Señores, esto se ha acabado, la temporada 2011 ha llegado a su fin. Parece que ha pasado una eternidad desde que por el mes de enero el Tour Down Under diese el banderazo de salida brindando el primer (no) duelo Cav’s-Greipel que acabó con victoria de un sorprendente Cameron Meyer. Desde las antípodas el pelotón se dirigió a Europa con las respectivas carreras de apertura en Francia, Italia y España, pero también a los países árabes, que se han visto superados por China y Norteamérica en su carrera por ocupar una plaza destacada en el calendario.
Se acababa febrero con la segunda posición de Flecha en la Omloop Het Nieusblad; la temporada 2011 y las piedras habían llegado. Tony Martin demostraría su evolución en un París-Niza marcada por el marcaje, la crono y AetT y el pirado De Gendt, mientras que en Italia sería Philippe Gilbert el que lanzase un aviso de sus intenciones en la Strade Bianche antes de que Cadel Evans se hiciese con Tirreno-Adriático. Era el momento de atravesar el Passo del Tonale y dar la bienvenida a la primavera con la Milán-San Remo, donde se vivió la que probablemente sea la mejor Classicissima de los últimos tiempos con victoria final de Matt Goss.
Las clásicas de primavera estaban a la vuelta de la esquina y mientras los cobbleros se repartían para ver la exhibición de Cancellara en la E3 y el último gran sprint hasta el momento de Boonen en Gante-Wevelgem, los hillers afinaban su estado de forma de cara a las Ardenas en la Volta a Catalunya, la Volta del centenario, donde Contador dejaba claro que a pesar de la incertidumbre sobre su futuro, su ambición no decaía.
Llegó abril, y con él, la semana grande del ciclismo. De Ronde van Vlaanderen vivió su último paso por el Muur, que será el gran recuerdo que quedará de la cita, por encima de la victoria de Nick Nuyens. Hasta la siguiente gran cita de piedras quedaban seis días en que los candidatos a las Ardenas se citaron en Euskadi, donde el poder anglosajón seguía arrasando en las carreras de una semana de la mano de un alemán que hace mucho dejó de serlo como Klöden. Era el momento de la Paris-Roubaix, si en Flandes hubo grandeza, ésta desapareció camino del velódromo con el supermarcaje a Cancellara para victoria final de Johan Van Summeren.
Antes de las Ardenas llegaría el último gran momento de Xavi Tondo en Castilla y León, y ya en las colinas belgas y neerlandesas un nombre se elevaría por encima de todos, Philippe Gilbert igualaba la hazaña de Davide Rebellin en 2003 haciendo el triplete Amstel Gold Race, Flecha Valona y Liège-Bastogne-Liège, las dos primeras al uphill sprint y la tercera batiendo a los Schleck muy sobradamente. Se podría decir mucho de esta semana, pero lo cierto es que sobran las palabras.
Era el momento el Giro d’Italia. El del mejor Contador, el del Crostis, el de Garzelli llevándose la Cima Coppi, el del orgasmo naranja en los Dolomitas, el último de Zomegnan, el del resurgir de José Rujano de la mano de Savio… épica, polémica y ciclismo, lo que viene a ser el Giro. Pero fue también por desgracia el momento en que nos dejaron Wouter Weylandt al sufrir un trágico accidente en el transcurso de la tercera etapa que le quitó la vida sin que los médicos de la Corsa Rosa pudieran hacer nada por él, y pocos días más tarde, sin habernos recuperado del golpe era Xavi Tondo, uno de los nuestros, quien preparando su estreno en el Tour fallecía a causa de una fatalidad.
La resaca del Giro fue larga, como siempre, hasta que el Critérium de Dauphiné y el Tour de Suiza entraron a escena. En la carrera francesa, como había pasado en marzo se vivió una carrera muy táctica en que gracias a la crono Bradley Wiggins se alzó con la victoria y sólo Christophe Kern supuso un soplo de aire fresco, mientras que en Suiza se vivieron algunos de los mejores momentos del año como la etapa con final en Grindewald que ganó un Peter Sagan que no había hecho su gran irrupción en la temporada o la victoria in extremis de Leipheimer por cuatro segundos sobre Cunego.
