Qué deporte más aburrido. El ciclismo es perfecto para echarse la siesta. ¿Qué interés tiene ver a un grupo de 200 ciclistas juntos sin que nadie se mueva? Ahora no hay ningún ciclista conocido. Van todos hasta arriba. ¿Pero sigue corriendo Chente?
Bienvenidos a una pequeña píldora de los tópicos ciclistas, generalmente tintados con un matiz despectivo. Gente que, sin mediar un motivo aparente, considera ‘trendy’ burlarse del ciclismo. La sociedad ha dictado que es algo normal, por lo que el riesgo de exclusión de un grupo es mínimo.
Muchos líderes de opinión tienen, dentro de su repertorio, una ‘sección’ destinada a atizar al ciclismo. Sus seguidores le reirán la gracia, y se producirá un fácil ‘feedback’. Todos contentos. Igualmente, no hay problema de debilitar la posición de cada uno. Un círculo vicioso un tanto absurdo, pero real.
Decir que a uno le gusta, apasiona o enamora el ciclismo -cada uno en su grado- provoca sorpresa, incluso molesta. En un grupo ‘estándar’ será difícil encontrar a otra persona que tenga el ciclismo dentro de sus prioridades vitales. Por ello, te acorralan si defiendes al ciclismo. Utilizarán el ‘efecto masa’ como su principal argumento. “Como cinco personas pensamos lo contrario que tú, directamente no tienes razón”, pensarán.
Dicho ‘efecto masa’ es difícil de combatir, también en el ámbito del deporte. Resulta increíble que los dos eventos que paralizan a un país cada fin de semana -partidos de Real Madrid y Barcelona- sean precisamente los que tienen una emoción más reducida. Ligas de 100 puntos y goleadas continuas. Los datos así lo reflejan. O la Fórmula 1, que se ha convertido en una tortura de hora y media, pero “hay que verla”. Lo dicta la sociedad. La Fórmula 1 mola.
El ciclismo tiene que navegar contracorriente. El problema del dopaje ha sido una lacra. Quien lo niegue perderá todo crédito. Pero el problema radica en el enfoque que se ha hecho desde los medios de comunicación. Durante los últimos años de la tiranía de Armstrong y hasta que Contador se consolidó como una estrella, era absolutamente imposible leer una noticia sobre deporte. Sanciones, sustancias dopantes, contraanálisis, AMA, TAS… un conglomerado de conceptos con el que se ha ido criando una generación de jóvenes, que por cuestión de edad no guardan en su retina las experiencias de una era en la que el ciclismo reinaba en este país, Madrid y Barça al margen.
El Giro 1994 comenzó en la Isla de Elba. El diario Marca, por poner un ejemplo, dedicó sus diez primeras páginas, dos días antes de comenzar la carrera, a contar la última hora de los ciclistas. Cada equipo español, como si de fútbol se tratara, tenía una página completa. La gente joven se habituaba a entender el ciclismo como parte de su vida. Ahora no, al menos en los medios tradicionales. Tiene sus pros y sus contras.
La irrupción de Internet ha sido fundamental para expandir un deporte que llegó a ser poco menos que clandestino durante unos años. Una generación de jóvenes periodistas está combinando su fascinación por el deporte con el efectivo uso de las nuevas tecnologías. La clave del éxito para educar a la sociedad está en la forma en que comunican: hablan de ciclismo. Caídas, lesiones, victorias, métodos de entrenamiento, fichajes… y si hay un positivo por dopaje, se trata igual. Pero no se busca por defecto la ‘sangre’.
Estamos en un momento intermedio del proceso de divulgación correcta del ciclismo. Y eso se nota. Quedas con amigos ajenos al ciclismo y te hablan con total tranquilidad de las tácticas de Saxo Bank o de qué tipo de recorridos pueden beneficiar a Cadel Evans. Aunque de momento sea únicamente durante el Tour o la Vuelta, pero el salto cualitativo es notable. Ahora falta expandirlo a lo largo del año. Paso a paso.
Porque el ciclismo es, en potencia, uno de los grandes deportes en este país. En sus grandes días (véase etapa decisiva de montaña en el Tour) es capaz de atraer cerca de cinco millones de espectadores. Es decir, lo que ocurría en la época de Induráin. Y ahora existen cientos de canales de televisión, y miles de páginas de Internet en las que invertir el tiempo en lugar de ocuparlo con el ciclismo. Una luz en el horizonte.
El ciclismo, a pesar de lo que sucede en los despachos de las más altas instancias, es un deporte con un clamoroso talante constructivo. La irrupción de Twitter ha generado un 2011 pletórico, a nivel de cobertura. El ya popular ‘tuiterío ciclista’ es un ejemplo de democracia que para sí quisieran tener otros sectores de la sociedad, deporte incluido.
La combinación entre ciclistas, directores, periodistas, aficionados y ‘globeros’ culmina en un cocktail que roza la perfección. Durante una ‘grande’, especialmente, la gente se llega a sentir tan absorbida por el ‘tuiterío’, que si cierra los ojos reproducirá con precisión absolutamente cada detalle de lo que ocurre en carrera.
Así, y aunque sea peleando contra las rutinas que dicta la sociedad, cada uno deberá aportar su granito de arena para defender el deporte que aporta con mayor exactitud detalles épicos más dignos de otro siglo. Todo esfuerzo será poco para cuidar esta bella metáfora de la vida denominada ciclismo. Aunque desde ahora ya no corra Chente.
En Colombia se estigmatiza el ciclismo, cuando en la decada de los 80 era el deporte mas popular del pais, afortunadamente con una nueva generacion de ciclistas talentosos vuelve a presentar interés en la opinión publica, las cadenas de television lationamericanas, empresa privada, ministerio del deporte y redes sociales parecen impulsar en los ultimos años este apasionante deporte.
Y el problema está en que al no gustarle a la sociedad, los patrocinadores invierten menos, y esto es muy negativo para los ciclistas jóvenes
Solo pedir que no nos quiten a Alberto, por favor, que nadie nos lo toque… ese es mi sueño, aunque en mi fuero interno pienso que no van a dejar zarpar hacia la próxima temporada a nuestra gloriosa Armada íntegra, sería poco menos que invencible y esto sería muy negativo para los intereses de los que pretenden gobernar el ciclismo y favorecer “ciertos intereses”.. con lógicas de obediencia. “No nos lo pueden perdonar” como decía Alfonso G… en este caso que les ganemos.. pero en el fondo es por algo similar “esos descamisaos españoles”