Llegaba uno de los momentos importantes del Giro, el segundo fin de semana. Uno de los momentos en los que, en principio, debía empezar a decidirse la carrera. Ante los ciclistas, dos etapas de montaña con puertos, como el Monte Grappa y el Monte Zoncolan.
Pero antes de estas dos etapas había otra etapa de media montaña, en la que entre los favoritos no hubo movimiento, a excepción de un Karpets que recortó dos minutos, y donde la victoria se disputó entre los integrantes de una fuga de 17 corredores compuesta, entre otros por Gregory Hernderson, Iban Mayoz, Paul Voss, Sebastian Lang, la Joven Promesa de C&H Craig Lewis y, el a la postre vencedor, Manuel Belletti, entre muchos otros. La victoria parcial se decidió al sprint después que Lewis pusiese en jaque a los demás corredores en un último kilómetro en el que le sobraron 200m. En ese punto Belletti jugó sus cartas lanzando la llegada desde lejos sorprendiendo así al británico Henderson haciéndose con su primera victoria en el Giro.
Llegaba el sábado, y con él, la subida al Monte Grappa, escenario de batallas históricas, al cual llegaron, con una corta ventaja un grupo de seis ciclistas liderado por Filippo Pozzato con 4’30” de ventaja sobre un pelotón en el que Liquigas y Lampre se alternaban en cabeza durante los kilómetros de aproximación. A pie de puerto todo cambió.
Se había cuestionado en muchos momentos de carrera la actitud pasiva de la escuadra verde, por lo que llegado el sábado el equipo cogió el toro por los cuernos y, uno tras otro, Vanotti, Sabatini, Agnoli fueron quemando sus fuerzas (sólo Kiservolski falló) antes de dar el relevo a un excepcional Silvester Szmyd que por fin apareció en el Giro, y que puso un ritmo que hizo que el grupo de favoritos fuese perdiendo unidades rápidamente. Tan sólo Wiggins lanzó un ataque que sucumbió unos cuantos kilómetro después, antes de que, tras descolgarse Szmyd, Nibali lanzase un ataque al que únicamente Basso, Scarponi y Evans pudieron responder, dejando atrás a los Sastre, Tondo, Vinokourov, y Arroyo, condenando a un Richie Porte que ya había cedido minutos atrás. Los cuatro de cabeza ascendieron sin más historia el puerto abriendo diferencias con el resto, Sastre y Vinokourov llegaron a más de un minuto mientras que un grupo en el que se encontraban Wiggins y Arroyo, con un gregario cada uno, y Xavi Tondo entre otros pasaron bajo la pancarta con 3’30” respecto a cabeza de carrera.
La lluvia había hecho acto de presencia en los últimos momentos de ascensión, así que aprovechando sus dotes en el descenso Nibali y Vinokourov dejaron atrás a sus respectivos acompañantes y emprendieron un descenso vertiginoso hacia Asolo. Nibali fue aumentando diferencias sin pausa respecto a Basso, Evans y Scarponi, que a su vez mantenían distancias con un Vinokourov que rodaba dos minutos por delante del grupo de Tondo, Arroyo y Wiggins que ya había engullido a un apático Sastre. Tras 20km con terreno favorable Nibali contaba con 38” sobre el trío perseguidor, 1’38” sobre Vinokourov y 3’20” sobre el grupo. Durante los primeros dos tercios de los 15km llanos que quedaban para finalizar la etapa Nibali aguantó de manera extraordinaria la ventaja sobre cada uno de sus perseguidores, aunque los últimos 5km, en parte por problemas musculares, acabó cediendo algunos segundos, para llegar a meta con 23” sobre Basso, Evans y Scarponi, 1’34” sobre Vinokourov y 2’25” sobre el grupo. El líder Richie Porte llegaba a 4’46” cediendo la maglia rosa a David Arroyo.
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Otra vez más el Giro nos había deparado una grandísima etapa.
