Cuando se habla de Francesco Ginanni, se habla de una de las figuras potenciales del ciclismo trasalpino en los últimos años. Se habla, o más bien, se hablaba. Al igual que impropia fue su irrupción con el Serramenti PVC Diquigiovanni allá por 2008 tras su paso por Finauto en su etapa amateur, impropio ha sido su paulatino declive. Su talento y potencial se han visto eclipsados por diversos factores. Cerrar la temporada de vacío unido a un retroceso continuo de su rendimiento le ha llevado a cerrar su ciclo con el equipo de Gianni Savio.

Su paso a profesionales venía avalado por un excelso ciclo amateur que dejó veintidós victorias en el difícil calendario italiano a lo largo de cuatro temporadas. Su paso a profesional resultó ser un boom para el ciclismo transalpino. Tras los primeros coletazos en Turquía y en Larciano con la disputa del GP Industria&Artigianato, la llegada del mes de agosto significó un antes y un después en su carrera deportiva. En el GP Industria Artigianato e Commercio Carnaghese logró su primer triunfo como profesional al superar a Matteo Montaguti y Cristian Pfannberger. Al triunfo en Carnago sumó dos de las clásicas más importantes italianas. En Varese se adjudicó los Tre Valle Varesine, cerrando el mes con la victoria en el extinguido Giro del Veneto en Padova. Tras los triunfos, la continuidad en su rendimiento que le llevó a sendos puestos de honor en la Coppa Placci y GP Prato a punto estuvo de llevarle a vestir los colores de la Nazionale en el Mundial de casa en Varese que acabaría con el doblete de Alessandro Ballan y Damiano Cunego. La temporada acabó para él con el reconocimiento a sus resultados con la designación del Memorial Gastone Nencini dentro de los premios Giglio d´Oro al mejor neoprofesional italiano.

Tras su irrupción, en 2009 confirmó lo visto la temporada anterior. Sumó tres nuevas victorias en el Trofeo Laigueglia, GP Insubria y de nuevo en Carnago, además de firmar otros puestos destacados en el Memorial Marco Pantani, Giro della Romagna o GP Costa degli Etruschi.

Las victorias, santo y seña de sus dos primeros años como pro

Todo hacía indicar que tanto su evolución como los resultados iban claramente en una firme progresión, pero a partir de 2010 la balanza acabó por caer hacia el otro lado. A pesar de firmar notables actuaciones en la Strade Bianche –sexto- y Milán-San Remo –séptimo-, sumó un único triunfo en los primeros compases de la temporada con la revalidación del triunfo en el Trofeo Laigueglia en un año donde tenía los galones necesarios dentro del equipo para destacar más que en los años anteriores.

Pero si podemos calificar como decepcionante 2010, 2011 es totalmente par el olvido. Durante todo el año sólo se ha podido ver una sombra de lo que verdaderamente es Francesco Ginanni. Cerró la temporada con un tercer puesto en la Flèche d’Emeraude como mejor resultado, sumando un quinto puesto en el Trofeo Matteoti y un séptimo en la Coppa Bernocchi como puestos más destacados.

Después del pobre bagaje ofrecido y tras dos temporadas lejos del nivel que se presuponía que podría llegar a alcanzar, la paciencia parece haberse acabado en la Androni Giocattoli y tras finalizar Lombardía con el cierre del calendario italiano, Ginanni confirmó su marcha después de cuatro temporadas para recalar en el seno Masciarelli de la Acqua&Sapone.

Los malos resultados unido a las malas sensaciones transmitidas durante estos dos últimos años han llevado a un cambio de equipo, un cambio vital para intentar recuperar a un ciclista que todavía posee en sus piernas el potencial intacto conjugado con una excelente edad -25 años- en la que ha sido capaz de adquirir la experiencia suficiente para intentar dar ese paso al frente que todos esperamos para dar por concluida su involución profesional.