Iván Gutiérrez (Hinojedo, 1978) es una de las piezas básicas en el engranaje del Movistar Team. Uno de los ciclistas con mayor experiencia dentro del pelotón mantuvo una interesante charla con Cobblesandhills en la víspera de la París-Niza. Un consejo, amigo lector: a partir de ahora no le llames José Iván.
¿Cómo te encuentras en este comienzo de temporada?
Personalmente lo llevo bien, porque llego de un año como el pasado, en el que lo pasé fatal. Estoy dentro del camino correcto. En el equipo tenemos a un líder como Valverde, que hace que los demás tengamos que estar a su disposición. La mentalidad de cara a las carreras debe ser diferente y eso será mucho mejor para nosotros.
¿Cómo ves a Alejandro, un año y medio después?
Le veo igual de ganador, pero la mayor diferencia es que es más líder que antes. Ahora se echa el equipo a la espalda en momentos en los que antes teníamos que estar arropándole a un nivel más emocional que físico. Sin embargo, ahora es más maduro. Tiene una responsabilidad por ganar muy grande, y eso hace que coja directamente el toro por los cuernos.
No te gusta hablar de tus objetivos personales…
No es fácil… pero mira, hay un objetivo personal que no he dicho, y ya es momento de que lo diga: quiero correr en los Juegos Olímpicos. Hay un gran plantel de corredores del que sólo van cinco, pero yo tengo una doble opción. Si me dieran la posibilidad de preparar específicamente la crono, podría hacerlo muy bien. Además, tengo la capacidad de trabajar y ayudar a los que van a correr la prueba en línea. Por otro lado, tengo que tratar de ganar una etapa… sobre todo en momentos en que convenga por cuestión de estrategia para el equipo. Aunque ahora, al correr para Alejandro, no es lo mismo, porque vas supeditado a tu líder. En Andalucía tenía el prólogo como objetivo, pero era consciente de que tras tanto tiempo sin estar centrado en las cronos, era muy complicado.
Hablas de los Juegos, ¿qué recuerdo guardas de Atenas 2004?
Pues no tengo un recuerdo demasiado bueno. No estuvimos en la Ceremonia de Apertura, porque era en la víspera de la carrera. Nos caímos en el kilómetro 3 y luego fue un desastre de carrera. Yo me quedé completamente abrasado, y por culpa de esto hice la crono en condiciones malísimas, porque estaba lleno de heridas. Pero este año me haría muchísima ilusión, porque posiblemente sería mi última oportunidad. Sobre todo, además, por la ilusión que tengo, creo que podría hacerlo muy bien.
Te has medido en cronos al mejor Rogers y al mejor Cancellara. ¿Ves a Tony Martin dominando en Londres?
(sin dudarlo) Qué va, qué va. Creo que Cancellara puede estar a su nivel. Rogers, a lo mejor, ya no va a llegar al nivel de Martin. Pero mira, una carrera de un día es muy especial, no tiene nada que ver con las demás. Por eso, creo también en mis posibilidades. Si preparas una crono, te mentalizas y la haces al 120% de tus posibilidades, la gente está mucho más igualada. Martin o Cancellara están un poco por encima de los demás, pero piensa que es un esfuerzo de una hora, no más. Depende mucho de la preparación, y yo particularmente no preparo tanto las cronos como cuando fui campeón del mundo sub 23, en los campeonatos de España o cuando fui subcampeón mundial en Madrid. Me gustaría centrarme en eso, pero aunque tengo responsabilidad alta este año, está limitada a trabajar para Alejandro, por lo que algunos compañeros tendrán más libertad. Pero, eso sí, es un honor trabajar para un corredor así.
Al equipo ha llegado un ciclista que se asemeja a ti en tu juventud, Jonathan Castroviejo
Le conozco muy poco, sé que tiene un potencial muy bueno, por los detalles que ha tenido. Por ejemplo, le vi subir por delante de todos en la Vuelta a Madrid. Esos detalles son los buenos. Hace bien la contrarreloj, pero lo importante es que el contrarrelojista sea capaz de subir bien. No será un gran escalador, pero si es capaz a su edad de subir por delante, será capaz de prometer cosas muy buenas.
