Hace ya bastantes años que tanto el Tour como el Giro o la Vuelta presentan sus recorridos con muchos meses de antelación. No dejan de ser actos publicitarios donde se pretende promocionar esas carreras y mantener la atención de periodistas y aficionados incluso en otoño o invierno, fuera ya del periodo competitivo. Pero también muestran las características del trazado, de manera que les sirven a los directores para planificar la temporada de sus respectivos equipos.

Cada recorrido se adapta mejor o peor a las cualidades de cada corredor. Por lo tanto conocer de antemano los de las tres grandes permite seleccionar las carreras más propicias para obtener mejores resultados, elegir los corredores más apropiados para cada carrera, establecer las estrategias más adecuadas para estas e incluso determinar en qué carreras participarán las figuras del equipo y, dentro de ellas, en cuáles se emplearán a fondo y en cuáles otras se limitarán a rodar e ir adquiriendo la mejor forma.

Mapa de la edición de 2011

El problema es que pasa tanto tiempo desde la presentación de la carrera hasta su inicio y las circunstancias suelen ser tan cambiantes que casi con seguridad el trazado tendrá que sufrir variaciones. No hay mayor inconveniente si estas se limitan a pequeños ajustes poco significativos, la mayor parte de ellos motivados por los intereses de los municipios por donde pasa la carrera o por las exigencias de la DGT (o sus equivalentes italiano y francés). Por desgracia también se dan con frecuencia modificaciones sustanciales que alteran las características de las etapas en mayor o menor medida.

No somos partidarios, salvo necesidad, de modificar los diseños una vez que se han hecho públicos y sobre todo una vez que los equipos vayan anunciando con quiénes participarán. Los cambios relevantes en el trazado necesariamente favorecen a unos corredores y perjudican a otros, y no es justo que el organizador tome partido. Sólo sería razonable un cambio así por causas de fuerza mayor. Sin embargo en los últimos años en la Vuelta han abundado estos cambios, incrementando o disminuyendo la longitud de las etapas (en especial la de las cronos), suprimiendo puertos o sustituyéndolos por otros de diferente categoría, y hasta añadiendo puertos que no estaban previstos, con la particularidad de que ninguno de ellos ha sido debidamente explicado. Simplemente el perfil de la etapa presentada era cambiado por el de la etapa definitiva sin previo aviso y sin que mediara la menor justificación por parte de los organizadores. Este año en la Vuelta hay un buen puñado de cambios no justificados. Por lo pronto se acorta la crono por equipos y se alarga la crono individual, pero eso sólo una muestra:

- En la etapa de Córdoba estaba programado hacer el mismo circuito que en 2009, subiendo a San Jerónimo por donde siempre, y tras publicar el trazado definitivo resulta que se subirá por donde estaba previsto bajar, el llamado “Alto del 14%”, un subida más larga que incluye un kilómetro entero con pendiente media de dos dígitos. Luego se afronta el habitual cresteo por la sierra aunque en sentido contrario al que se hizo todos estos años, y se acaba bajando por una carretera inédita, la que pasa junto al Castillo de la Albaida que deja cerca de la meta.

Nuevo puerto más lejano de la meta en Códoba

- En la etapa de San Lorenzo del Escorial se ha sustituido la corta y dura subida al Alto del Mediano, con sus 4 kilómetros al 9’2%, por el Alto de San Bartolomé de Pinares, más largo y bastante más tendido. Pero en el primer paso por San Lorenzo también se ha sustituido la vertiente de bajada, pues estaba previsto ir por La Penosilla, carretera que incluye un falso llano seguido de 14 empinadas revueltas, por la de El Tomillar, que baja al mismo sitio directamente, con la particularidad de que se recorta la subida previa en más de un kilómetro. Además lo programado era que el segundo paso por San Lorenzo fuese en leve subida por una avenida amplia y se acabara con ese kilómetro final por la empinadísima calle Cañada Nueva, donde terminaría la etapa. Lo que se va a ver es muy diferente pues tras la última bajada se llaneará hasta el pueblo de El Escorial y se empezará a subir desde allí, lo que implica una ascensión de más de 4 kilómetros incluyendo un largo tramo de adoquinado más el final previsto en Cañada Nueva, es decir, un final en alto más.

Recorrido diseñado en la presentación

– En la etapa de Cabeza de Manzaneda lo programado era subir a la estación por la carretera principal, la larguísima y muy tendida vertiente de Pobra de Trives y Cova. Pero al final no se llegará a Pobra de Trives y la vertiente por la que se asciende definitivamente será la de Manzaneda, por una carretera más sinuosa y de bastante más pendiente.

Altimetría de la ascensión a Manzaneda (c) altimetrías.net

– En la etapa de Peña Cabarga lo previsto era subir previamente los puertos de La Sía y Alisas, Pero lo que se hará es subir tan solo Lunada, más tendido y cuya cima está mucho más lejos de meta.

Recorrido previo diseñado, un mejor pefil para la etapa

Da la casualidad de que o se elimina dureza en los puertos de paso, o se endurece la subida final, o se aleja la última subida de la meta, o se incrementa el llano previo al último puerto En definitiva, todos los cambios suponen dificultar los ataques desde lejos o propiciar que los corredores se reserven para los kilómetros finales, lo cual coincide sospechosamente con los objetivos habituales de Unipúblic a la hora de diseñar sus trazados, es decir, que los ataques se limiten a los últimos minutos de cada etapa y que no provoquen grandes diferencias. ¿Se puede asegurar que fueron cambios obligados por causa de fuerza mayor? ¿O más bien ha tomado partido el organizador al cambiar el trazado de la Vuelta sin motivo?. Sería deseable que Unipúblic aclarase los cambios, pero si no se quejan ni los propios perjudicados, los corredores, ¿qué necesidad hay de aclarar nada?. Así nos va.

PlataformaRC

La Plataforma de Recorrido Ciclistas es una web creada por expertos en diseño de recorridos que analizan, estudian y proponen nuevas etapas en busca de un mayor espectáculo para el aficionado y nuevos retos para los ciclistas. Así también, editan la revista gratuita Desde la Cuneta, un nuevo proyecto que ya es un imprescindible para el buen aficionado al ciclismo.