia nunca lo sabremos, lo que sí sabemos es que Pippo ha vuelto, otra vez, y para el domingo no pueden ser mejores noticias para el aficionado, más si cabe, después de la sensible baja de Cancellara.
De este modo llega el italiano más en boca de todos que en cualquier otra edición de la Paris-Roubaix, carrera que a pesar de que por sus cualidades encima de la bici parecía que se acomodaba a la perfección a sus características como corredor, le costó tiempo terminar de cogerle el punto, a esta carrera y a los adoquines en general. Y eso que empezó con bastante buen pie en estas pruebas. En su primera prueba de nivel sobre piedras con 21 años fue sexto en la entonces llamada Omloop Het Volk, solo por detrás de gente del nivel de Museeuw, Bettini, Vandenbroucke o Boonen, nada mal para empezar. Pero en los siguientes dos años solo se le vería un par de ocasiones en Flandes y otra en la Gent-Wevelgem sin resultados destacados.
Realmente hasta el año 2009, primer año en Katusha, no se le ve peleando por estar con los mejores en Roubaix. En 2007 conseguía su primera victoria de nivel sobre este terreno en la Het Volk y en las temporadas antes de llegar al conjunto ruso había conseguido algún Top10 en carreras belgas pero sabía poco para un corredor del que se esperaba que pudiese conquistar un buen número de estas carreras al terminar su carrera. Y con su fichaje por Katusha parecía que todavía estaba a tiempo de lograrlo. Sus victorias en E3 Harelbeke batiendo a Boonen al sprint y también en la primera etapa de los 3 Días de la Panne le situaban como el gran rival de Tommeke para los grandes monumentos a falta de un Cancellara que estaba fuera de forma.
En Flandes de nuevo la táctica de Quick Step de enviar a Devolder por delante y dejar a Boonen de secante para el resto resultó efectiva, más todavía si nuestro amigo Pippo no se separó de la sombra de Boonen en toda la carrera. Con este panorama, Pozzato se presentaba en Roubaix como el gran aspirante para destronar al belga. Esta vez sin inferioridad numérica respecto al belga parecía que todo se debería resolver en el mítico tramo del Carrefour de l’Arbre, pero el destino le tenía guardada una jugarreta al italiano. Justo antes de entrar en el decisivo tramo, una caida de Flecha le hacía perder unos pocos metros respecto a Boonen y Hushovd (el noruego también se caería más adelante), metros que en los 17 kilómetros que restaban hasta el final fue incapaz de recortar. Lo de estar en la parte trasera del grupo le había costado la posibilidad de luchar por la victoria en el Infierno del Norte.
http://www.youtube.com/watch?v=_tCztjEyi20
En 2010 una inoportuna gripe le mermó la semana decisiva y el año pasado simplemente no tenía piernas para estar con los mejores. Tras dos años en los que las decepciones fueron más numerosas que los éxitos decidió dar por acabada su etapa en el Katusha. A pesar de que tenía ofertas de equipos de primer nivel, como Lampre, su elección fue el modesto Farnese Vini. Se consideró en su momento una decisión peliaguda, el equipo italiano no tenía el suficiente caché y no resultaría extraño que no recibiesen una invitación para las grandes clásicas. Pero en este caso la suerte le sonrió, no como aquel día en Qatar. Pero Pippo no estaba dispuesto a que la mala suerte le chafase otra temporada, él mismo ya se había encargado demasiadas veces de tirar piedras sobre su propio tejado.
Así que la recuperación tenía que ser lo más rápida posible. Tres días después de ser operado ya entrenaba en rodillo, y otros tres días después ya se ponía dorsal en Laigueglia. Cuando apenas un mes después de ser operado era capaz de hacer sexto en Milano-Sanremo se confirmaba la resurrección de Pozzato, otra vez. Y tras lo visto este domingo en De Ronde parece que el escenario que se nos plantea es idéntico al de 2009. Boonen esplendido, Cancellara fuera y un italiano orgulloso que tiene ganas de callar a sus retractores. ¿Cambiará el resultado de hace tres años? El domingo lo sabremos, esperemos que la actitud sea más parecida a esta ultima versión del siempre impredecible Filippo Pozzato.
Recuerda: Only God Can Judge Me
Como gane el domingo ni ese se va a atrever.
Yo, después de ver que el otro día le dio más aire en la cara que en los últimos 5 años. Me espero cualquier cosa…