Muchos le recordarán, siempre, por la tremenda petada durante la Vuelta 2009 en el Xorret de Catí. Pero Rein Taaramäe (Tartu, Estonia – 1987), se dio a conocer al mundillo ciclista meses antes durante un espectacular Tour de Romandía. Sigue siendo el mismo, generoso y con un golpe de pedal digno de los mejores, pero ahora ha madurado y sabe que tiene grandes objetivos a su alcance.

Rein, la temporada apenas ha comenzado, y tú ya tienes presión.

Sí, este año es la primera vez que el equipo me dice claramente que soy el líder. Eso me mete presión. Tampoco me ha sorprendido, porque estoy listo para aceptar ese rol. Pero es evidente que eso va a cambiar la táctica de cada carrera. Tendré cada vez más responsabilidad y también mas motivación, y más nervios. Espero que eso pueda ayudarme a llegar aún más lejos.

¿Te da eso un plus de ganas o de fuerzas?

Sí, me da las ganas. La fuerza no sé, pero voy a intentar estar a la altura del rol de líder y de ser un auténtico líder.

Este invierno, durante la preparación, ¿has sentido más hambre que antes?

¡Sí! He pasado un invierno increíble.

Lo dices con una gran sonrisa. Se te ve feliz con este nuevo papel.

Hace mucho que me digo a mí mismo que tengo potencial para esto. Y año tras año he ido creciendo. De repente, al acabar 2011 nadie dudaba de que debiera ser el líder para 2012. Porque si sigo con esta progresión, como hasta ahora, puedo entrar en el Top 10 del Tour, ganar el Maillot Blanco, ganar la París – Niza…

Rein Taaramae Farrapona

Taaramäe celebra su victoria en la Farrapona en la Vuelta 2011

Sin embargo, pese los excelentes resultados de 2011, sigues siendo casi un desconocido para el gran público. ¿Cómo lo explicas?

Creo que es porque el equipo no me enseña mucho, para protegerme. Es una manera de darme libertad, de permitirme tener una vida calmada, tranquila. Si vemos mi carrera desde 2008, cada año he subido un peldaño. Mientras que si miramos a Pierre Rolland, de repente una etapa del Tour, pum. De repente, el Maillot Blanco, pum. Pero antes no había hecho gran cosa. Yo he llegado despacio y por eso mis resultados no son una sorpresa. Además no suelo hablar mucho, soy algo tímido. Pero si hubiera hecho de pronto segundo del Maillot Blanco y victoria de etapa en la Vuelta, creo que se hablaría más de mí.

¿Pasa lo mismo dentro del pelotón?

No.En las salidas, los directores deportivos hablan de Cofidis, y de mí. Y en el pelotón me vigilan. No me dejan coger las escapadas o hacer cualquier otra cosa. Ellos sabrán.

¿Cuál es tu mayor objetivo este año?

El objetivo número uno es ganar el Maillot Blanco. Luego hay otros dos, que prefiero no revelar. Es una sorpresa. No quiero decirlo, porque no quiero que mis adversarios sepan qué carrera preparo al máximo. Pero hay dos donde quiero estar arriba.

Al fichar a gente como Rémy Di Grégorio o Rudy Molard, Éric Boyer (manager de Cofidis) parece haber querido crear una guardia de escaladores a tu alrededor. Es una bonita manera de demostrar que confía en ti, ¿no?

La verdad que no estoy acostumbrado a eso. El año pasado era la primera vez que el equipo me protegía en algunas carreras. Aún no me había habituado y todavía voy a necesitar un año para amoldarme. Tener un equipo a mi alrededor, no bajar más a por agua, no tener miedo de pedir cualquier cosa… No es fácil, no me sale natural.

¿Qué opinas de la llegada de Di Grégorio?

Ya hemos visto el año pasado la calidad de su trabajo en Astana, al lado de Vinokourov y de otros. Hablé con Éric, a ver si podía hablar con Rémy, y se hizo. Sería genial que hiciese el mismo trabajo conmigo. En la primera concentración le he visto muy fuerte en los puertos que hemos hecho.

¿Entonces tú le querías en el equipo? ¿Le seguías desde hace tiempo?

Cuando yo estaba aún en sub23, él ya estaba en profesionales y todo el mundo hablaba de él como un corredor con mucho potencial, sin duda un poco pronto. Tuvo problemas de confianza, pero el año pasado volvió a demostrar que sabe cómo motivarse, así que creo que esos problemas ya han desaparecido.

Has corrido el domingo el GP la Marseillaise. ¿Qué tienes ahora en el programa?

Ahora me toca l’Étoile de Bessèges, un pequeño parón para entrenar diez días, y luego Tour du Haut-Var, París – Niza y Volta a Catalunya. Quiero hacerlo bien en esas dos últimas.

¿Crees que es posible ganar París – Niza?

Con mi nivel, creo que todo es posible. Si las piernas responden, ya tengo experiencia… He corrido dos grandes el año pasado, hoy creo que soy más fuerte que nunca. Pero mejorar el cuarto del año pasado ya estaría bien.

¿Qué te parece el recorrido que acaba de anunciarse?

La crono en las rampas del Col d’Èze me favorece frente a Wiggins o Tony Martin. Me va mejor que una crono llana. Es una ventaja, sin duda. La subida a Mende, bueno, hace dos años fui noveno allí. Ahora, este año… Estoy muy contento con el recorrido.

¿Prefieres ganar París – Niza o quedar entre los cinco primeros del Tour?

(Insiste) Ganar París – Niza. Ganar es ganar.

¿Ese es el objetivo de este año? ¿Ganar una gran carrera por etapas de una semana?

Este año no estamos en el World Tour, así que es complicado porque en principio no vamos a disputar tantas carreras de una semana. Pero sí, voy a hacer todo lo que pueda para ello.

Esta entrevista a Rein Taaramäe es fruto de la colaboración entre Cobbles & Hills y Velochrono.