Como cada año, la carrera en ruta de los sub23 es una auténtica incógnita. Es el gran encanto de esta carrera. Los chavales son los primeros en competir en el circuito, que es analizado durante el año por las distintas selecciones pero no se puede evaluar en su justa medida hasta que no se compite en él. Las selecciones tienen menos ciclistas que en la prueba élite y la distancia a recorrer es mucho más corta, lo que convierte la carrera en una locura de ataques y contrataques prácticamente desde el inicio. Así, es muy complicado hacer pronósticos. Por muy bueno y muy fuerte que sea un ciclista, no tiene ninguna garantía no tan solo de victoria, sino siquiera de estar luchando por ella en las últimas vueltas. El favoritismo no es el mejor aliado para una carrera de este tipo. Lo hemos visto en los últimos años con desenlaces distintos y sorprendentes. Quizá exceptuando la exhibición de pura fuerza de Romain Sicard el año pasado en el durísimo circuito de Mendrisio, las últimas cinco ediciones recuerdan desenlaces más o menos sorprendentes. Una larga escapada de Dmytro Grabovskyy en un circuito apto para velocistas como fue Madrid, la victoria de un sprinter como Ciolek en un grupo de seis ciclistas en Salzburgo, Peter Velits ganando en un pelotón de 50 en el uphill finish del exigente circuito de Stuttgart o el ataque sorpresa en el llano final de un escalador como Duarte en el grupito de segundas espadas que se formó en Varese.
El circuito de este año tiene su dificultad pero no pondrá casi automáticamente a cada uno en su sitio como terminó por hacer el del año pasado, así que el abanico de posibles ganadores vuelve a estar muy abierto. Aun así, hay jerarquías. Los dos nombres que más suenan para el título son los de John Degenkolb y Michael Matthews. Ambos tienen el perfil ideal para un circuito como el de este año, son muy potentes, muy rápidos llegando en grupo y tienen la suficiente dosis de explosividad y capacidad escaladora para superar los muros con los mejores. Ya hablamos de ambos tras el Tour del Porvenir, así que no necesitan presentación. Ambos son los jefes de filas claros de sus selecciones, que cuentan con varios rodadores de postín para ayudarles, aunque su táctica puede ser diferente. Los australianos corren en casa y probablemente serán bastante más activos en carrera, y cuentan con algunos ciclistas como Joe Lewis o Tim Roe (duda por la caída que le obligó a abandonar el Tour del Porvenir) que podrían jugar sus bazas en escapadas desde lejos.

John Degenkolb, uno de los favoritos en la prueba
Abriendo un poco más el abanico, aparecen otras selecciones interesantes como Francia, Italia, Holanda, Eslovenia, Estados Unidos o la propia España. Los franceses, brillantes los últimos años en la categoría, tienen un bloque de mucha calidad que si corre unido puede ser peligrosísimo. El corredor del Cofidis Tony Gallopin, que viene de correr la Vuelta a España, parece el jefe de filas. Es rápido, potente y viene de correr en el nivel superior, lo que probablemente da un punto extra ante la competencia. Pero hombres como Hardy o Le Bon también son galgos de primer nivel en un circuito de estas características, y además pueden guardar para una hipotética aunque improbable llegada masiva la carta de Demaré, sprinter de primer año.
Por parte italiana, selección siempre muy competitiva, el capo debería ser Enrico Battaglin, el típico passista italiano ideal para este tipo de carreras. El próximo ciclista de la Colnago de Reverberi tiene como carta de presentación sus victorias en el prestigioso Giro de las Regiones y en los Grandes Premios de San Giuseppe y Capodarco. A su lado, un equipo lleno de buenos ciclistas todos con cierta punta de velocidad capaces de pescar en río revuelto como Colbrelli (otro futuro Colnago), Agostini, Graziato o Leonardi.