Julio y el amarillo estaban a la vuelta de la esquina pero antes tocaban los nacionales. Rojas cumplió los pronósticos en Castellón, Chavanel se hacía por fin con la tricoleur, Gilbert se proclamaba campeón belga y Visconti revalidaba su campeonato italiano, un fin de semana que sin la potencia mediática de otros siempre depara buenos momentos de ciclismo.
Con sus nuevas vestiduras todos ellos llegaban a le Tour de France, y allí la polémica estaba servida con la presencia de Contador. Pese a no llegar en su mejor momento el de Pinto estuvo en la pomada hasta los Alpes, donde la rabia de Andy Schleck y la solidez de Evans pudieron con él. Quedarán para el recuerdo los nombres de Gilbert por su entrega, Cav’s por su vert, Greipel por su primera victoria, Voeckler por ser el gran AetT, el binomio noruego Hushovd-EBH por sus cuatro victoiras, Andy Schleck por su gran ataque en el Izoard camino del Galibier y Cadel Evans por su incontestable victoria final.
Acababa la ronda gala, en el Tour de Valonia, Van Avermaet fraguaba los cimientos de su gran otoño y Philippe Gilbert continuaba con su tiranía en la Clásica de San Sebastián antes de que el pelotón viajase a Polonia y Burgos; en tierras centroeuropeas Sagan y Kittel fueron los grandes protagonistas mientras que en Burgos Joaquim Rodríguez presentaba su candidatura a una Vuelta que este año se ha solapado con la Clásica de Hamburgo donde de no ser por Boasson Hagen hubiera resultado vencedor ¡¡Ciolek!!, el GP de Plouay con victoria de Grega Bole y las pruebas canadienses ganadas por Gilbert y Rui Costa.
Una semana antes de lo que era normal empezaba la Vuelta a España en Benidorm donde se reunió una gran nómina de grandes favoritos, que por eliminación selectiva de carrera como Igor Antón, Steven Kruijswijk, Janez Brajkovic, Michele Scarponi o Joaquim Rodríguez, o por falta de gas como Vincenzo Nibali, Bradley Wiggins o Jurgen Van Den Broeck hicieron de la carrera un duelo a muerte entre dos ciclistas que no estaban a priori invitados a aquella fiesta como eran Juanjo Cobo y Christopher Froome, aunque la mala planificación de carrera hizo que la emoción quedase cortada de golpe días antes del final y sólo la bilbainada de Igor Antón dio lustre a unos últimos días de carrera.
La siguiente gran cita, dos semanas después del final de la Vuelta acababa el reinado de Thor Hushovd y era el turno del Mundial de Copenhague. Allí en Dinamarca se producía el último gran homenaje magenta ofrendado por Tony Martin que tomaba el relevo de un dignísimo Fabian Cancellara y por Mark Cavendish que aprovechaba un recorrido más que discutible para un Mundial y se hacía con el maillot arcoíris gracias al trabajo de su nuevo equipo el Team Sky compitiendo en Copenhague bajo los colores de la selección británica.
El Tour de Beijing era la siguiente parada, donde un buen puñado de corredores se citaba para conseguir los ansiados puntos necesarios para sus equipos y que ha quitado mucho protagonismo a las semiclásicas italianas de otoño, a la renovada Paris-Tours ganada de forma magistral por Greg Van Avermaet frente a Marco Marcato y al Giro de Lombardia, donde Oliver Zaugg estrenaba su palmarés de la mejor forma posible privando a Gilbert de redondear una temporada extraordinaria.
Ha sido un año de grandes sorpresas en los Monumentos, de grandes vueltas ganadas con justicia por tres corredores de cachés muy diferentes, de grandísimas jornadas de ciclismo; una temporada en que se ha vuelto a evidenciar que el ciclismo anglosajón puede ser el gran dominador de los próximos años y que ha visto como el Ranking UCI ha propiciado situaciones absurdas en el mercado de fichajes pero que por suerte no ha condicionado (demasiado) las carreras.
Faltan tres meses para que los ciclistas vuelvan a dar pedales, pero de este 2011 hay mucho que debatir, muchos momentos que recordar, muchos equipos que analizar, muchos palos que dar, muchos corredores que ensalzar y por supuesto muchas sorpresas preparadas antes de poner la mirada en 2012.
Gran resumen Xavi!