Después de la dantesca etapa vivida el miércoles en la Volta a Catalunya, el marbellí Luis Ángel Maté (Cofidis) atiende la llamada de Cobbles&Hills para relatarnos lo vivido en una jornada que nunca debió seguir el transcurso que equivocadamente tomó.

El titular de la tercera etapa de la Volta se podría llamar “esperpento en Catalunya”

No sé si esperpento sería la palabra adecuada cuando se pone en riesgo la salud de los artistas. Yo no lo llamaría así. El miércoles fue un día horrible para todos los corredores. No debimos haber corrido tal y como estaban las condiciones y ha sido un error, primero por parte de nosotros por no habernos puesto de acuerdo y no habernos plantado y luego, por supuesto, de las personas que permitieron que se disputase la etapa.

Algunos titulares lo tildaban de épica

Tampoco lo definiría como épica. No tiene nada que ver con la épica ver gente cayéndose de la bicicleta, tiritando, gente congelada,..esto de épica no tiene nada. Esto no es deporte, esto no es el deporte por el que, como el resto, he luchado toda mi vida. Esto no es épica. Cualquiera que lo haya vivido desde dentro, no sólo los corredores, los propios auxiliares chupando frío, los conductores de los camiones y autobuses jugándose el tipo para llegar a tiempo, los mismos jueces, los mismos periodistas que iban en moto,..no tiene nada de épica. Esto no tiene nada ni de deporte ni de espectáculo. Da pena ver a Wiggins hace una semana hacer una exhibición en París-Niza y verlo aquí en Catalunya temblando de frío en el coche sin poder articular palabra.

Todo para que finalmente no contase para la general

Ese es el reglamento. Cuando una etapa se acorta el reglamento es bien claro y dice eso y aunque sea duro para los escapados forma parte del juego. Lo que tenían que haber hecho era no permitirnos la salida o haber planificado un recorrido alternativo, una solución alternativa desde la salida para que no ocurriera prácticamente lo que ocurrió. La meta fue un caos. Prácticamente no había meta, nadie sabía donde acababa, los jueces no podían coger dorsales porque lo tapaban los chubasqueros,…fue un caos. La clasificación general no fue fiel a la realidad. Repito, eso no fue deporte.

En Twitter las quejas han sido múltiples pero, ¿qué se comentaba en el pelotón?

No se comentaba nada, cada uno tenía bastante con mantenerse encima de la bicicleta. Es muy difícil ponerse de acuerdo a doscientos corredores cada uno de una nacionalidad, cada uno de su padre y de su madre. Un italiano, un eritreo, un francés, un iraní,…al final el ciclista hace lo que le mandan, primero su equipo y luego los organizadores y si deciden correr sale a correr y eso ha sido un error que no se puede permitir, porque a mi criterio no se puede salir en esas condiciones.

El mejor aliado en un cruel día para la práctica del ciclismo © Rafael Gómez Alonso

¿Pensasteis en un posible plante?

No, no, ya te digo que no. Cuando tu llegas a la salida en el bus del equipo y tienes tiempo para vestirte, firmar y salir el ciclista no tiene esa posibilidad de plantarte cuando tu director y el organizador te está diciendo que la etapa se hace pues la etapa se hace, no es el ciclista el que tiene que decir si se planta o no, tiene que existir un estamento por encima o alguna persona que diga que esto no está para correr y no se corre. Las previsiones se conocían desde hace quince días gracias al Instituto Nacional de Meteorología y nadie hizo nada. No sé si buscaban esa épica o qué, pero permitieron que saliésemos.

¿La falta de unidad os hace débiles ante este tipo de situaciones?

No hay falta de unidad, es que no hay posibilidad de parar. ¿Cómo lo paras? No estoy de acuerdo. Es muy difícil poner de acuerdo a doscientas personas que se ven una vez al año, cada uno habla su lengua y en la salida has firmado. No es el ciclista quien dice que no se sale. Aquí tu jefe te dice una cosa y tienes que hacerla. Por ejemplo a ti te dicen que escribas una cosa y les dices “mira no lo voy a escribir”.

Pero por ejemplo ha habido otras situaciones en las que una vez arrancada la carrera los propios ciclistas se han plantado y se ha realizado, por ejemplo, una neutralizada

Sí, pero allí precisamente no eran las mejores circunstancias. No hay coches suficientes en el pelotón para meternos a todos, eso es lo primero. Luego no había sitio, no había ropa. ¿Dónde nos paran? ¿Encima de La Molina con cero grados y nevando que estaba? No había sitio material para meternos. Los autobuses estaban intentando subir a Port Aine cien kilómetros más adelante y en dos coches por equipo no caben ocho corredores.

Al final, la organización es la que más pierde con estos sinsentidos..

Por supuesto que es la que más pierde. Es admirable que la Volta salga un año más, hay que reconocer su esfuerzo pero la verdad es que es la que más pierde con todo esto. Cuarenta y pico corredores para casa y un caos.

Lo hemos vivido en Besseges, en el Tour del Mediterráneo y ahora en la Volta a Catalunya. ¿Debería la organización tener otro final previsto por su acaso las condiciones meteorológicas no son las mejores?

Hombre, no es fácil. No sé cómo funciona realmente el mundo del organizador. Sé que es muy difícil, que hacen muchos esfuerzos para conseguir sacar las carreras adelante. El ciclismo no es un partido de fútbol o uno de baloncesto que siempre está abierta. Corremos por carreteras que cuestan mucho cerrarlas y no sé si será fácil o no, pero lo ideal es que tendrían preparado otro final viendo las previsiones del Instituto Nacional de Meteorología o con las tecnologías que hoy tenemos. Prevenir sería lo ideal dentro de lo que cabe, que hubiera la posibilidad como te digo de otras alternativas