En un deporte tan duro como el ciclismo se asume que lo normal en un corredor es que empiece a destacar alrededor de los 24-25 años, con algunas honrosas excepciones. No se descubre la pólvora si se dice que la irrupción de Sagan el año pasado en Paris-Niza con 20 años recién cumplidos causó estupor en el mundillo ciclista. ¿De dónde había salido este chico? Si con su edad para cualquier otro estar compitiendo con los profesionales ya es un logro, para el eslovaco no suponía mayor problema humillar a corredores diez años mayor que él. Es una historia sabida por todos pero su progresión desde entonces, lejos de aminorar, sigue a un ritmo escandaloso. Si en su primer año sumó cinco victorias, en este que termina han sido quince, y no sólo en esos finales de llegador en los que es prácticamente imbatibles, sino también etapas de alta montaña, sprints masivos o su primera general de una prueba World Tour.
Pero casi más que sus números asusta su mentalidad: “El Bicho”, como se le conoce en algunos círculos, tiene una confianza en sí mismo a prueba de bombas, lo que unido a su insaciable apetito por la victoria le hacen presentar una megalomanía en carrera parecida a la de campeonísimos de la talla de Merckx o Hinault. Como si no explicar sus declaraciones al principio de esta temporada, en las que decía que en Roubaix y Flandes quería seguir la rueda de Cancellara y Boonen (5 Roubaix y 3 Flandes entre los dos). Al final algunos problemas le impidieron cumplir su promesa, a pesar de lo cual estuvo cerca de la victoria en Gante, además de aguantar casi hasta el final con los mejores en San Remo. Su condición de killer es comparable a la de grandes como Valverde, haciéndole coleccionar etapas y maillots de la regularidad casi sin querer allá por donde va. Sus descensos en Suiza y la Vuelta se encuentran también entre los mejores del año, producto de su excelente manejo de la bicicleta después de su paso por la MTB.
Todo esto y más es Sagan, así que, ¿qué podemos exigirle? ¿Victorias en grandes vueltas? ¿Que amase su palmarés en las clásicas? ¿Un corredor total al estilo Kelly o Jalabert? Sin duda el irlandés es un buen espejo en el que mirarse, ciclista completo en todos los terrenos y que logró más de 200 victorias en sus 18 años como profesional, entre ellas 9 monumentos, una Vuelta a España y siete Paris-Niza. Haga lo que haga en el futuro ya ha hecho historia, colocándose entre los ciclistas más precoces de la historia como Saronni, Maertens, Vanderaerden o Lemond. Pero sus metas pueden permitirse el lujo de volar incluso más allá y colocarse entre los más grandes entre los grandes, y para ello deberá evitar el destino descarriado de otras grandes promesas como Ullrich o Vandenbroucke. Con los pies en la tierra, debe seguir mejorando su fondo, que se antoja insuficiente por ahora para las grandes clásicas, mejorar su postura contra el cronómetro, ya que se le antoja mucho potencial para esta faceta y seguir mejorando cuesta arriba, donde ya ha hecho grandes progresos este año.
¿Para el año que viene? Que debute en el Tour, que pelee por la victoria en alguna gran clásica y en el Mundial y que siga arrasando en vueltas de una semana, pero sobre todo que disfrute, que para eso tiene 21 años. Al contrario que a otros corredores de su edad, las enormes expectativas puestas sobre él no parecen afectarle en absoluto a la hora de ofrecer resultados. Todo en conjunto, simplemente podemos alegrarnos de estar viendo en directo historia viva del ciclismo en la persona de este joven eslovaco.
aun rekuerdo con cariño akel Tour Down Under kuando supe por primera vez de él, antes de ke sorprendiera al mundo en Paris-Nice :)))