Emoción. Esa ha sido la nota predominante de la Tirreno-Adriático 2012. El recorrido era relativamente duro, pero al final sobre la práctica no fue más allá de dos finales más o menos selectivos y una etapa unipuerto, sin que éste fuera precisamente el Mortirolo. Siete días de competición que no se puede decir que hayan defraudado, pues las expectativas tampoco eran demasiado altas, pero sí nos han dejado con un sabor de boca agridulce. Siete días después de los cuales Vincenzo Nibali (Liquigas-Cannondale) vuelve a ganar una vuelta por etapas, cosa que no ocurría desde que lo Squalo se apuntara la Vuelta a España 2010. Lo flanquearon en el podio final de San Benedetto del Tronto Chris Horner (RadioSchak-Nissan), que volvía a la competición después de su caída en el Tour de Francia, y Roman Kreuziger (Astana), 2º y 3º respectivamente.
La contrarreloj por equipos nos traía, por sorpresa, la primera victoria del equipo GreenEDGE en Europa. Su ejercicio fue de manual, y le valió para aventajar en meta en 17 segundos a Garmín-Barracuda y a Fabian Canc… perdón, al RadioShack-Nissan. Así, la primera maglia azzurra fue a parar a Matthew Goss, vencedor de la Milano-Sanremo 2011 y que más tarde abandonaría, al estar atravesando un proceso gripal, para no poner en peligro su participación en la de 2012.
Los dos finales siguientes demostraron la superioridad del Sky en las llegadas al sprint. Mark Cavendish venció en Indicatore de manera clara, donde sólo un Óscar Freire que volvió a demostrar sus terribles 100 metros finales le pudo enseñar la rueda de su bicicleta. Al día siguiente era Edvald Boasson Haggen el que se reivindicaba pidiendo cierto grado de libertad de cara a la Milano-Sanremo. No hubo ningún tipo de declaración altisonante. Simplemente una incontestable victoria por delante de André Greipel y Tyler Farrar, dos de los mejores sprinters del panorama internacional.
Al día siguiente la etapa se presentaba descafeinada. El final en el Corso Marrucino Chieti era suficientemente duro como para provocar cortes, como así fue. Pero la suspensión de la subida al Passo Lanciano lo dejó sólo en eso, un final entretenido. Allí surgió la polémica. Cuando Vincenzo Nibali era cabeza de carrera a unos pocos metros de meta, su compañero de equipo Peter Sagan atacó, dándole caza y superándole para llevarse la victoria (http://www.youtube.com/watch?v=UZ7Ciy0XI6w a partir del 21:23, el último kilómetro). Más allá de la indudable calidad del eslovaco, hay dos corrientes de pensamiento. De un lado están los que opinan que Sagan hizo lo correcto, que Nibali iba a ser cazado por Kreuziger y que había que asegurar la victoria para el Liquigas-Cannondale. Del otro lado, los que creen que Sagan hubiera ganado igual esperando al sprint y que, por tanto, debía haberse mantenido a rueda de Kreuziger y si finalmente su compañero era cazado, sprintar y ganar; pero dando prioridad a que Nibali se llevara los 10 segundos de bonificación que hay en meta para el ganador de cada etapa. Elijan ustedes en que bando están. Lo único tangible es que El Bicho se apuntaba una etapa que finalizaba en repecho, ante casi todos los grandes uphill finishers del pelotón sólo un dos días después de ser 3º en un sprint masivo. ¿Este chico tiene límites?
Al día siguiente, el final en Prato di Tivo sentaría las bases de la clasificación general final. Con todos los favoritos agrupados a pie de puerto, subieron en amor y compañía hasta que el líder Christopher Horner hacía el primer cambio de ritmo a falta de cinco kilómetros y medio. Una primera selección del grupo dejaba delante a Roman Kreuziger (Astana), Vincenzo Nibali (Liquigas-Cannondale), Michele Scarponi (Lampre-ISD) y Joaquim Rodríguez (Katusha), además de al propio Horner, que parecía imperial. Tras un pequeño reagrupamiento, se sucedieron los ataques de gente como Paolo Tiralongo (Astana) o Christophe Riblon (Ag2r La Mondiale), hasta que Nibali decidió cortar la baraja de la Tirreno-Adriático y poner las cartas sobre la mesa. A falta de 3’8 km para la cima lo Squalo atacó. Horner y Kreuziger, que hasta entonces tenían la general entre ellos, siguieron vigilándose al ritmo de Tiralongo. Al final lo único que consiguieron fue perder un puñado de valiosísimos segundos frente a un rival con no mucha más fuerza, pero sí confianza en sí mismo y determinación.
La última etapa en línea, con la llegada en el circuito de Offida, fue la demostración de que hasta los más débiles de un corte salen beneficiados de que haya continuidad y la cosa no se pare. Joaquim Rodríguez, siempre cerrando el grupo y con las fuerzas justas, supo guardar lo poco que tenía para dar el estacazo en el momento justo, a falta de 1 kilómetro para la meta. Nadie pudo ya coger a Purito, que se alzó con un triunfo tan sufrido como merecido. Como me dijo un día un compañero, “mejor competir contra los más fuertes sin gregarios y usando picaresca, que ir de la mano hasta el matadero de la rampa más dura”. Por detrás, esta vez sin ninguna duda, Peter Sagan realizaba un trabajo encomiable en favor de Nibali, que aunque no podía evitar la primera (y única) victoria española en la prueba, hacía que el de Mesina recortase seis segunditos más en forma de bonificación al ser segundo en meta.
La contrarreloj final tuvo poca historia. La emoción de tener a 3 corredores en 6 segundos (Horner líder, a 5 Kreuziger y a 1 más Nibali) desapareció en el paso por el punto intermedio. El de la Liquigas, favorito, llevaba suficiente ventaja como para haber podido para a tomarse un helado, como hiciera Bahamontes en cierta etapa del Tour. Finalmente Horner era segundo y Kreuziger tercero. Destacar la actuación del americano, que en su vuelta a la competición después de su caída en el Tour de Francia (hace más de ocho meses) se ha codeado con los mejores, y ha estado apunto de batirlos. Horner dijo el año pasado por estas fechas que “en su carrera había sido subestimado muchas veces” y que creía que “en la actualidad, salvo Contador nadie puede superarme”. Muchos, el que suscribe el primero, nos reímos de aquello, pero los datos están ahí. Quizá haya que empezar a considerarlo como un posible outsider a la victoria en el Tour de Francia de 2012. La victoria parcial fue para Fabian Cancellara (RadioShack-Nissan). El Expreso de Berna ha empezado el año de manera fulgurante, y seguro que tiene en La Clasiccisima de este fin de semana una de las grandes marcas en rojo en su calendario.
Clasificación General Final: Top10.
.1. Vincenzo NIBALI — Liquigas-Cannondale — 29 horas 38′ 08″
.2. Christopher HORNER — RadioShack-Nissan — +14″
.3. Roman KREUZIGER — Astana — +26″
.4. Rinaldo NOCENTINI — Ag2r La Mondiale — +53″
.5. Johnny HOOGERLAND — Vancansoleil-DCM — +1’00”
.6. Joaquim RODRÍGUEZ — Katusha Team — +1’16”
.7. Michele SCARPONI — Lamprei-ISD — mt
.8. Wouter POELS — Vacansoleil-DCM — +1’25”
.9. Christophe RIBLON — Ag2r La Mondiale — +1’31”
10. Cameron MEYER — GreenEDGE — +1’33”
¿Cuando superó Tirreno Adriático a la París Niza?
Hablando en “neto” y con respecto a la historia más reciente, desde 2010.