¡Muy buenas!
Aquí estoy de nuevo para contaros mi primera experiencia en la clásica por excelencia del calendario aficionado español…el Memorial Valenciaga. Llegué al País Vasco con muchísimas ganas y con la ilusión de hacer algo bonito en las carreteras por las que tantas veces he corrido y entrenado, aunque no conocía Ixua, fuimos a verlo el sábado estrenando las nuevas ruedas del equipo Super Froiz, aunque la verdad es que mucho no pude usarlas…como luego veréis. El recorrido tenía siete puertos: Itziar, Meagas, Itziar de nuevo aunque no puntúa, Elgeta en el km 100 que es donde empieza la carrera de verdad, Areitio, Ixua y San Miguel.
La verdad es que todo el mundo sale con un respeto, o incluso miedo, tremendo a Ixua. Es un puerto duro, con 4km a más del 9%, donde se suele decidir la carrera y quizá demasiado duro para mí, así que mi objetivo era llegar entero allí, pasarlo lo más adelante posible y hacer mi apuesta en San Miguel, una subida mucho más acorde a mis características y que me gustó mucho, con más kilómetros y bastante menos pendiente que Ixua, se llega con aún más kilómetros en las piernas por lo que no sería tan determinante la facilidad para escalar sino la fortaleza y el fondo en ese momento de carrera…vamos que lo subí el sábado entrenando y me fui motivando en cada curva que tomaba pensando en cual sería el momento perfecto para atacar jejeje.
Y así me acosté el día previo mentalizado de que junto a mis compañeros podíamos hacer un gran papel, con la motivación extra que nos trajo nuestro director Portela, que quien le conozca, sabrá de lo que hablo: tiene más ilusión que muchos corredores, estoy seguro, y nos lo transmite cada día para sacar el máximo de nosotros.
Llegaba el día D y la diana era a las 5:50, porque salimos a las 9…¡así que aún yendo a Eibar a la salida seguía siendo de noche! Tic tac tic tac…se acercaba el momento, control de firmas, reconocimiento de la llegada…se respiraba ciclismo en Eibar a las 8 de la mañana, ¡y el día tenía una pinta estupenda para mí! No hacía frio, había nubes bajas pero no iba a llover así que me dispuse para la guerra y salí concentradísimo para no tener ningún despiste desde el principio, ya que la gente sale a tope y hay riesgo de caídas y cortes…y así fue.
Nada más empezar, primera montonera. Ni me enteré porque iba delante pero debió ser gorda. Ahí se hizo la fuga de 4 y me sorprendió que se parara tanto la carrera en el pelotón, íbamos muy despacio, ¡llegaron a tener 9 minutos! Desde luego, no era lo que mejor me venía a mí, ya que prefería que la carrera fuese rápida, que se hiciese dura desde el principio, que hubiese batalla para que las fuerzas llegasen más justas a los puertos finales pero eso mismo era lo que hacía que la gente saliese en modo CBR: “comer, beber y a rueda” .
Así seguimos hasta que al coronar Meagas intento meter plato y otra vez el desviador que no sube. Cambio de bici y me quedo sin estrenar las ruedas en condiciones, espero que sea la última porque me van a cambiar el cuadro entero, que ya me ha pasado cinco veces…
Ya en Itziar se puso a tirar el Cafemax y así llegamos a pie de Elgeta rodando muy rápido y con muchos nervios, así que había que
colocarse delante y así iba en torno al puesto 20 cuando hubo un bandazo a pie de Elgeta, y zas, a la cuenta. Casi no llegué a caerme pero se me enganchó al bici con otra, luego la cadena no entraba. Total que me dejaría un minuto y con la carrera totalmente lanzada. Me puse a subir como si no hubiera mañana buscando el pelotón pero todo era un rosario de corredores quedándose así que no había coches.
Al bajar se formó un grupo de unos 30 y no estábamos lejos del pelotón, pero ya fue imposible, así que terminé el recorrido con rabia pero visto lo visto, contento de no haberme hecho nada con la de percances que hubo. Otra vez será, ¡esto es ciclismo!
Ahora lo que toca es hacer una mini concentración en la Sierra de Gredos en la que espero la visita de algunos amigos, de la que seguro os podré contar varias anécdotas en la próxima entrada
¡Un saludo a todos!