Y quedaba la etapa del domingo, con final en el Monte Zoncolan, uno de los colosos en cuanto a dureza del panorama ciclista europeo, al cual se llegaría tras subir Sella Chianzutan (2ª) en el km 143,6, Passo Duron (1ª) en el km 182,8 y Sella Valcalda (2ª) en el km 202. El guión parecía repetirse, fuga consentida de pocas unidades con Jerome Pineau y Ludovic Turpin como caras más conocidas, que pese a tener más de 14 minutos de ventaja, fue perdiendo minutos rápidamente tras coronar el primero de los puertos.
Y es que Liquigas necesitaba dar un vuelco a una clasificación en la que sus dos líderes se encontraban aún bastante lejos de David Arroyo. La aproximación a cada uno de los puertos fue tensa, con todos los grandes favoritos luchando por una buena posición, y con Liquigas tirando del pelotón. En el Passo de Duran y Sella Valcada, pese al ritmo del equipo italiano, sólo un apajarado Xavi Tondo cedió, y aunque otros sufrían, a la llegada a las faldas del Monte Zoncolan, en el pelotón estaban todos los que tenían que estar. Incluído un Gilberto Simoni sin opciones de repetir victoria en un lugar donde sólo él había alzado los brazos.
Liquigas repitió la estrategia. Agnoli, Kiserlovski y Szmyd continuaron el trabajo que antes habían empezado Sabatini y Vanotti, en el mismo orden que la etapa anterior. Cuando otra vez el polaco había acabado su misión y había dejado a Basso y Nibali libres de algunos de los principales peligros, Scarponi se anticipó a los movimientos del resto de ciclistas lanzando un ataque al que sólo Basso, Evans y Pinotti pudieron responder. Atrás quedaban Vinokourov, Sastre y Arroyo junto a un rosario de corredores, entre los que, por primera vez desde que empezase el Giro en Amsterdam, se dejó ver el irlandés Daniel Martin.
Basso comandaba un trío, del que ya no formaba parte un sensacional Pinotti, que quedó reducido a dúo tras una aceleración prolongada a la cual Scarponi no pudo responder. Basso y Evans, los dos grandes favoritos a la victoria final, se encontraban en cabeza de carrera, aunque las sensaciones eran que el italiano iba bastante más que el campeón del Mundo, y tras un par de intentos de dejar de rueda al australiano, a la tercera lo consiguió, y continuó subiendo rápidamente entre la multitud de gente que abarrotaba la carretera, aumentando ventajas sobre todos sus perseguidores, para llegar a un línea de meta en la que miles de personas en la ladera del Monte contemplaron la vuelta del mejor Ivan Basso.
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Al final, 1’19” a Evans, 1’30” a Scarponi, 1’58” a un sensacional Cunego, 2’26” a Vinokourov, 2’44” a un Sastre que por enésima vez fue de menos a más, 3’07” a Nibali y 3’50” a un Arroyo que conserva la maglia rosa con 3’33” sobre Basso, 4’21” sobre Sastre, 4’43” sobre Evans, 5’51” sobre Vinokourov, 6’08” sobre Nibali y 6’34” sobre Scarponi.
Llevamos dos semanas apasionantes y está todo por llegar. En la tercera semana desde el Mortirolo hasta Gavia, pasando por sorpresas en forma de pájaras debido a la gran exigencia de lo que llevamos de carrera, que pueden hacer de este Giro d’Italia 2010 una de las vueltas por etapas mejores y más espectaculares de la historia. Aquí estaremos para contarlo.
Xavier Andrés.
“en el pelotón estaban todos los que tenían que estar… ” diría que faltaba Xavier Tondo!!!
A mi me pareció tremendo el trabajo de Agnoli, y una lástima que Arroyo estuviera tan mal colocado cuando llegó el ataque de Scarponi, porque si no podría haber subido con alguien más fuerte, aunque Urán estuvo muy bien en su papel de gregario.