“2011 fue el peor año de mi vida”, dijiste hace unos meses
(serio) No me gusta hablar del pasado, sobre todo cuando son momentos malos, porque recordar esas vivencias influyen negativamente. Fue el peor año de mi carrera, y por suerte encontré el motivo. La celiaquía es cada vez más habitual en deportistas. Lo he cogido a tiempo, pero a lo mejor no tan rápido como me hubiera gustado hacerlo, porque he perdido un año.
A un chico del norte se le da mejor julio que el mal tiempo…
Con esas cosas se nace. Me siento mejor, no sé si por una cuestión ambiental o emocional. A la mayoría de los corredores no les gusta correr con frío, ni correr demasiado abrigados. La clave está en adaptarse bien al calor. De siempre me he adaptado bien, no porque ahora haga más sauna. Es una cuestión a la que no hay que darle más importancia.
Carreras que desaparecen, otras que están al borde de hacerlo. ¿Cómo se vive en el pelotón?
A veces, los ciclistas nos olvidamos del papel que jugamos en ese tipo de carreras, lo vemos todo como normal. No vemos la dificultad que entraña que las carreras salgan adelante. No hablaré de la UCI, porque entonces nos tiraríamos tres años… pero tal vez el precio de las carreras sea algo desorbitado, no en sí los premios que perciben los corredores. Pero, en estos momentos de apretarse el cinturón, sería el primero en colaborar de esa manera… pero no a costa de que se enriquezcan la persona o el organismo que al fin y al cabo organiza todo el ciclismo mundial. Por experiencia propia, ves que hacer una carrera de cadetes tiene un precio excesivo: desde costes federativos, gastos de ambulancia, de arbitraje… en estos momentos hay que enfocar las carreras de otra manera. Si País Vasco no pudiera hacer los seis días, habría que dejarlo en cuatro, con todo el mundo arrimando el hombro. El manzano se está moviendo, y están cayendo hasta manzanas buenas. No sé en qué va a quedar el ciclismo español, porque equipos ya no hay. Sin carreras y sin equipos puede ser el principio del fin.
A nivel local, en Cantabria tampoco pinta bien
En mi tierra está muy mal. No hay demasiada industria, se mueve mucho el turismo, que al final dura poco tiempo. No hay demasiada riqueza y lo poco que se ha tenido no se ha gestionado bien. La afición ha bajado, como en el resto de España. Aquí se está perdiendo la cantera. Salíamos unos 200 corredores en línea de salida, y ahora lo hacen 60 o 70. Y ojo, que es una región tradicionalmente ciclista. No es culpa del dopaje, sino que los padres prefieren otro tipo de alternativas. Salvo que un familiar tenga mucha afición, es muy difícil que un hijo se haga ciclista. Sobre el tema de equipos, aquí hay buenos corredores y es una pena que desapareciera Cuevas El Soplao. Ha sido la mejor cantera del ciclismo español, junto a Banesto, durante la última década. Los grandes corredores han pasado por ahí, y el mejor ejemplo es Contador. Es una pena que una cantera así se vaya de la noche a la mañana. Hoy en día, la política y las subvenciones son lo que están moviendo el país.
Allí estaba Manolo Sáiz, una figura muy importante en tu carrera
Manolo fue el estímulo que hizo que yo fuera ciclista. Con 16 años gané el Nacional juvenil de contrarreloj. Uno de sus mejores amigos era el seleccionador, Juan Fernández, y a partir de ahí estuvo en contacto directo con Manolo. Fue una motivación para mi para intentar ser profesional o incluso correr en la ONCE. Hizo que fuera capaz de hacer sacrificios, y luego por su manera de ser, para un joven era muy bueno en esa etapa, porque era muy exigente. Además, podía aprender más rápido que la media de los jóvenes, porque tenía mucha más responsabilidad. Si soy ciclista es gracias a él, pero no por pasar a profesionales, sino por el estímulo que tuve con él desde joven.
