Tras varios años en los que el mito belga no ha podido rendir en los Monumentos de piedras del ciclismo, tras su victoria el domingo en Oudenaarde, sumadas a las que consiguiera el fin de semana anterior en Harelbeke primero, y Wevelgem después, la cita del próximo domingo es, para Tom Boonen, una cita ineludible con la historia. Ningún corredor salvo Rik Van Looy ha conseguido vencer en un año la Gante-Wevelgem, De Ronde y París Roubaix. Ninguno, sin salvedades, ha conseguido el póquer, junto con el E3. Y también, si gana, igualará el récord de victorias en el Infierno del Norte, con cuatro, que conserva a día de hoy como privilegio solo Roger De Vlaeminck, el dominador histórico de El Infierno del Norte. Más, si gana en el velódromo, será el único corredor de la historia en conseguir dos veces el doblete en Flandes y el norte de Francia. Un poco más. Detalles. Si gana el domingo, pasará a ser uno de los 10 ciclistas con más Monumentos en la historia del ciclismo, superando a Moser, Argentin, Binda, Museeuw, De Bruyne, y se pondrá a la altura de Gino Bartali. Abrumador.

Tales notas, para nada circunstanciales y sí demostraciones de una superioridad histórica en la última década en estas carreras, posiblemente, sabiendo que Fabian Cancellara no correrá debido a su triste caída en el avituallamiento de De Ronde -triste situación la de no poder disfrutar del duelo entre Tommeke y Espartaco-, propiciarán un ‘todos contra uno’ camino del velódromo más conocido del ciclismo en ruta. Solo Filippo Pozzato, el más fuerte en los muros flamencos, se intuye como el único capaz de conseguir que esa cita del de Mol con la historia, se frustre y tenga que esperar un año más. Tras ellos, Alessandro Ballan, el líder a efectos reales de un escuadrón de nombres como es BMC y que, salvo la aparición esperada de Thor Hushovd, es el único corredor en principio apto del ‘todopoderoso’ equipo que pretendía dominar la temporada de clásicas de principio a fin.

Aquello que comentábamos durante la previa de De Ronde, la confirmación de ese grupo de outsiders, se puede seguir gestando con paso firme desde sobre los tramos de adoquín del norte de Francia (en esta ocasión podremos disfrutar de sus lugares más reconocidos, místicos y rara vez decepcionantes). Edvald Boasson Hagen, John Degenkolb, Tony Gallopin o Sep Vanmarcke, se están postulando para dar relevo a los Flecha, Paolini, Chavanel, Hushovd, Hincapie o Leukemans. También están en ello los Boom, Breschel o Van Avermaet. Pero ninguno, ni los de una generación ni los de la siguiente, tienen el panache y el olor a leyenda que transmite Peter Sagan. Parece que no correrá las carrera que nos compete, pero conste en acta que, el que escribe, piensa que, tal y como está, debería hacerlo. Aprendizaje de quilates y una forma para estar ahí; con Boonen, Pozzato, Ballan, y aquellos que tengan a bien y suerte competir hasta poder ganar.

Se nos presenta, por tanto, una carrera con dos escalones. El de Boonen, y el del resto. Y la experiencia reciente demuestra que esa no es la forma más adecuada de plantear o encontrarse con un gran objetivo, como será el del camino desde Compiègne hasta el velódromo de Roubaix. Pero también había dudas sobre si el belga podría volver a ganar Flandes. La fuerza, el tesón, la preparación milimétrica, el equipo, y el aprender de errores pasados le dan la oportunidad, por fuerza bruta, pero merecida, de seguir pasando a la historia y convertirse, o confirmarse como, en el especialista de piedras más grande de la historia del ciclismo.

paris roubaix previa