En Holanda sobresalen tres nombres. Primero el de Tom Jelte Slagter, escalador brillante que ha hecho una gran temporada en el filial del Rabobank y pasará al primer equipo la temporada que viene. Su problema es que debería llegar a meta solo para ser campeón del mundo, lo cual es muy complicado. Luego el de Coen Vermeltfoort, a quién se ajusta mucho mejor el circuito, es potente, buen rodador y muy rápido. Pero no parece llegar en buen momento, no ha brillado desde mayo, cuando fue segundo en el Olympia’s Tour. Finalmente, está Boy Van Poppel, el hijo del mítico sprinter del PDM que parece haber heredado los genes de su padre, pero para quién el circuito seguramente sea demasiado duro.
Los eslovenos tienen un gran equipo pero parecen estar en horas bajas. Su mejor hombre, Marko Kump, a quién el circuito debería irle como anillo al dedo, está lejos del gran momento que vivió en primavera. Tampoco Tratnik, ciclista muy parecido pero más joven está en su mejor momento, mientras que Furdi, más escalador, sí parece más en forma, pero no tiene su mejor escenario. Aun así, si corren bien como bloque pueden tener opciones.
Los americanos sí llegan en gran momento, aunque quizá les falte un killer. Phinney lo es, pero ¿Podrá pasar los repechos con los mejores? Talansky es un gran escalador que viene a tope tras ser segundo en el Porvenir, pero el circuito es demasiado blando para él. Luego está el nuevo portador del maillot de las barras y estrellas, Ben King, autor de una gran escapada hacia su título de campeón nacional absoluto, pero ése es otro escenario complicado. Tienen varias bazas a jugar y eso siempre es positivo, pero parece dificil que alguna de ellas sea una carta ganadora.
España solo tiene a cuatro ciclistas, pero todos de gran calidad. Por sus declaraciones parece que el líder es el sprinter del Andalucía Juan José Lobato, que además de ser muy rápido también tiene cierta capacidad para pasar la montaña. Pero si la carrera se rompe posiblemente tenga más opciones Jesús Herrada, en gran momento de forma como ya ha demostrado en la contrarreloj. El equipo lo completan dos escaladores puros como Mikel Landa e Higinio Fernández, que son muy buenos ciclistas pero lo tienen casi imposible en ese circuito. Ante la imposibilidad de trabajar como bloque por el escaso número de componentes, deberán estar en las fugas y tratar de jugar sus bazas con inteligencia en las últimas vueltas.

Una de las opciones del ciclismo español, Jesús Herrada
Caso aparte como ya sabemos es el de los colombianos, que serán con toda probabilidad los grandes dinamitadores de la carrera como los dos años anteriores. El problema es que este año tienen un circuito menos propicio para ello y sorpresas como la de Duarte en Varese son muy difíciles, sobretodo porque ya tienen un nombre y seguro que estarán muy vigilados. Como tienen dónde elegir, han traído al bloque del Girobio y se han dejado en casa al del Porvenir. Así, Betancour (plata el año pasado) y Beltrán, serán ruedas a seguir en los repechos, sin olvidar a un Arredondo que también ha hecho una buena temporada.
Finalmente, y aunque no cuenten con grandes equipos a su alrededor, no se puede descartar la aparición de solistas que tengan sus opciones. Hombres de mucha calidad como el argentino Daniel Díaz, temporadón en el pelotón amateur español con Baqué y fichado ya por Geox, el sprinter austríaco del NetApp Daniel Schorn, que viene de hacerlo bien en la Vuelta a Eslovaquia, el belga Yannick Eijssen, otro escalador del que ya hablamos que tendrá que intentar llegar en solitario, el potente canadiense Boivin, el lituano Navardauskas, brillante en la primera parte de la temporada o el venezolano Monsalve, escalador que ya ha reclutado Gianni Savio, entre otros, pueden dar que hablar en el transcurso de una carrera que como siempre será apasionante.
Jordi Martínez
Fantástico! Muy bueno, de verdad!