Los equipos rivales hablan de vuestra superioridad para controlar las carreras. ¿Es Movistar el bloque más sólido en el que has corrido?
(suspira y piensa) Es que dentro de Movistar hay muchos Movistar. Hay un equipo de gente muy joven que no tiene experiencia, otro con gente que se está haciendo, otro con gente experimentada… En función del ‘equipo’ en el que se corra puedes ser parte de un bloque invencible, si el líder no nos falla, porque la carrera se va a amarrar y lo vamos a dejar en su punto. Luego ya, tiene que rematar casi siempre el mismo, que es lo que pasa con Valverde. Cuando trabajamos para defender al líder, es mucho más fácil, porque llevamos gran parte de los corredores muchos años juntos, y lo que hacemos lo sabemos hacer muy bien. Cuando un ciclista llega a profesionales, es muy importante saber su situación y su función dentro del equipo. Es muy fácil salir a correr, pero la mayoría de los corredores no son ganadores. Claro, entonces el resto algo tiene que hacer durante una etapa. Es muy importante saber trabajar, el oficio se va cogiendo con la edad, y nosotros sabemos trabajar. Hay que optimizar a cada corredor en su momento. Un escalador a lo mejor te hace un esfuerzo en el llano, porque luego tendrá dos días para recuperar, por ejemplo. Los gregarios llegan a veces molidos a meta, y hay veces en las que sólo se piensa en recuperar, porque el gasto es brutal. Además, existe la responsabilidad de tener que tirar durante unos kilómetros, que te merma. Te planteas el “y si no cumplo”? Es una papeleta muy importante, y la diferencia entre Movistar y otros equipos es que nosotros sabemos trabajar.
Nadal pasa un control por sorpresa y abre los informativos
Nadal, lo diré antes de nada, tiene un carisma especial y tengo por él una particular admiración. Es un icono para este país, así que es normal que lo que haga sea siempre noticia. Lo que me duele es la diferente vara de medir que se tiene cuando pasa un control Nadal o un ciclista. Es el mismo control, la misma rutina y el mismo protocolo. Sin embargo, parece que a él le afecta más, le hace más daño o él es mejor persona por la manera en que se somete a ese control. Joder, es que esto llevamos haciéndolo un montón de años y no ha pasado absolutamente nada. Sin embargo, ahora se entera la gente. Pero bueno, entiendo que a lo mejor los ciclistas vivimos como vivimos, aunque mira, hay deportes que están peor a reconocimiento deportivo, y no lo digo por el dopaje.
Tú en principio, te ibas a llamar Iván a secas…
(se ríe) La historia de mi nombre es un poco graciosa. Había un niño con mucho desparpajo que se llamaba Iván, cuyo padre le mandaba a cuidar las vacas, y eso le hizo mucha gracia a mi padre. Entonces me quiso llamar así, y una vez puesto el nombre, cuando fue mi madre a bautizarme, el cura no le dejó y le dijo que había que poner un nombre delante. Entonces me pusieron José Iván… y es algo que odio, porque no me identifico con ese nombre.
¿Qué ponemos en el titular de la entrevista: Iván o a José Iván?
(rotundo) Iván, Iván, porque lo de José Iván… madre mía. Me mosqueo un poco cuando me llaman así. ¿Sabes qué pasa? Si me llaman Iván es porque me conocen, pero si me llaman José Iván, pienso “este no tiene ni puñetera idea de mi”. Esa la forma que tengo para distinguir a unos y a otros. Si me llamas José Iván, igual que si me llamas Pedro, porque no hago ni caso.
Grande IVÁN. Un crack. Recuerdo que en una entrevista que le hicieron para una radio en Cantabria le dijeron algo así como “a ver si este año ya por fin cae la etapa en el Tour” y el respondió: “sí, llevo ya años buscándola, pero en etapas llanas suele llegar el pelotón, y en las de montaña hombre, yo subo bien, pero despacio; así que…”.
Lo dicho, un monstruo.
Entonces queda claro que Amat no conoce a Iván ¿no?
Eso parece. Big Amat.