Acostumbramos a reconocer con facilidad a los tipos capaces de evitar lo común e imponer su propia ley como estilo de vida. De entre todos ellos hoy hablaremos de los viejos rockeros, caracterizados por sobrevivir prácticamente intactos a los ataques de las modas y las tendencias imperantes en los diferentes momentos del tiempo. Convertidos casi en un mito, parecen capaces de alargar su estela cada día ante el asombro y la admiración del resto, quienes valoramos su mérito más si cabe teniendo en cuenta que su ritmo únicamente se ve mermado por una variable: la edad. Veteranía al servicio del espectáculo, o experiencia, como muchas veces ellos prefieren llamarle.
De tipos como estos está plagado el ciclismo, esa disciplina tan bella de la vida. Para muestra el inicio de temporada 2012. Tras semanas de descanso y concentraciones es en el inicio de temporada cuando probablemente las fuerzas de todos los corredores están más igualadas, y por ello es también cuando aprovechan para entrar en escena los Petacchi, Freire, Chicchi o Leipheimer. De un lado se juntan sus condiciones y su experiencia, y de otro la ambición de los ciclistas más jóvenes, cuyos objetivos se localizan no pocos meses más tarde.
Levi Leipheimer (1973) se acaba de hacer con el Tour de San Luis con una autoridad incontestable reconvirtiendo sus condiciones de vueltómano -que lo llevaron a subirse hasta en 3 ocasiones al pódium de una GT- para carreras de una semana. Parece que aquello eran otros tiempos, pero a juzgar por la plantilla que presenta OPQ ya apuntamos que tendrá que dar la cara en las Grandes, y por lo desarrollado en Argentina ya habrá quien haya tomado buena nota. Para completar a los anteriores y con sólo 32 años, Francesco Chicchi (1980) pescó dos etapas en la misma prueba partiendo desde la segunda fila de favoritos a las volatas y demostrando que sabe elegir como nadie sus oportunidades al comienzo de la temporada. Mención aparte merece Óscar Freire (1976), de quien muchos dudaban tras su último año en Rabobank, y que con la victoria en la 4ª etapa del Down Under ha esfumado temprano las ideas de aquellos que pensaban que su fichaje por Katusha sólo supondría un dulce camino de petrodólares conducente de forma inevitable hacia la retirada. Óscar está y apunta hacia ese cuarto arcoíris que lo deje en solitario al frente de la historia del ciclismo en los mundiales. Por último Petacchi (1974) es el único de los anteriores que sin ganar ha dejado otro buen regusto con dos top-3 en Australia. Ni que decir tiene que este Petacchi no es el vagón de cola de aquel maravilloso treno del Fassa Bortolo, ni volverá a serlo, pero a juzgar por la primera prueba del año tampoco tiene prisa por marcharse. Con un Lampre reforzado para la causa, en cualquier momento puede dar un susto a los teóricos favoritos y pescar en un sprint, el río revuelto por excelencia sobre dos ruedas.
En ciclismo, a diferencia de otros deportes, la treintena es sinónimo de asiento y madurez. Samuel Sánchez, a punto de cumplir 34 años señalaba para Cobbles&Hills que la cabeza y la ilusión son factores fundamentales, por encima de la edad, para ofrecer un buen rendimiento en este deporte. Los casos mencionados y los ya conocidos en temporadas recientes de Garzelli, Klöden, Horner, Vinokourov, Rebellin o Lastras no hacen sino confirmar lo apuntado por Samuel. Con sus rostros castigados respecto de otras épocas en las que también brillaron, y desde las cuales no han dejado de hacerlo, siguen apelando a la épica en un deporte ya de por sí épico en el que hacen falta tipos como ellos. Los aficionados, por los que también pasa el tiempo, les debemos respeto eterno y no podemos evitar una sonrisa de complacencia al recordar otro tiempo pasado con los mismos protagonistas y que no necesariamente nos parece mejor. Que tomen buena nota los jóvenes.
Y voigt, con 40 tacos que sigue ahi dando guerra.Me pregunto porque nunca ha disputado la Paris Roubaix, tenia y tiene todavia unas caracteristicas excepcionales para disputarla y estar adelante con cancellara.lo mismo digo de Tony Martin.Y rebellin, no se ha retirado todavia?
París – Roubaix es una cosa muy seria. No es todo tener potencia. Hay que ser muy fuerte mentalmente. Adquirir la técnica necesaria para ir por el pavés tan cómodo como por la carretera. Hay que ser muy bueno tácticamente. Rodar, rodar y rodar sin sentir el culo en el sillín. Y además de todo eso, tener un puntito de suerte. No creo que alguien pueda “aprender” en las Clásicas del Norte. Eso se trae ya aprendido. Si nunca estuviste arriba en Junior o Espoirs veo casi imposible que puedas estarlo después, aunque hay gente que por pelotas y calidad pudiera coseguirlo. Creo recordar que fue Evans el que dijo que le gustaría intentar el asalto al Tour de Flandes…
Rebellin hizo un último tercio de la temporada con Miche para enmarcar, en el año que cumplía 40 agostos.
Muy cierto todo lo apuntado sobre Voigt (de la misma quinta que el anterior). Resulta extraño que un ciclista con sus características no sólo no haya destacado en esa prueba sino que directamente no haya probado suerte. Apunta bien Esteban que Roubaix exige algo más, aunque no menos cierto es que el Voigt que todos tenemos en mente habría sido capaz de darlo. Un dato cuanto menos curioso.