Los Mundiales han tocado a su fin, la semana ciclista más mágica del año, la de las rayas azul, roja, negra, amarilla y verde sobre fondo blanco. Durante algunos días Copenhague ha sido el centro mundial del ciclismo.

Cuando empezamos nuestro seguimiento a la gran cita anual ciclista lo hacíamos poniendo tres nombres sobre la mesa: Philippe Gilbert, Peter Sagan y Óscar Freire. El valón no tuvo opción de poner el broche de oro a su soberbia temporada, al eslovaco de 21 años se le atragantó el kilometraje y al cántabro se le escapó su última gran oportunidad de pasar a la historia. Pero la historia de los Mundiales es muy traicionera y como comprobaron Bartali, Anquetil, De Vlaeminck, Kelly, Indurain y Zabel, los reyes sin corona, que el Mundial escribe su propia historia, y por eso puede que el papel que a Freire le tenía preparado el arcoíris era estar junto a Binda, Van Steenberg y Merckx, como si fuera poco.

En la crono, donde se esperaba el gran duelo entre Fabian Cancellara y Tony Martin el suizo se mostró vulnerable en el que hasta este año había sido su terreno y Martin logró el oro que tanto tiempo llevaba buscando. Aunque no tanto tiempo como la selección británica que tras tres años con la vista puesta en el último domingo de septiembre de 2011, en una carrera en que los velocistas se jugaron el oro tras el gran trabajo de su selección Mark Cavendish se alzó con la victoria por delante de Goss y nuestro querido Greipel. Con el doblete el año que conseguían su primer oro en ruta el Mundial que ha querido homenajear así a la estructura Telekom-HighRoad que tanto ha hecho por este deporte durante los últimos veinte años.

Pero no se acaba el Mundial con las pruebas Élite masculinas. Desde Cobbles&Hills hemos seguido las pruebas femeninas. Judith Arndt se hacía por fin con su ansiado arcoíris contrarreloj y cómo con la segunda victoria seguida de Bronzini, por quinta vez consecutiva Marianne Vos se hacía con la segunda posición, lágrimas de frustración en un podio donde la medalla de plata parecía una burla a la mejor ciclista del momento y que puede convertirse en la más grande de la historia.

No pudimos seguir las pruebas juniors donde quedó claro que la escuela anglosajona, y en especial la australiana, viene pisando muy fuerte, pero en la ruta sub23, como en Astérix y Obélix, unos irreductibles galos resisten todavía al invasor. Tras el dominio aplastante de los australianos en la crono sub23, la victoria de Arnaud Demare secundado por Adrien Petit daba la justa recompensa al grandísimo trabajo de base que viene desempeñando el ciclismo francés desde hace un tiempo y mostraba al ciclismo europeo que con trabajo y dedicación no hay nada perdido y que, por supuesto, el ciclismo en la Vieja Europa sigue y debe seguir teniendo futuro.

Hemos disfrutado mucho durante estos días acercando como buenamente hemos podido todo aquello que en Dinamarca ocurría y esperemos que también hayáis disfrutado vosotros. El año que viene en Limburgo más -y lo que sigue no es ningún tópico- y mejor.

Como punto y final y como recuerdo de estos días os dejamos un PDF con lo que ha sido el Mundial para C&H.